Hola, hace ya un tiempo, cuando consideré por primera vez operarme ya ví este foro trasteando por internet y le eché un ojo a más de un post.

Ahora ya me he operado (hace hoy 7 días) y quería contaros mi experiencia.

Lo ciertos es que no estaba yo muy por la labor de operarme. soy muy aprensivo y la simple idea de un bisturí acercándoseme a mi polla me llenaba de terror. El caso es que hasta ahora no había tenido una novia fija con la que mojar cotidianamente y lo iba dejando pasar. Hace algo menos de un año conocí a mi novia y ya las cosas cambiaron.

Mi problema, más que fimosis, es (era) de prepucio redundante y frenillo. En relajamiento no tenía problemas para retraer el prepucio. Ahora, en erección el prepucio me lo cubría enterito y aún me sobraba una puntita. Tenía un prepucio poderoso, largo como una tarde de verano. Me lo podía retraer hasta la mitad del pene y, haciendo el burro, puede que hubiese podido retraerlo del todo pero no era cuestión de que me tuvieran que operar de urgencia porque luego fuese incapaz de volver a dejarlo en su lugar.

El caso es que hasta ahora podía funcionar reguleramente. Un polvo ocasional por aquí, un escarceo por allá, pero ya con pareja fija las cosas cambiaron. Mi forma normal de masturbarme (moviendo la piel del prepucio sobre el glande) tampoco me daba problemas. Los problemas eran dos:

1) que al follar el prepucio, al cubrir completamente el glande, me hacía no sentir tanto el polvo como debiera, haciéndome tardar mucho en llegar al orgasmo (cuando llegaba). Una vagina, claro está, pretaba mucho menos el prepucio sobre mi glande que mi mano al masturbarme. En mi caso que la piel del glande se haga más gruesa no es un problema porque nunca será más gruesa que el prepucio de piel de elefante que tenía.

2) el frenillo, que hacía que al follar mi pene se doblara un poco hacia abajo tirando de él y dificultando el poder empujar con fuerza.

Entre el uno y el otro, lo cierto es que me jodían bastante los polvos pero... para lo que follaba, pues lo iba dejando pasar.

Bien, ya con mi novia decidimos que la situación requería bisturí y, tras dilatarlo en el tiempo hasta convencerme de que sería para bien todo el asunto, decidí operarme hace exactamente 7 dias.

El día de la operación llevaba más miedo que alma. Mis piernas me gritaban "Huye, insensato", mi pene se retrotrajo hasta parecer un clítoris grande. Mis nervios se cebaban en mis uñas. Pasé a consulta y tras leer y firmar un papel en el que se me explicaba pormenorizadamente muchas y diversas cosas malas que podían salir mal en la operación, pasé a un pequeño quirófano donde, tras haberme desnudado previamente, me tumbé

Yo, ese mismo día, habia tomado la precaución por mi cuenta de rasurarme, cosa que el cirujano agradeció.

La operación comenzó con unas dolorosísimas inyecciones de anestesia. No os voy a mentir, me dolieron como si me estuvieran pinchando con la torre Eiffel. Lo unico bueno que puedo decir es que cada inyección la sentí menos que la anterior por el efecto de la anestesia. A partir de ahí, todo miel sobre hojuelas en cuanto a dolor. Ahora, la aprensión enorme: oir los comentarios del médico del estilo "No, no, sujeta eso mejor, que se te cae" a la enfermera, notar todos los moviemientos que hacían por como se inclinaban o se apoyaban en mis piernas, oir el ruido del bisturí que sonaba como un torno de dentista y ver subir un humillo gris mientras cortaba. LLegados a ese punto cerré los ojos y me concentré en el hilo musical para que pasara todo rápido.

La operación duró unos 30 minutos y, como digo, fue totalmente indolora después de las inyecciones. Tenia el pene vendado fuertemente. Me vestí y salí caminando hasta la consulta. El médico me dijo que volviese dos dias después y que mientras tanto no me quitase la venda, que ya me la quitaría él cuando volviese y me pondría otra, amén de explicarme como hacer las curas.

Al llegar a casa mi mayor preocupación sería el dolor que sentiría cuadno se pasara la anestesia. A la hora, no sentia nada, a las dos horas no sentía nada, a las tres horas tampoco. A las cuatro horas de la operación, ya me convencí de que excepto unas escasas molestias al moverme, no iba a sentir el dolor que tanto temía. Supongo que el tema del dolor es muy personal y cambiará de una persona a otra y según haya ido la operación. He leido por ahí testimonios de gente que ha pasado rabiando de las molestias los primeros 3 o 4 días. En mi caso, nada que no pueda definirse como "ligeras molestias al moverme". Lo peor me vino esa noche, en la que las "ligeras molestias" se reconvirtieron en "numerosas erecciones dolorosísimas". Por lo menos una vez cada hora me despertaba con un dolor tremendo en la polla. Al final me tuve que levantar a las 6 de la mañana porque no podía ni cerrar los ojos sin que se me empinara lo suficienete como para dolerme.

Al día siguiente, como soy un aprensivo de la hostia, ya estaba yo mirandome y remirandome la polla y convenciendome de que las moraduras que tenía podían ser por una infección. "Cangrena", chillaba una voz en mi cabeza. LLamé al médico y pedí cita para esa tarde y convencí a mi cuñado para que me llevase. El dictamen del médico al vermela fue tajante: la tenía como una rosa para hacer solo un día de la operación. de la noche anterior tampoco se me habia saltado ni un punto Ya que estaba ahí, me cambió la venda y me explicó como hacerme las curas. Según él solo debía hacerme una cura al día. Como soy un aprensivo, me he hecho hasta tres al días, cambiandome las vendas si se me mojaban de pis. Esa segunda noche tampoco la pasé bien, con un par de erecciones dolorosas que me despertaron pero ya fue la última noche que he tenido erecciones dolorosas en número. Eso sí, por algun motivo las siestas son un momento propicio para que las erecciones me ataquen. Será que mi hora buena es la merienda. Actualmente, a los 7 días, para que me moleste ya tienen que ser señoras erecciones de ponerseme como un tronco de dura, nada de semi-erecciones morcillonas. Eso que llevo ganado

Las curas, bien de betadine por toda la unión del glande con el tronco del pene y luego una gasa con esparadrapo alrededor. Bañarme, con miedo de hacerme mal.

Los primeros dias la tenía bastante amoratada, daba penica verla a la pobre. Aun hoy, tengo como un bulto inflamado a la izquierda del pene que llegue a pensar que podía ser un punto suelto que hubiese hecho que la piel se levantase. El médico que ha tranquilizado diciendome que es solo una inflamación que desaparecerá

Por lo demás, hoy (dia 7) he vuelto a consulta. Me la ha mirado y me ha enseñado algo que desconocía: los puntos. Cagate, lorito. Resulta que, estirando la piel del pene, debajo llevaba los puntos. Así me explico yo lo poco que se veían, no te jode. Después de mi estupor por mi propia estupidez y candidez, me ha dicho que si bien sigo llevándola como una rosa, extreme la higiene en la zona de los puntos, lavandomela con jabon y algua y frotando muy suavemente la zona con el dedo. También me ha dicho que no lleve más la gasa, que ya no me hace falta y tengo ya el alta para el curro para pasado mañana (9 días de baja contando fines de semana).

En fín, de momento esta es mi experiencia. Lo peor hasta ahora ha sido el miedo y la aprensión más que el dolor en sí. Tan solo tener mucho cuidado con las erecciones y tratar de no animarse demasiado si se ve a la novia, sobre todo los primeros días. En princio, hasta que se me caigan los puntos, no tengo pensado masturbarme con lo que es posible que tenga alguna polución nocturna con la polla semi-morcillona. Ya veremos.

Pues eso es todo hasta ahora, señores, que les vaya bien y espero que mi experiencia les pueda servir.