Bien, Girti, si gracias a la ergometría has podido constatar que tu corazón funciona perfectamente cuando lo sometes al esfuerzo, lo primero que tendrías que hacer es desechar cualquier temor a la hora de hacer deporte. Teniendo un corazón sano y habiendo comprobado además que su comportamiento ante situaciones de exigencia es óptimo, yo no me preocuparía en absoluto. Es probable que esa actividad deportiva en concreto donde notas las extras te provoque un estado de tensión que te lleva a padecerlas en los períodos donde tu corazón baja el ritmo y, por supuesto, también puede influir en su aparición el temor obsesivo que sientes cuando juegas al fútbol. Pero ambas causas tienen fácil solución.
En resumen, disfruta de la vida, disfruta del deporte y olvídate en la medida de lo posible de las extras. Si te han diagnosticado su benignidad, no arreglas nada estando pendiente de ellas, sino más bien todo lo contrario.

Un saludo,

Carlos.


Editado por Carlos2601 (13/01/09 09:35 AM)