El tiempo pasa y los dolores, la inflamación e inconvenientes naturales de una cirugía acabarán. Lo que quedan son los resultados: Un pene saludable, con un glande al descubierto, más estético, y a la vista un poco más grande, pues el glande se expande más al no haber un prepucio doloroso que le impida expandirse en la erección. Solo cuatro semanas y la cosa comienza a mejorar notoriamente.