Acabo de contar en otro hilo mis problemillas en deshacerme de los puntos, pero, ahora sí, después de más de mes y medio de la circuncisión, creo que puedo decir que ha merecido la pena aunque estéticamente espero que pueda mejorar aún el aspecto de la zona. Me estoy dando aceite de rosa de mosqueta para la cicatriz, siguiendo comentarios que he leído en otros hilos, pero sobre todo espero que se iguale más aún con el tiempo, de color y volumen o aspecto, la zona entre la cicatriz y el glande, el susodicho flotador o mucosa que queda ahí en medio.
Pero aunque quedara definitivamente como está ahora mismo ya merece la pena, porque me he quitado de encima un peso psicológico importante sobre las precauciones que tomaba con el sexo y las inseguridades que me producía y que, de hecho, estoy seguro, que influían en mi autoestima y como consecuencia de ello, en la potencia de las erecciones y el rendimiento del aparato, incluso. No sé si será autosugestión, o no, pero estoy convencido, porque en esto del sexo desde luego el estado psicológico de uno mismo y la confianza influyen bastante, que desde ya mismo, y sólo por el hecho de haberme eliminado la fimosis, las erecciones son mejores y el pene también ha ganado, desde luego en su aspecto general, porque el glande se ve más grande y llamativo, abulta más sin duda, pero también todo el tallo del pene parece más grueso que antes en erección, en definitiva es como si el flujo de sangre irrigara mejor ahora todo el pene y no sólo, que también, la punta. Vamos, no afecta a la largura pero sí al grosor de la erección en todo el pene, lo creo yo y lo cree también la beneficiaria primera de todo esto que está encantada después de la espera.