Endoscopia. Diagnosticos endoscopicos en pacientes con trastornos dispepticos
Autor: Dr. Fernando Manuel Medina Menéndez | Publicado:  28/06/2008 | Gastroenterologia | |
Endoscopia. Diagnosticos endoscopicos en pacientes con trastornos dispepticos.6

Farreras y Sleisenger reflejan mayor predominio de trastornos digestivos superiores en pacientes con edad laboral, enmarcados entre los 35 y 45 años de edad (25, 31). Otros investigadores exhiben similares resultados (57, 58, 59,60). En la siguiente tabla identificamos los principales síntomas referidos como motivos de consulta en los pacientes objeto de estudio.

                 

Tabla 2. Principales manifestaciones clínicas referidas por los pacientes como motivo de consulta.

 

diagnostico_endoscopico_dispepsia/endoscopia_sintomas_clinica

 

Fuente: Registro de Informe endoscópico.

 

Como podemos apreciar un 26,06 por ciento de los pacientes manifestaron presentar epigastralgia, el 19,26 porciento presentó epigastralgia unida a acidez y pirosis, seguidos por un 14,26 porciento de pacientes que refirieron epigastralgia, aerogastria y sensación de plenitud gástrica, otras manifestaciones se mostraron en menos de un 10 por ciento. Estudios realizados por otros autores expresan similares resultados (61, 62,63).

 

En las enfermedades del tubo digestivo superior los síntomas pueden ser muy variados y estas adoptar diversas formas clínicas. Lo más característico de la dispepsia es el dolor o molestia en la parte alta del abdomen o por detrás del esternón. Es una sensación dolorosa que puede empezar por la mañana, cuando la persona se levanta, y que en ocasiones no se alivia con nada. Hay también sensación de plenitud, de hinchazón abdominal después de las comidas y que además es más acentuada con las comidas grasas. Con frecuencia los dispépticos presentan ardor de estómago, pirosis, y no es infrecuente que tengan sensación nauseosa matutina, a veces con vómitos que no producen alivio. Muchos sufren pérdida de apetito (57). No todos los dispépticos tienen los mismos síntomas. En unos predomina el dolor nocturno que se calma con la ingesta de alimentos en otros son más acusados la sensación de hinchazón, los eructos y los movimientos deglutorios frecuentes, como si se tratase de una aerofagia. Otro grupo presenta molestias retroesternales, los ardores, la sensación de tener un nudo detrás del esternón, una sintomatología muy similar a la del reflujo gastroesofágico (58).

 

En un número importante de pacientes los trastornos digestivos superiores transcurren de forma silente, el síntoma más constante lo constituye el dolor abdominal, así como, reflejamos en nuestro estudio un grupo notorio de pacientes que refirieron epigastralgia, acidez y pirosis, asociados, que por lo general son síntomas relacionados con alteraciones tipo reflujo gastroesofágico o de la presencia de una úlcera péptica. En orden de frecuencia dentro de las manifestaciones clínicas referidas encontramos la asociación de epigastralgia, aerogastria y sensación de plenitud gástrica, estas se relacionan por lo general con trastornos tipo dismotilidad.

 

Durante nuestra investigación se realizaron diagnósticos endoscópicos en los 1049 pacientes, por lo que el 100% presentaba alguna lesión morfológica en algunos de los segmentos anatómicos estudiados. Se observó que de estos diagnósticos, 1031 (61,0%) fueron localizados en estómago, seguidos en orden de frecuencia por 519 (30,71%) en duodeno y 140 (8,29%) en esófago. (Gráfico 1).

 

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Fuente: Registro de Informe endoscópico.

 

En la tabla 3 se reflejan los pacientes según la zona afectada, encontrándose en algunos casos, dos segmentos afectados y en otros los 3 segmentos, debemos señalar que no se obtuvieron resultados de estudios normales, evidenciándose que las indicaciones del estudio endoscópico fueron oportunas.

 

Tabla 3. Localización anatómica de las lesiones.

 

diagnostico_endoscopico_dispepsia/localizacion_anatomica_lesiones_endoscopia

 

Fuente: Registro de Informe endoscópico

 

Como localización única el 46,09 porciento afecta al estómago, seguido en orden de frecuencia por las localizaciones en estómago-duodeno en un 38,52 porciento y en los 3 segmentos se afectan un 8,30 por ciento de los pacientes estudiados. La combinación de alteraciones en esófago-estómago se presentan en un 4,43 por ciento así como las localizaciones únicas en duodeno y esófago aparecen en un 2,18 y 0,48 respectivamente. No se encontraron casos de diagnósticos con asociación referida a esófago-duodeno.

 

El mayor predominio de pacientes reflejaron alteraciones en el estómago, en segundo lugar y con cifras significativas aparece la asociación estómago-duodeno. Estos resultados se corresponden con lo reportado en estudios de prevalencia e incidencia realizados por diversos autores en varias regiones del mundo. Estos señalan que el 90% de las lesiones presentes en las mucosas del aparato digestivo superior se encuentra a nivel de estómago, lo cual se explica al ser un órgano expuesto constantemente a la acción irritativa de diversos agentes exógenos y endógenos (ácido clorhídrico, pepsina, AINES, Helicobacter pylori), capaces de alterar la integridad de la barrera-mucosa. Lo anterior conduce a la hipótesis de que la acción de estos agentes sobre la mucosa gástrica, están estrechamente relacionados con la formación de lesiones histomorfológicas fácilmente visibles por endoscopia, y su alta frecuencia pasan a ser estudios de interés, en el pesquisaje de pacientes con trastornos digestivos superior (dispepsia, enfermedad ulcerosa) (59).

 

Ciertos estudios a nivel internacional reflejan o justifican la existencia de trastornos duodenales, como la úlcera péptica a este nivel, por la presencia de parches de metaplasia gástrica, que son colonizados por Helicobacter pylori. Se ha estimado que la metaplasia gástrica esté presente en alrededor del 90 por ciento de los ulcerosos duodenales, y colonizado por Helicobacter pylori cerca del 95 por ciento de estos (60, 61,62).

 

En la literatura internacional se reporta que los malos hábitos alimenticios, la infección de la mucosa gástrica por Helicobacter pylori, el consumo de antiinflamatorios no esteroideos (AINES) y los trastornos funcionales asociados a enfermedades sistémicas, son capaces de provocar daño a nivel celular en cualquiera de los segmentos anatómicos del tubo digestivo superior, expresados morfológicamente como lesiones macroscópicas en la mucosa, fácilmente diagnosticables por el método endoscópico (63,64).

 

En la tabla 4 se presenta el total de diagnósticos endoscópicos patológicos realizados, independientemente de su localización anatómica. Se observó que de los 1690 diagnósticos patológicos la mayor proporción se reportó en las gastritis 714 (42,24%) y duodenitis 483 (28,58%), seguido en orden de frecuencia por la hernia hiatal presentes en 225 pacientes que representan un 13,31%, 124 para un 7,33% con esofagitis, la úlcera gástrica benigna en 56 pacientes (3,32%), seguidos por la úlcera de localización duodenal en 36 pacientes para un 2%. Otros diagnósticos estuvieron presentes en porcientos menos representativos.

 

Tabla 4. Diagnósticos endoscópicos patológicos.

 

diagnostico_endoscopico_dispepsia/patologia_endoscopia

 

Fuente: Registro de Informe endoscópico.

 


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