Percepcion de riesgo en acciones y situaciones para focos del mosquito Aedes aegypti
Autor: MsC. Dra. Doris de la C. Sierra Pérez | Publicado:  15/09/2008 | Enfermedades Infecciosas , Medicina Preventiva y Salud Publica | |
Percepcion de riesgo en acciones y situaciones para focos del mosquito Aedes aegypti.3

Es decir, la percepción del riesgo al que uno se expone o ha estado expuesto, puede suponer otro factor condicionante del comportamiento. Dicha percepción, puede estar relacionada, por ejemplo, con la idea que uno tiene de su pareja y de lo que significa fidelidad -o monogamia; de la edad; de la tendencia sexual; de la autoimagen; de factores culturales, educativos e intelectuales; etc. (10).

 

La comprensión de los mecanismos de funcionamiento del proceso de percepción de riesgos, resulta hoy necesario, para tener una visión más cabal de la conducta humana, en especial los comportamientos riesgosos, ya que una percepción disminuida de un riesgo, puede aumentar la exposición al mismo, (11) por lo que la misma, debe ser considerada dentro de los factores que influyen en la exposición, con tanta importancia, como el riesgo y su intensidad, además de que existen agentes que influyen en su percepción del riesgo y que determinan si el individuo acepta el riesgo o asume una conducta protectora.

 

La percepción de riesgos, es una categoría muy importante, utilizada en el tema de la prevención en salud, y tiene que ver con la postura o actitud de una persona ante un problema, en este caso, el dengue y los focos del mosquito Aedes aegypti.

 

Es útil su estudio, porque alguien que no percibe el riesgo, no asume una posición constructiva de enfrentamiento a las situaciones o acciones que pueden desencadenarlo, por lo que es indiferente a los problemas y no cambia de conducta.

 

Muchos investigadores han tratado de evaluar la percepción del riesgo, para dar respuesta de que si la misma, es un fenómeno aleatorio e impredecible, o si por el contrario, las respuestas guardan alguna lógica; los resultados indican esto último. Es decir, las personas legas, no tienen necesariamente percepciones erróneas, fruto de la ignorancia, sino, que tienen su propia racionalidad y son capaces de situar ordenadamente las situaciones de riesgo, de mayor a menor impacto, de forma similar a la realidad. Sin embargo, existe alguna desviación o sesgo en el sentido de sobrevalorar el riesgo, en algunas situaciones poco comunes (catástrofes, accidentes, epidemias) o infravalorarlo, en otras más habituales (como pueden ser el cáncer, las enfermedades cardiovasculares o la diabetes). Este comportamiento, también se ha detectado en diferentes profesionales (científicos, administradores, periodistas y políticos). (12)

 

En relación a las características o dimensiones del riesgo percibido, algunos estudios han hallado, que unas y otras resultan relevantes, de acuerdo al peligro de que se trate; así por ejemplo, en un estudio relacionado con la catástrofe de Chernobyl, se halló que la característica más relevante que influía, era el carácter catastrófico (7), en tanto, otro estudio, que se relacionaba con el consumo de alimentos, las dimensiones más relevantes del riesgo fueron la severidad, el desconocimiento y el número de expuestos (13). Otros estudios han hallado que el conocimiento que se posee de los efectos o daños de determinados peligros, modula el nivel de percepción de riesgos, junto a las dimensiones antes mencionadas. (14)

 

Características del vector del dengue y su hábitat.

 

Los culícidos (latín Culicidae) son mosquitos, insectos pertenecientes al orden de los dípteros; sus géneros incluyen Anopheles, Culex, Psorfora, Oclerotatus, Aedes, Sabetes, Culiseta y Haemagoggus. Existen 35 géneros en total con más de 2700 especies reconocidas. Son insectos voladores, que poseen un cuerpo delgado y patas alargadas; el tamaño de los adultos varía de especie a especie, pero rara vez superan los 15 mm. Las larvas se desarrollan en el agua. (15)

 

Como en otros insectos holometábolos (con metamorfosis completa) el desarrollo atraviesa cuatro fases distintas: huevo, larva, pupa y adulto. La tasa de crecimiento corporal, depende de la especie y de la temperatura. Por ejemplo, Culex tarsalis puede completar su ciclo vital en 14 días a 20°C y en sólo diez días a 25°C. Algunas especies tienen ciclos vitales de apenas cuatro días y otras, en el extremo opuesto, de hasta un mes.

 

El género Aedes es conocido por necesitar menos de 1 cm. de agua para completar su etapa larvaria. Generalmente, los huevos quedan inactivos a temperaturas bajas o de sequía, esperando condiciones favorables para desarrollarse. Un control que ejerce la naturaleza, es la intervención de depredadores como peces y otros insectos para huevos y larvas, y arañas, libélulas, murciélagos y otros insectos, para adultos.

Como otros insectos hematófagos, los culícidos son vectores de enfermedades infecciosas. Los esfuerzos para erradicar éstas, a menudo eligen como blanco la exterminación de los vectores, porque para el agente infeccioso, con frecuencia no existen terapias curativas eficaces, como en la fiebre amarilla, o ni siquiera vacunas, como en el dengue y la malaria. A menudo se les combate en la fase larvaria, desecando o envenenando su hábitat, o poblándolo de depredadores, siempre con efectos secundarios ambientales más o menos graves. El mosquito Aedes aegypti, es un mosquito que puede ser huésped del virus de la fiebre amarilla, así como de otras enfermedades.

 

El Aedes aegypti es ante todo, una especie doméstica que se reproduce en recipientes naturales o artificiales, en viviendas y sus cercanías. La hembra se alimenta de sangre humana o de animales domésticos, raras veces se encuentra a una distancia superior a los 100 metros de las viviendas. Por su estrecha relación con el hombre, se considera esencialmente un mosquito urbano.

 

El Aedes aegypti es un mosquito que se cría en recipientes sombreados y con agua, tales como botellas, latas, llantas, plásticos; en los cuales, las hembras depositan sus huevos por encima del nivel del agua, en las paredes de dichos recipientes. (16)

 

Características de la enfermedad en Cuba y en América

 

El dengue está entre las primeras enfermedades emergentes y re-emergentes transmitidas por vectores y posee riesgos de salud significativos en diversas regiones del mundo (17)

 

La transmisión del dengue se ha registrado en Cuba desde 1943. En ese año, los casos se confirmaron por observaciones clínicas; un estudio realizado en 1975, demostró que en los años precedentes, el virus del dengue no circuló entre los cubanos. Sin embargo, en 1977, el dengue reapareció en Cuba con un informe de 400,000 casos de fiebre de dengue causado por el serotipo D1. (18)

 

En 1981, Cuba padeció una epidemia del serotipo D2 con 344,000 casos informados de fiebre de dengue, 10,000 casos de fiebre de dengue hemorrágico y la pérdida de 158 vidas, de las cuales, 101 eran niños. (19) Ésta, se consideró, como la epidemia más grande de fiebre de dengue hemorrágico en Norteamérica y el Caribe en ese momento. (20) Después de un intervalo de 16 años, se detectaron nuevos casos clínicos en enero de 1997, en la ciudad de Santiago de Cuba, donde se desarrolló una epidemia del serotipo D2. La transmisión se limitó a esa municipalidad con 3 012 casos confirmados, de los cuales, 205 padecieron la fiebre de dengue hemorrágico y 12 fallecieron (21, 22)

 

En septiembre del 2000, se detectó un pequeño brote de dengue en una municipalidad de la ciudad de La Habana (138 casos) causada por los tipos de virus D3 y D4. Este brote se eliminó en tres meses. En marzo del 2001, se detectó dengue en el municipio de Marianao en la Ciudad de La Habana (y se eliminó rápidamente) y a finales de junio del 2001, se detectaron nuevamente casos de dengue causado por el serotipo D3. Esta vez, la enfermedad apareció primero en el municipio de Playa, pero se diseminó progresivamente al resto de los municipios de la ciudad, así como a otras provincias, como Pinar del Río, La Habana, Santiago de Cuba, Guantánamo y Las Tunas. A su vez, se detectaron algunos casos de fiebre de dengue hemorrágico, todos en adultos, que condujeron a dos muertes. (23)

 

El último informe de la Organización Panamericana de la Salud para Norteamérica y el Caribe registra un total de 176 621 casos de dengue, causado principalmente por los serotipos D3 y D2, aunque Brasil informó también el serotipo D1, que conduce a 2 216 casos de fiebre de dengue hemorrágico y a 38 muertes. (24)

 

Es de vital importancia, conocer que el dengue es básicamente un problema de saneamiento doméstico, con poco o ningún gasto, los miembros de cada núcleo familiar, pueden eliminar fácilmente el problema con los medios físicos y sin utilización de productos químicos. Lo que ha representado una difícil tarea, ha sido la manera de transferir a la comunidad, la responsabilidad, la capacidad y la motivación para prevenir y controlar el dengue. En el caso de la transmisión del dengue, es necesario determinar la percepción de riesgo de esta comunidad, para después trabajar en los aspectos donde se detecten mayores deficiencias, para poder cambiar estos enfoques y que las personas asuman la responsabilidad de su salud y la de sus familiares.

 


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