Alzheimer. Etiopatogenia
Autor: Dr. P. García Férriz | Publicado:  11/06/2009 | Geriatria y Gerontologia , Neurologia | |
Alzheimer. Etiopatogenia.3


3.
    
Centros vegetativos de la médula espinal

 

Son simpáticos o parasimpáticos. El sector central del simpático comprende los segmentos cervical, dorsal y lumbar. En la médula sacra, los centros vegetativos forman el parasimpático, al que le prestaremos la mayor atención posible.

 

A continuación, expondremos unos breves conceptos sobre distintas partes orgánicas que participan en dicha enfermedad. Lo iniciamos con la glándula hipofisaria.

 


5. Hipófisis

 

La hipófisis es un pequeño órgano neuroglandular situado en la cara inferior del cerebro en la fosa media de la base del cráneo. Es una glándula impar y mediana, conectada a la base del cerebro por el tallo pituitario (infundíbulo).

 

Pesa 55 gramos aproximadamente. Anatómica y fisiológicamente se compone de dos lóbulos: uno posterior o nervioso y otro anterior o glandular. Ambos están separados por un lóbulo intermedio y unidos al cerebro por el infundíbulo (tallo pituitario).

 

La glándula está contenida en la celda hipofisaria, cuyas paredes la separan de los órganos vecinos. Esta celda hipofisaria es osteofibrosa. La parte ósea es la silla turca que está excavada en la cara superior del esfenoides. La parte fibrosa constituye las paredes superior y laterales.

 

El lóbulo anterior, glandular, recibe filetes nerviosos simpáticos, que siguen las vías de las arterias. El lóbulo posterior, nervioso, recibe fibras amielínicas que provienen del tallo pituitario y lo conectan al hipotálamo.

 

De este modo, se establecería el mecanismo neurohormonal de regulación de la secreción del lóbulo posterior.

 

La hipófisis está conectada al hipotálamo, con el que forma un complejo anatómico y funcional. Las dos partes de la glándula tienen funciones diferentes: la adenohipófisis y la neurohipófisis. La adenohipófisis comanda la actividad de otras glándulas endocrinas: glándula tiroidea, glándulas genitales masculinas y femeninas, suprarrenales, etcétera. La neurohipófisis comanda la secreción urinaria y la contracción de las fibras musculares lisas. Todas estas partes orgánicas quedan afectadas en la enfermedad de Alzheimer. Es lógico.

 

Simultáneamente al envejecimiento de nuestro cuerpo, con frecuencia se producen determinadas disfunciones. Estas disfunciones afectan, además de la hipófisis, al hipotálamo, al que seguidamente dedicaremos un breve estudio.

 

5.1. Hipotálamo

 

El hipotálamo está constituido por un conjunto de núcleos y representa la parte más importante y alta del corredor celular vegetativo. Este se escalona a lo largo del SNC (neuroeje). Posee una acción endocrina esencial; centro regulador de las funciones metabólicas e instintivas, y también interviene en la liberación de hormonas hipofisiarios.

 

Los centros hipotalámicos constituyen un conjunto de primordial importancia, el más importante de todos los centros vegetativos. Se disponen alrededor del III ventrículo. Dichos centros ocupan el núcleo mediano del tálamo. Además, existen numerosas células vegetativas en las regiones subtalámicas posterior y sublentiformes.

 

Debemos recordar que los centros vegetativos se encuentran desde el diencéfalo (hipotálamo y tálamo) hasta la extremidad inferior de la médula (Fig. 4). Este dato neuroanatómico nos servirá para conducirnos a un mayor conocimiento y más facilidad de comprensión en todo cuanto concierne a la enfermedad de Alzheimer (EA). Dichos centros se encuentran concentrados en el conducto ependimario.

 

Los centros hipotalámicos tienen especial repercusión en dicha enfermedad. Se puede concebir, por lo tanto, que el diencéfalo vegetativo representa la central vegetativa relacionada con el córtex (por intermedio del tálamo), con el tronco encefálico (bulbo raquídeo, puente de Varolio y pedúnculos cerebrales), los elementos neuroendocrinos y el cuerpo pineal (epífisis). (Fig. 4)

 

Todos estos elementos anatómicos que acabamos de describir, están encadenados y relacionados fisiológicamente unos con otros. Los efectos de la enfermedad de Alzheimer pueden alcanzar a todas estas partes orgánicas y, por sus conexiones, el diencéfalo vegetativo desempeña una actividad de coordinación sobre el conjunto de los centros subyacentes. Veamos: los centros vegetativos del tronco cerebral (encefálico) corresponden al parasimpático. Estos centros regulan la actividad del músculo liso de las vísceras y glándulas de la cabeza, del cuello, tórax y abdomen, hasta la flexura cólica izquierda del colon, a partir del cual, los elementos reciben fibras nerviosas del parasimpático sacro. (Fig. 2)

 

Está demostrado que existe una correlación de efectos entre el SNC y el neurovegetativo. Ello significa que el sistema nervioso vegetativo no debe llamarse autónomo, que, como se ve, su autonomía no existe. Esta evidente realidad neuroanatómica y funcional nos proporciona una nueva visión que nos invita a creer que la etiopatogenia de la enfermedad de Alzheimer radica esencialmente en el encéfalo, y más concretamente en el hipotálamo y en la hipófisis y su iniciación se efectúa en los órganos genitales a partir de una avanzada edad.

 

El hipotálamo se exterioriza en la cara inferior del cerebro. Está constituido por numerosos centros llamados infundibulotuberinos, y a través de sus núcleos laterales se conectan con un “polvo” de células vegetativas. Está constituido (volvemos a recordar) por un conjunto de núcleos que representan la parte más importante y más alta del corredor celular vegetativo. Este corredor celular se escalona a lo largo del SNC (neuroeje). (Fig. 4) Posee una acción endocrina esencial: es el centro regulador de las funciones metabólicas e instintivas, y también interviene en la liberación de hormonas hipofisarias.

 

Hemos hecho un breve estudio neuroanatómico y neurofisiológico del hipotálamo para así comprender mejor su participación y responsabilidad en la producción de la enfermedad objeto de este estudio. Vemos, cómo está relacionado con una innumerable cantidad de células vegetativas.

El hipotálamo está conexionado con la hipófisis, que está encargada de secretar importantes y vitales hormonas. Estas son producidas y liberadas cuando la hipófisis es estimulada por mandato hipotalámico. La actividad endocrina, como puede apreciarse, es íntima entre estas dos glándulas encefálicas.

 

Llegado a este punto, nos vemos forzados a efectuar la siguiente pregunta: ¿Cómo y por qué se inicia la enfermedad de Alzheimer? La edad, el binomio hipófisis-hipotálamo y el sistema nervioso parasimpático constituyen los factores esenciales en los que nos fundamentamos para demostrar la causa-efecto. Y siguiendo con este planteamiento, a continuación expondremos un breve estudio neurofisiológico sobre el hipocampo, que constituye otro importante punto muy a tener en cuenta en la enfermedad de Alzheimer.

 

5.2. Hipocampo

 

Es una eminencia que se extiende desde el agujero intraventricular hasta el extremo anterior del asta inferior del ventrículo lateral. De las células del hipocampo salen fibras que dan lugar a un sistema conocido como fórnix, que se conecta con el hipocampo del otro hemisferio. Es un componente funcional importante del sistema límbico, y en él, los impulsos olfatorios que llegan por las vías correspondientes se ponen en relación con los otros sentidos. El hipocampo estaría vinculado, sobre todo, con los procesos de la memoria reciente.

 


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