Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Sexta parte
Autor: Dr. Alberto Ochoa Govin | Publicado:  9/10/2009 | Psicologia , Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas. | |
Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Sexta parte.4

PRUEBA DEL BRAZO PEGADO A LA PARED.

 

Se sitúa al paciente completamente relajado y parado con sus pies unidos, frente a una pared, a una distancia tal que para que llegue el brazo derecho extendido horizontalmente hasta la misma se necesite una inclinación del cuerpo hacia adelante (unos veinte grados). Al paciente se le indica que coloque su mano derecha pegada a la pared, pero con el brazo vuelto hacia arriba, quedando prácticamente apoyado sobre la palma de la mano, mientras que el brazo izquierdo ha de ponerse completamente relajado al lado del muslo. La mirada debe estar dirigida hacia la mano derecha.

 

El apoyo del cuerpo sobre la mano, en esta posición, provoca calambre en el antebrazo, así como rigidez total de los músculos estriados del mismo y sensación de dolor, por la posición forzada del pulso, que hacen sentir la mano como realmente pesada y pegada a la pared, siendo casi imposible separarla si no se retira el cuerpo hacia atrás por un mecanismo completamente físico.

 

Una vez que se ha comprobado que el brazo está contraído y en completa tensión muscular, se le indica al paciente que cierre los ojos y se comienza con sugestiones verbales. Primeramente se le indica en forma pausada: Usted ya a sentir cómo su mano se pega a la pared... no tenga miedo... Su brazo se pone duro y en tensión... Deje el resto del cuerpo relajado."

 

Se debe dejar entre cada sugestión un intervalo de tres segundos aproximadamente. Las indicaciones deben tener cierto énfasis imperativo y afirmativo, procurando que coincidan con lo que físicamente está pasando en el sujeto. A continuación se sugiere: "Su mano continúa pegada... muy pegada... cada vez más pegada. Más pegada...Más dura... Más cansada... Mucho más pegada... Imposible separarla.... imposible separarla. “aunque usted intente no puede. No puede separarla... está completamente pegada... imposible separarla..."

 

Esta sugestión verbal tiene que ser dada cuando se observa en el sujeto una total contracción en el antebrazo y se ha provocado que todo el resto del cuerpo esté completamente relajado. Se comienza a tocar con el dedo el brazo del paciente y se le indica: A medida que yo toco su brazo... éste se pone más duro... mucho más tenso... más contraído. Imposible separarlo... imposible separarlo... Cierre sus ojos... déjelos cerrados... Su cuerpo totalmente relajado. Totalmente relajado. Su brazo está duro... pesado... contraído... sus párpados pegados... Todo su cuerpo relajado... su brazo duro y contraído...su mano pegada a la pared... Imposible separarla... imposible separarla.

 

Después de repetir varias veces Imposible separarla, se le indica: Intente... no puede... no puede... imposible separarla... imposible separarla.

 

Nunca debe indicarse más de una vez el reto "Intente...Se continua reforzando la conducta del sujeto diciendo: "Está muy bien... no se preocupe... ha cooperado muy bien... fíjese bien. Yo contaré hasta tres... y cuando llegue a tres... usted podrá abrir los ojos y separar la mano... cuando yo cuente hasta tres... Uno... su mano comienza a dejar de estar pegada... Dos... todo su cuerpo flojo... Tres.”

 

Los sujetos de gran sugestionabilidad quedan casi hipnotizados, con imposibilidad de separar la mano. Pero, en general todo aquel que no logre separar la mano de la pared es un buen candidato para la aplicación de la hipnosis.

 

Consideramos que esta prueba es prácticamente la más efectiva que existe para medir la sugestionabilidad de una persona, pues el fenómeno que se provoca se basa en mecanismos puramente físicos, que imposibilitan la retirada de la mano de la pared si el cuerpo no echado hacia atrás. Es conveniente destacar que si se obtiene un resultado negativo en la prueba, esto no implica necesariamente que el sujeto no pueda ser hipnotizado.

 

PRUEBA DEL CUERPO PEGADO AL ASIENTO.

 

Se sienta al sujeto sobre una silla o cualquier asiento y se le dice: “Cierre sus ojos y respire profundo y lentamente. Usted verá cómo su cuerpo comienza a pesarle y le pesa cada vez más y más, que parece está casi pegado al asiento, y aunque usted quiera no puede levantarse. Cada vez es mayor, mucho más, y usted comprueba que es imposible levantarse". Se le repite la inducción varias veces, siempre con un gradiente de compromiso mayor, hasta que al final se le ordena: "Levántese", y no podrá. El sujeto hará entonces marcados esfuerzos para separarse del asiento, pero no lo hará y permanecerá adherido a éste. Ello es un signo de sugestionabilidad elevada y un indicador de que el individuo puede ser hipnotizado.

 

PRUEBA DE LAS MANOS PEGADAS LUEGO DEL ENTRECRUZAMIENTO DE LOS DEDOS.

 

Se trabaja al paciente de pie o sentado (preferiblemente en esta última forma) con los ojos abiertos. Se le indica que entrecruce los dedos hasta su base y haga gran presión con ambas manos entrecruzadas, para que queden fuertemente cerradas. Una vez hecho esto, debe sugerírsele que las voltee de forma que las palmas queden hacia afuera; inmediatamente se le indica que apoye el dorso de los dedos sobre la frente haciendo presión sobre ella, fuertemente, con los brazos arqueados y los codos en una posición alta.

 

Una vez que se ha puesto al sujeto en esta postura que físicamente es incómoda y forzada, pues las articulaciones digitales funcionan como nódulos que dificultan la salida de los dedos que se encuentran entrecruzados, se le manda a cerrar los ojos y se comienza con las sugestiones verbales': "Sus dedos deben permanecer firmemente unidos... firmemente unidos... sus codos y brazos elevados... las manos apoyadas sobre su cabeza. Todo el resto del cuerpo relajado... Completamente relajado... Las manos pegadas. Muy pegadas... Cuando se observe que existe cierta contracción muscular se indica: Ahora ya es imposible separarlas... sus dedos no se pueden separar.. Están pegados... muy pegados... amarrados... apretados... imposible separarlos... Intente... no puede... imposible separarlos... imposible separarlos.”

 

Los sujetos muy sugestionables se impresionan rápidamente con el ejercicio que provoca incomodidad física para poder separar los dedos. Las sugestiones verbales, deben ser dadas de forma pausada, siempre en un tono imperativo y con la misma tonalidad de voz, que hagan notar al sujeto la seguridad del profesional que está aplicando la técnica. Esta prueba es buena, pero la frecuencia en provocar resultados positivos es menor que la del brazo pegado en la pared o del cuerpo pegado al asiento.

 

Otra forma de realizar esta prueba es la siguiente: Se le pide al sujeto sentarse, que una las palmas de sus manos y que en la medida en que escuche que se crece numéricamente, vaya entrelazando sus dedos y ejerciendo una presión descomunal, que hará que sus manos queden como pegadas y adheridas (el hipnotizador puede contar hasta donde estime). Una vez mencionado el último número, se le dice: "Verá que no puede separar sus manos al tratar de hacerlo".

 

Toda observación que signifique dificultad para desunirlas, constituye un signo de elevada sugestionabilidad.

 

Podríamos mencionar muchas otras pruebas que indican una elevada sugestibilidad, como son: la prueba de los puños caídos y las pruebas de trasmisión de calor o del frío, que son muy populares; pero atiborraríamos de información este acápite. Una vez captada una respuesta positiva o acorde con la inducción, podrá hablarse de que hay sugestionabilidad y se pasará entonces al momento deseado: la hipnosis.

 

Otros signos de sugestionabilidad están dados por el reflejo palpebral aumentado, la mirada hacia arriba y la rotación de los ojos en el sujeto que estamos llevando al trance hipnótico.

 

Algunos experimentadores consideran que una sola prueba de sugestibilidad sirve para diagnosticar el grado de la misma y proceder inmediatamente a aplicar técnicas hipnóticas, pero otros expresan la necesidad de emplear más de una para obtener un mayor grado de confirmación y poder clasificar a los sujetos por niveles de susceptibilidad, en función de puntajes acordados según los resultados de la prueba. Así han surgido escalas, entre las cuales se usa mucho en Cuba la de Martínez Perigod y Asís (2), que permite clasificar al sujeto como: No suscepti­ble, Poco susceptible, Medianamente susceptible, Altamente susceptible y Susceptible total.

Es válido aclarar que las escalas posibilitan estandarizar los criterios de clasificación; sin embargo, en la práctica, cada experimentador aplica sus propios criterios, basados en una fuerte observación de las respuestas del sujeto, su experiencia y su intuición.

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