Revision bibliografica. Disfuncion orgasmica femenina y ansiedad
Autor: Lic. Diana C. Wharwood L.  | Publicado:  11/10/2010 | Psicologia , Psiquiatria | |
Revision bibliografica. Disfuncion orgasmica femenina y ansiedad .3

Posteriormente surge la segunda fase, conocida como meseta, esta se logra si la mujer obtiene una cantidad de tensión sexual previa al orgasmo y su prolongación depende de la efectividad del estímulo y la continuidad del mismo. Entre los principales cambios que se da en la mujer se ubica una modificación de la turgencia del pezón debido a que crecen las glándulas mamarias y la areola sufre una intensa tumefacción, se extiende un rubor sexual por todo el cuerpo, se manifiesta tensión de los músculos voluntaria e involuntaria, contracciones semiespásticas en la cara, abdomen e intercostales, se incrementa el ritmo respiratorio casi al final, la presión arterial sube de 20-60 mmHg la sistólica y entre 10-20 mmHg la diastólica y por último, el clítoris, se eleva y retrae hacia el pubis, colocándose dentro del capuchón. (Brewster, 2010; Sarmientos y col., 1999).

De estos cambios, surge la tercera etapa denominada orgásmica, en donde el cuerpo de la mujer está implicado en su totalidad y a su vez ella con la respuesta de esta índole descarga múltiples tensiones funcionales y mentales. La intensidad del enrojecimiento sexual y las reacciones miotónicas resulta paralela a la intensidad del orgasmo. La mujer queda atrapada en su respuesta orgásmica y pierde el control volitivo de los músculos. Ella no está consciente de sus movimientos físicos, que en ocasiones son tan violentos que provocan dolor y fatiga al día siguiente. Hay contracciones involuntarias de la zona perineal, el recto y la parte baja de abdomen. También puede ocurrir enrojecimiento, edema y expansión de la caja torácica. (Ocampo y Arcila, 2006; Sarmientos y col., 1999).

De lo citado anteriormente, se puede ratificar que la etapa orgásmica mantiene una continuidad con la etapa anterior (meseta), debido a que la intensidad del enrojecimiento sexual y la reacciones miotónicas actúan en paralelo a la intensidad del orgasmo.

Ahora bien, la última etapa en el ciclo femenino de respuesta sexual es conocida como resolución y se describe como una fase caracterizada por la pérdida progresiva de la tensión sexual y un restablecimiento del organismo a su estado normal previo a la fase de excitación en un lapso de 15 a 30 minutos. En esta fase se observa un cambio corporal denominado perspiración sobre todo en la mujer donde una fina capa de sudor en el dorso, muslos y parte anterior del torso aparece. El clítoris en la mujer recupera su lugar, descendiendo a su posición pudenda en unos 5 a 10 segundos (Ocampo y Arcila, 2006; Sarmientos y col., 1999).

Disfunción Orgásmica y Tipos

Las disfunciones sexuales comprenden una alteración en cualquiera de las etapas del ciclo de la respuesta sexual. En general existe una disfunción sexual cuando alguna de las respuestas psicofisiológicas implicadas en el ciclo de respuesta sexual, o en la totalidad de ellas, no se produce, o solamente se produce de manera parcial. Específicamente la disfunción orgásmica femenina o anorgasmia es un problema que las mujeres experimentan cuando luego de haber tenido una etapa normal de excitación y meseta, no logran pasar a la etapa orgásmica, generando un alto grado de frustración psíquica, y que combinado con un retorno fisiológico al estado normal mucho más lento que la observada en la fase de resolución, puede llegar a producir irritabilidad pélvica y general (Jha y Thakar, 2010).

Por otra parte, este tipo de disfunción posee dos categorías principales. La disfunción orgásmica primaria, que identifica a la mujer que jamás ha alcanzado un orgasmo en su vida, ni siquiera mediante la masturbación, y que está ligada a menudo a una disfunción análoga de su consorte; y la disfunción orgásmica situacional esta categoría abarca a las mujeres que han tenido por lo menos un orgasmo, ya sea mediante el coito, la automanipulación, la penetración rectal o la estimulación bucogenital. (Lightner, 2002).

Cabe destacar que ciertos aspectos culturales pueden influir en la capacidad de alcanzar el orgasmo, dentro de los cuales se enfatiza que en una relación es la mujer la que debe satisfacer al hombre, e incluso niega que la mujer pueda tener interés o deseos sexuales. De igual forma, la disfunción orgásmica se relaciona con múltiples factores como son una inadecuada educación sexual, rigidez moral, primeras experiencias traumáticas y la falta de información. Entre otros orígenes, se puede puntualizar que dicha respuesta en la mujer puede haber adoptado un significado simbólico, representando quizás la sumisión hacia el hombre o la pérdida del autocontrol; también, es probable que la intensidad de la experiencia orgásmica aterre a la mujer. Sin embargo, cualquiera que sea la causa, el resultado funcional es una inhibición involuntaria del reflejo orgásmico (Lightner, 2002).

La disfunción orgásmica suele darse más a menudo en mujeres jóvenes, debido a que la capacidad orgásmica aumenta con la edad; además, dicha facultad no suele perderse, por lo tanto cuando se da el trastorno, normalmente existe desde siempre, y resulta más común en mujeres solteras que casadas (Goldstein, 2000).

Información sexual

La información sexual es el conjunto de conocimientos que se tiene en cuanto a sexo, su proceso de diferenciación y alteración de la función sexual, su proceso de activación, sus características fisiológicas y socioculturales, sus variantes y alteraciones. El marco de esta información sexual también debe presentarse de manera objetiva para así contribuir a cambios de conducta que provengan de una información sexual certera y que además, apunten a un bienestar sexual en los seres humanos.

Apuntando hacia el campo de las disfunciones sexuales en las mujeres, en un trabajo sobre los factores asociados a esta patología en una población femenina se encontró que son más frecuentes en las mujeres maduras motivadas por la influencia que sobre la sexualidad tienen las vivencias negativas relacionadas con el período menopáusico, con la sobrecarga de roles en la familia y con la desinformación sexual que muchas de ellas poseen. Estos elementos aumentan la angustia de la mujer y devalúan su autoimagen, a pesar de los cambios sociales en nuestra sociedad con respecto a ellas. (Guibert y col., 1998). Siendo así, se evidencia que la desinformación sexual puede llegar a incurrir, como ya se expresó anteriormente en la juventud, y además, en etapas del desarrollo posteriores. La desinformación sexual, es un factor que puede incidir en la disfunción orgásmica, tanto en el origen de la problemática como en su mantenimiento. Aún son cuantiosos los mitos que se transmiten de una generación a otra y todas estas creencias son las bases que determinan como se vive la sexualidad en la actualidad.

La Ansiedad y sus Síntomas

La ansiedad es una emoción de naturaleza adaptativa que viene a ser una emoción normal que se manifiesta con la finalidad de ayudar al hombre a enfrentar circunstancias amenazadoras y la considera como parte de la reacción evolutiva de supervivencia, de lucha o huida. Sin embargo, a pesar de ser normal, hay muchas circunstancias en las que la presencia de ansiedad constituye una mala adaptación o un trastorno psicológico. Ahora bien, el carácter negativo de la ansiedad estriba en la intensidad que mantiene esta emoción, capaz de generar dificultades en el ser humano por sus implicaciones físicas y psíquicas. Al respecto (Goldman, 2001).

Aunque padecer de ansiedad resulta algo normal para los seres humanos, resulta conveniente definir la diferencia entre la ansiedad normal y patológica. La diferencia básica entre la ansiedad normal y la patológica, es que ésta última se basa en una valoración irreal o distorsionada de la amenaza. La ansiedad es anormal cuando es desmedida y prolongada para el estímulo desencadenante. Se debe destacar la diferencia entre miedo y ansiedad, debido a que en la primera emoción el sujeto conoce el objeto externo y delimitando su amenaza, se prepara para responder, y en la segunda el sujeto desconoce el objeto, experimenta una amenaza interna y existe una dificultad para elaborar la respuesta. (Virues, 2005).


Revista Electronica de PortalesMedicos.com
INICIO - NOVEDADES - ÚLTIMO NÚMERO - ESPECIALIDADES - INFORMACIÓN AUTORES
© PortalesMedicos, S.L.
PortadaAcerca deAviso LegalPolítica de PrivacidadCookiesPublicidadContactar