Revision bibliografica. Disfuncion orgasmica femenina y ansiedad
Autor: Lic. Diana C. Wharwood L.  | Publicado:  11/10/2010 | Psicologia , Psiquiatria | |
Revision bibliografica. Disfuncion orgasmica femenina y ansiedad .4

La ansiedad responde a un sistema de respuesta que implica tres componentes, entre ellos el: subjetivo (o cognitivo), fisiológico (o somático) y motor (o conductual). El primero, proviene principalmente de una experiencia interna que incluye un amplio espectro de variables relacionadas con la percepción y evaluación subjetiva de los estímulos y estados asociados con la ansiedad, como es el miedo, pánico, alarma, inquietud, preocupación, aprensión, obsesiones, pensamientos intrusivos, etc. Dentro de esta secuencia, el proceso fisiológico somático aparece como respuesta del sistema nervioso autónomo y la experiencia de ansiedad suele acompañarse de un componente biológico. Los cambios fisiológicos se reflejan en cambios externos (sudoración, dilatación pupilar, temblor, incremento de la tensión muscular, etc.) como internos (aumento de la frecuencia cardiaca, descenso de la salivación, etc.). Igualmente, para engranar el sistema faltante, es preciso mencionar que el mismo corresponde a la motricidad del cuerpo, que corresponde a los componentes observables de conducta lo que implica expresiones faciales, movimientos y posturas, que generalmente son respuestas de escape y/o para evitar situaciones adversas (Virues, 2005).

En efecto, la ansiedad está relacionada al escape y/o a evitar situaciones adversas que le producen tal estado, por lo que en esta perspectiva el sistema múltiple de respuesta explica como los seres humanos ansiosos van a revelar una experiencia que involucra su cognición con sus procesos fisiológicos y motores. La experiencia de ansiedad tiene dos componentes: la conciencia de las sensaciones fisiológicas (como palpitaciones y sudores) y la conciencia de estar nervioso o asustado. Muchas personas se asombran al enterarse que los demás no se dan cuenta de su ansiedad, si lo hacen, no pueden apreciar la intensidad de la misma. Además de los afectos motores y viscerales, la ansiedad afecta al pensamiento, a la percepción y al aprendizaje. Tiene a producir confusión y distorsiones en la percepción, no solo respecto al tiempo y al espacio, sino también respecto de las personas y del significado de los sucesos. Estas distorsiones pueden interferir con el aprendizaje al disminuir la concentración, reducir la memoria, y alterar la capacidad de relacionar un tema con otro, es decir, de hacer asociaciones (Pérez de Alejo y Díaz, 2000).

Esencialmente, la ansiedad es una emoción displacentera que se presenta con una multiplicidad de síntomas o signos que varían en intensidad, por lo que puede llegar a permanecer baja, o aumentar sus niveles y conllevar a una serie de distorsiones que afectan la percepción, atención, concentración, pensamiento, memoria y aprendizaje.

Teoría cognitivo conductual

Es preciso apuntar como la terapia cognitivo conductual nace de un conjunto de teorías del aprendizaje, que luego se fusionaron para sustentarla como teoría y posteriormente aplicarla como una alternativa de solución ante la variedad de procesos que accionan en el hombre, como un ser bio-psico-social. Los cuatro pilares básicos de la terapia cognitivo-conductual son: aprendizaje clásico, aprendizaje operante, aprendizaje social y aprendizaje cognitivo. Particularmente, en lo que se refiere a la práctica de la terapia cognitivo-conductual, las técnicas utilizadas combinan en diversos grados principios provenientes de múltiples líneas de investigación. Dado el carácter científico de la terapia cognitivo-conductual, ella se nutre, sencillamente, de la investigación psicológica contemporánea. En este sentido, no es una teoría ni una escuela psicológica, sino que se caracteriza mejor como un marco metodológico. No importa tanto el origen de las hipótesis sino el que ellas hayan pasado por la prueba empírica que exigen los criterios metodológicos (Orgilés y col., 2003).

De una forma específica, la terapia cognitivo conductual aborda la conducta humana con el fin de aliviar trastornos de índole psicológico, como es el caso de la ansiedad, por lo que el conductismo ha desarrollado tratamientos eficaces que suele consistir en alguna forma de desensibilización, mediante la exposición continuada al estímulo ansiógeno, asociados a enfoques psicoterapéuticos cognoscitivos (Shortt y col., 2001).

De esta manera, cabe destacar como la desensibilización es un caso de contracondicionamiento, que significa la sustitución de una respuesta emocional apropiada o que se adapta a una situación determinada, por otra que es la desadaptación, que constituye la ansiedad misma como estado emocional, por lo que ha sido tratada frecuentemente por la terapias de la inhibición recíproca que incluye, la relajación, la conducta asertiva, y la sexual (Shortt y col., 2001).

En esta perspectiva, se entiende como la conducta es vista como el eje principal en la sexualidad, tanto para el aprendizaje de un comportamiento sexual como para eliminar estos mismos. Por ende, la modificación de la conducta en la mujer con disfunción orgásmica puede ser tratada mediante la modificación de la misma, con programas de tratamientos basados en terapias de grupo, donde se reciben claves e información acerca de cómo experimentar orgasmos con mayor facilidad, al igual que métodos para mejorar sus capacidades de respuesta sexual. De esta forma, las mujeres con dificultades sexuales son casi invariablemente las víctimas del condicionamiento sexual negativo que se va formando a través del tiempo. Por lo que la terapéutica debería enfocarse hacia la ayuda de los pacientes para que estos: 1) abandonen o alteren los aspectos negativos de sus sistemas de valores sexuales. 2) retengan y procesen los positivos, y 3) añadan nuevas y positivas experiencias a su vida sexual, al desarrollar nuevos valores, que los ayudarán al éxito de cada relación en desarrollo (Bitzer y Alder, 2010).

En este orden de ideas, las mujeres que tienen dificultades para experimentar un orgasmo presentan fantasías con respecto al mismo, por lo que deben ser analizadas durante las sesiones, puesto a que algunos miedos suelen estar centrados en el castigo por el placer sexual. De igual manera, en las sesiones terapéuticas se debe ofrecer la seguridad, de que las fantasías de cualquier naturaleza, son normales e incluso útiles como estimulo en la función sexual y pueden ser utilizadas como distractor de la ansiedad (Bitzer y Alder, 2010).

Ahora bien, frecuentemente las mujeres con disfunción orgásmica presentan esta dificultad porque no han sido debidamente estimuladas, principio básico para lograr el orgasmo, que consiste en llevar el estímulo al máximo y la inhibición al mínimo. Por lo tanto, para reducir los factores que influyen en la inhibición, es recomendable utilizar una estrategia de tratamiento, en donde la mujer se auto estimule cuando esta sola y sin presiones del cónyuge hasta lograr el orgasmo (para ello, es imprescindible ayudar a solventar la culpa y vergüenza en cuanto a la masturbación), posteriormente, se buscará alcanzar el orgasmo por estímulo del clítoris en presencia del cónyuge y por último, la maniobra de puente. Además del trabajo de la fantasía y la masturbación, se propone el trabajo de los músculos pubococígeos para la obtención de orgasmos más placenteros (Domoney, 2009).

Por otra parte, es significativo apuntar que las disfunciones sexuales muchas veces son acompañadas de cuadros ansiosos, motivo por el cual, para su tratamiento deben ser abordadas conjuntamente con un entrenamiento en la respuesta sexual.

Teoría Racional Emotiva de Ellis

La emoción se manifiesta como una combinación de fenómenos que se relacionan entre sí, lo que quiere decir que las cogniciones, emociones y conducta interaccionan en forma constante. Dicha teoría corresponde a la terapia racional emotiva pues comprende aspectos de índole: conductual-cognitivo-afectivo-global que perciben a la cognición y a la emoción de manera integrada. Dentro de este orden de ideas, se debe precisar que Ellis relaciona la salud psicológica directamente con las creencias racionales. Por lo que una emoción negativa va a ser patológica o no, dependiendo de su base cognitiva y el grado de malestar derivado de sus consecuencias.


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