Enfermedad inflamatoria pélvica y sepsis 4.
TRATAMIENTO
1. Preventivo
Constituye el pilar fundamental del tratamiento. Debemos hacer énfasis en la educación sexual de los jóvenes, la utiilización de anticoncepción de barrera, La técnica correcta para el aseo personal, El tratamiento adecuado y oportuno de las infecciones geniales bajas y otras medidas que tienen una importancia vital en la profilaxis de la enfermedad.
Está demostrado que un cada vez mayor número de componentes dietéticos modifican la función del sistema inmune, por lo que se considera que poseen un efecto farmacológico. Entre ellos se encuentran las proteínas, la arginina, los ácidos grasos omega-6 y omega-3, el hierro, el zinc y las vitaminas A, C y E. La “nutrición farmacológica” ha demostrado sus beneficios, y es por ello que la utilización de nutrientes por vía enteral adicionados con fibra dietética y glutamina, es otro elemento que ayuda a evitar la traslocación bacteriana del intestino a la vía sistémica y que también mejora el estado de la barrera intestinal, lo que disminuye las posibilidades de iniciarse la sepsis y algunas de sus complicaciones; además de mejorar la evolución del paciente séptico.
Lo que siempre debemos recordar para la prevención de la sepsis es el lavado cuidadoso de las manos, el cuidado meticuloso de las vías venosas, arteriales y de la sonda vesical; al igual que tener establecido un programa para el control de la infección nosocomial.
La profilaxis antibiótica se cumplirá acorde a los principios enunciados en el capítulo correspondiente.
2. Control del foco
Existen principios fundamentales que rigen el tratamiento de la sepsis y de cuyo cumplimiento depende la eficacia de este:
a. La localización del foco de infección
b. Identificación del germen causal
c. Práctica inmediata del antibiograma
d. Localización y tratamiento directo de los focos secundarios
e. Institución precoz del tratamiento, con una dosificación suficiente y una duración adecuada.
f. Tratamiento sintomático y medidas generales.
3. Terapéutica antibiótica
Luego de la toma de muestras para hemocultivo al menos desde dos sitios distintos, así como de otros cultivos necesarios, iniciamos el tratamiento según la presunción diagnóstica y los resultados del “mapa microbiológico” de nuestro centro.
Existe una elevada inefectividad de los antibióticos (usados en forma convencional), en la resolución de estos casos. Aunque parece razonable el planteamiento de utilizar antibióticos bactericidas preferiblemente antes que bacteriostáticos, la sensibilidad del germen en el medio debe decidir nuestra selección. Debemos recordar que los antibióticos juegan un papel complementario a la eliminación mecánica del foco infeccioso.
Los cuadros 4 y 5 nos sirven como orientación general para el inicio de la terapéutica. Luego de establecida la sensibilidad del germen a un antimicrobiano, se procederá a instituir el tratamiento específico.
4. Modular la respuesta del huésped
Las toxinas que exceden la capacidad destoxificadora del SRE son las que detonan la respuesta inflamatoria exagerada del huésped, por lo que se ha tratado de neutralizar los mediadores de dicha respuesta por medio de anticuerpos anti-TNF y anti C5a, antagonistas del receptor de IL-1 y del PAF, inhibidores de eicosanoides (leucotrienos, tromboxano y prostaglandinas), antioxidantes, anticoagulantes, naloxona y pentoxifilina; los que hasta ahora no han ofrecido los resultados deseados.
Los esteroides en la sepsis solo tienen indicación específica en las meningitis por Haemophilus inflenzae de los niños para disminuir la pérdida auditiva (Dexametasona: 10-15 mg.Kg.día durante 4 días, o Metil-prednisolona: 30 mg.Kg en dosis única) y en las neumonías moderadas o severas por Pneumocystis carinii del SIDA (Metil-prednisolona: 40 mg c/6 horas, o Prednisona: 40 mg c/12 horas).
5. Terapéutica de soporte
La sepsis es un estado dinámico que necesita de una adecuada vigilancia y monitorización de las funciones vitales del paciente, de las alteraciones metabólicas y de la oxigenación que se producen. Es por ello que se hace necesaria una tecnología que responda a las exigencias de la entidad, tanto en los aspectos diagnósticos como terapéuticos, y de un trabajo multi e interdisciplinario.
Las medidas generales como el reposo, y sintomáticas como la terapéutica con antipiréticos, se indicarán acorde a las necesidades del paciente.
El soporte de órganos comienza casi siempre por el cardiovascular, pues al constituir la sepsis un estado hiperdinámico, se hace necesario revertir la falta relativa o absoluta de volumen según los mismos criterios que se desarrollan en el capítulo de shock. Solo señalaremos que si las cifras de hemoglobina resultan inferiores a 100 g.L, debemos añadir la transfusión de glóbulos, hasta alcanzarla.
Otros aspectos a considerar son el soporte nutricional, del medio interno, inmunológico, respiratorio, renal, neurológico y psíquico del paciente. De todas formas, el verdadero arte de la medicina radica en el médico al lado del paciente, anticipándolo, reaccionando e interactuando con él.
Por último, el tratamiento solo se suspenderá tras un período de 5 a 7 días luego de la regresión del cuadro clínico. No debe darse por curado al enfermo hasta que no se logren dos hemocultivos negativos consecutivos como mínimo.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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