Embarazo. Sindrome de Potter, agenesia bilateral renal. La eutanasia prenatal o el “acompañamiento de la madre”. Deontologia, “diskursethik”, reflexiones. Una perspectiva bioetica personalista
Autor: Dr. Juan Herrera Salazar | Publicado:  27/07/2011 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Articulos | |
Embarazo. Sindrome de Potter, agenesia bilateral renal. La eutanasia prenatal Deontologia .4

La segunda indicación es la valoración moral de la eutanasia como “una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto es moralmente inaceptable matar deliberadamente a una persona humana (EV. N. 65)”.

Esto es afirmado de modo solemne en la Encíclica, subrayando que se trata de una enseñanza en continuidad con el Magisterio precedente de Pío XII(43), de Paulo VI (44), del Concilio Vaticano II (45), de la doctrina expuesta en Declaraciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe, (46) y de las enseñanzas de inminentes doctores de la Iglesia, como Santo Tomás de Aquino, que “siempre fue propuesto por la Iglesia como maestro del pensamiento y modelo del recto modo de hacer teología” (47), y San Agustín de Hipona (48).
Podemos afirmar que se trata sin duda de una doctrina enseñada como definitiva por el Magisterio ordinario y universal de la Iglesia.

“Podría parecer que en la doctrina sobre la eutanasia haya un elemento puramente racional, dado que la Escritura no parece conocer el concepto. Sin embargo, emerge en este caso la mutua interrelación entre el orden de la Fe y el de la razón: la Escritura excluye, por cierto, con claridad, cualquier forma de autodisposición de la existencia humana como la supuesta en la praxis y en la teoría de la eutanasia” ( 49).

El Santo Padre recuerda que “tal doctrina está fundada en la ley natural” (50), de modo que “aún entre dificultades e incertidumbres, con la luz de la razón y no sin el influjo secreto de la Gracia, puede llegar a descubrir el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término” (51,52).

Consideraciones Finales y Conclusión:

El Hospital Bautista, es un hospital escuela abierto a médicos católicos, evangélicos y público religioso o laico.

Recapítulemos el recorrido trazado en nuestro “acompañamiento”:

a) Cómo nos pusimos en acción y diálogo
b) Cómo planteamos la problemática de nuestra competencia profesional (insuficiente, pero no paralizante).
c) Cómo nos planteamos la problemática ética,
d) Cuales incertidumbres enfrentamos y cómo llenamos los frágiles intersticios que dicha incertidumbre abrió en nosotros, cómo las aceptamos reflexionando sobre la fragilidad de nuestra propia existencia. Aprendimos a aceptarlas, a vivir con ellas.
e) Cómo vivimos nuestra finitud y como su reconocimiento sirvió para establecer un puente para el diálogo fecundo con la familia.
f) El problema de la “Instrumentalización de la Paciente” se discutió el hecho de haber decidido, de hacer el corte cesareo el 25 de marzo de 2011, “Dìa del No Nacido” (65). Nos preguntamos si esta decisión se vinculaba a un deseo de promover una causa, en oposición a la ideología abortista.
g) Dejar un testimonio, nuestra valoración de la vivencia ética. Esta vivencia nos hizo crecer, en plano científico-clínico, comprendimos mejor las implicaciones antropológicas de la palabra (ad-sistere, asistir), crecimos como personal sanitario, además experimentamos una transformación personal, apareciò un nuevo “ethos” personal y un nuevo “ethos curativo” del equipo de salud.

Puesta en Acción:

Revisión bibliográfica documentación clínica, lectura de dilemas éticos y casuística relacionada.

En la cultura contemporánea muchas grandes escuelas de ética fundan sus enseñanzas en convicciones.
En Nicaragua, la discusión ética tiende a polarizarse, asume las características de enfrentamiento de ideologías.
El debate sobre el (aborto-terapeútico, liberalización del aborto) ha tomado esta connotación.

Por un lado la Iglesia Católica Nicaragüense, generalmente se pronuncia desde una ética de la convicción, con tono magisterial-teológico moral fuerte, en vez de fundar su argumentación sobre la biología, a la luz de la genética, valorar a la luz de la razón ético-antropològica el valor, de la vida humana nasciente, en vez de usar una perspectiva bioética, para el diálogo con la sociedad laica y científica, creyente o no creyente. Se comporta en este sentido, con una cierta arbitrariedad, dado que no se presta a si misma, los instrumentos apropiados para establecer un diálogo racional, con el resto de la sociedad laica y científica, abrirse al “Diskursethik”, de Appel y Habermas. (55, 56, 57, 58), o la argumentación aristotélico-tomista.

Aclaramos nuestra posición de creyentes: la valoración teológica moral del Magisterio de la Iglesia, (respecto al aborto- eutanasia) completa, da sentido y fin último a nuestras razones).

Por otro lado la ética de La Libre Disposición de Sí Mismo, también una ética de la convicción, con una adhesión también arbitraria, no racional, el elemento de creencia se vuelve, adhesión afectiva a un principio. De este modo las dos éticas de la convicción nos llevan a callejones sin salida, imposibles para quienes se adhieren a ellos radicalmente.

En nuestro caso, no había un dilema ético, no se enfrentaban las dos éticas de la convicción, sino más bien, la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad, (ética que valora la consecuencia de nuestros actos), que ha medida que nos documentábamos, nos presentaba interrogantes, no contempladas, en la primera aproximación.

Ante la perplejidad suscitada, decidimos estudiar y revisar nuestras convicciones, enfrentarlas a nuestras responsabilidades, complementar (convicición -responsabilidad), civilizar nuestra ética de la convicciòn, justificándola racionalmente.

Nuestra paciente solicitó el acompañamiento de su feto terminal (hija), motivada por una convicción de tipo religioso, fundamentado en el respeto del principio de “La Sacralidad de la Vida”, que compartía el mèdico ginecólogo-obstetra a su cargo, pero encontro frágiles, inciertos y perplejos al equipo de salud y al obstetra mismo.

Muchos de sus integrantes y uno de los autores, no habíamos estado frente a una persona, que sabiendo que su propio feto (hija/o) no sobrevivirá, escoge de proseguir, de llevar su embarazo a término y acompañar a su hija/o a su muerte natural.

En nuestro país los que adoptan la ética de la convicción, La Libre Disposición de Sì Mismo, pretenden justificar el aborto, liberalizar la legislación vigente y las ramificaciones que de su liberalización se desprenden, eutanasia, suicidio asistido y algunas formas de eliminación del discapacitado que preocupan, por llevar a senderos, sujetos a la manipulación-instrumentalización política, con argumentaciones emotivo-subjetivas.

Dilema ético:

No había un dilema ético en sì, dado que desde el diagnóstico la paciente solicitó espontaneamente que se le diera el acompañamiento necesario al feto terminal (su hija) y la familia y se inicio a trabajar, en la solución favorable para organizar la logística, institucional-hospitalaria y la organización de la solidaridad que muchos querían prestar.

Por eso nuestra tarea se volvió, hacia la justificaciòn racional de nuestra decisión.

El equipo de salud comenzó a utilizar la palabra responsabilidad, se comenzó hablar de nuestra responsabilidad y esto abrió nuevas brechas para una fértil discusión.

Etica de la Responsabilidad y Etica de la Convicción

La madre toma su decisión, siguiendo a grandes líneas la máxima de la ética de la convicción-- en lenguaje religioso: Como cristiana cumplo con mi deber, respeto el principio de Sacralidad de la Vida, en relación a sus consecuencias, me remito a Dios.

La ética de la responsabilidad Weber et al (60): “debemos responder de las consecuencias de nuestros actos”.

Las éticas de la convicción rehúsan la justificación de los medios por el fin y afirman como una conducta el empleo de medios intrínsecamente buenos para estar conforme al deber.

“Non sunt facienda mala ut veniat bona”.

Hablar de responsabilidad, es un tema antiguo. Pertenece a nuestra tradición, Caín como responsable de Abel, Genesis: 4:9-14;

Recuerdo a los griegos Sofocles (61), Esquilo (62), que nos dejaron el teatro, para que el espíritu humano, comprenda, la cuestión de la responsabilidad de la acción del sujeto humano.

Nos dispusimos a estudiar las consecuencias de nuestros actos, específicos. El equipo de salud en sede de crítica intersubjetiva, analizó sus competencias específicas y examinó las intenciones de sus actos, los criterios de intencionalidad, desde la ética de la responsabilidad.


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