Modificacion de los conocimientos sobre hipertension arterial en pacientes hipertensos
Autor: Dra. Zoraida Zayas Pellicier | Publicado:  16/08/2011 | Cardiologia , Articulos | |
Modificacion de los conocimientos sobre hipertension arterial en pacientes hipertensos .1

Modificación de los conocimientos sobre hipertensión arterial en pacientes hipertensos.

Dra. Zoraida Zayas Pellicier. Especialista de primer grado medicina general integral.

Dra. Elsa La Rosa Kindelan. Master en procederes diagnósticos en el primer nivel de atención médica. Instructor. Especialista primer grado de medicina general integral.

Palabras clave: hipertensión, high blood pressure

RESUMEN

Se realizó un estudio de intervención comunitaria con pacientes hipertensos pertenecientes al Consultorio del Médico de la Familia “Río arriba” del Policlínico Docente “Reynaldo Chiang Vargas” Municipio Songo La Maya, de la provincia Santiago de Cuba, durante el período comprendido desde el primero de julio del año 2006 al 30 de marzo del año 2007, con el objetivo de modificar los conocimientos sobre hipertensión arterial. El universo estuvo constituido por 67 pacientes hipertensos, se tomó una muestra por el método aleatorio simple quedando constituida por 25, a los que se les aplicó un programa de clases durante 3 meses, con un tiempo de 24 horas.

Las clases se impartieron en tres grupos en días alternos de la misma semana. Los resultados obtenidos se presentaron en cuadros de contención y en gráficos ilustrativos. En todos los cuadros donde existieron condiciones para su aplicación se utilizó la prueba de Mc Nemar, para una significación de p< 0,05. Se concluye que se logró elevar el nivel de conocimientos sobre la hipertensión arterial en los pacientes hipertensos estudiados, con una alta efectividad en el programa de clases aplicado. Se recomienda extender este tipo de estudio a otros consultorios médico de la familia y áreas de salud.

Introducción

La hipertensión arterial es una de las enfermedades más estudiada en el mundo, no en vano ha sido denominada la asesina silenciosa, en muchos casos se diagnostica cuando ya el paciente tiene afectaciones de algún órgano diana, es una de las enfermedades crónicas no transmisibles que con más frecuencia padece el adulto; constituye el factor de riesgo más estrechamente ligado al desarrollo de las enfermedades vasculares, coronarias, cerebrales, renales y de retinopatías. El riesgo de morir por esta causa, principalmente el infarto agudo del miocardio, accidentes cerebrovasculares, es mucho mayor en los individuos hipertensos y aumenta de manera proporcional con los niveles de tensión alcanzados (1-3).

La comisión nacional cubana define como hipertenso a todo individuo de 18 años ó más de edad, que en tres ocasiones distintas y bajo los requisitos establecidos para su toma, presente cifras de presión arterial, de 140 y 90 mm de Hg. o más para sus tensiones sistólicas y diastólicas respectivamente (4-7).

En las últimas décadas ha existido un interés marcado en las investigaciones de grandes masas poblacionales en la búsqueda de datos relacionados con la epidemiología de la hipertensión; los estudios realizados han puesto de manifiesto que la hipertensión arterial no es solamente una causa directa e importante de incapacidad y muerte, sino también predispone a la aterosclerosis, acelera el paso de lípidos a través de las células endoteliales de la íntima y por tanto es un factor de riesgo importante de la cardiopatía isquémica, la trombosis cerebral y aterosclerosis obliterantes de los miembros inferiores. (1, 2,8-12)

Se considera que todos los pacientes hipertensos son tributarios de modificaciones de estilos de vida y sólo cuando se haya confirmado su necesidad se emprenden tratamientos farmacológicos. (13-17)

Es uno de los de los problemas de salud que con mayor frecuencia tienen que observar y analizar los médicos de familia; que aunque fácil de diagnosticar resulta habitualmente difícil de controlar, dado por la pobre adhesión de los pacientes al tratamiento. Constituye por si sola una enfermedad pero es además un factor de riesgo para otras enfermedades. (18-22)

Actualmente las crisis hipertensivas se dividen en emergencias y urgencias; entiéndase por emergencias hipertensivas, aquellas situaciones que requieren reducción de la tensión arterial de forma inmediata en un plazo de minutos a una hora; utilizándose generalmente drogas parenterales, ya que existe un factor de riesgo inminente para la vida por la presencia de un daño progresivo sobre órganos terminales y que generalmente requieren de hospitalización en una unidad de cuidados intensivos. En la urgencia están comprendidos aquellos estados en que la presión arterial se eleva con creces y se acompaña de síntomas preocupantes; pero no existe inminencia de una catástrofe vascular o de un fallo orgánico grave, esta no exige hospitalización obligatoria, la vía que se puede emplear es oral. (23-26)

En la hipertensión arterial el médico debe tener en cuenta aspectos circunstanciales y constitucionales que puedan general falsos resultados como seria: las edades límites, los estados emocionales, el dolor, la distensión vesical, la espera incómoda, el esfuerzo, la exposición al frío, el consumo de tabaco o alcohol, etc. 30 minutos antes de la toma de la tensión que favorecería la obtención de valores muy altos. (27-30) Algunos plantean que en las mujeres jóvenes se produce una elevación de la tensión arterial cuando la misma es tomada por médicos hombres, recogiéndose en la literatura como el “White Coat Síndrome” (Síndrome de la bata blanca); (31-33) otros plantean que en el anciano pueden encontrarse cifras tensionales falsamente elevadas (especialmente la sistólica) estando relacionadas con la dificultad del manguito para comprimir una arteria esclerótica, rígida; así en estos pacientes, no pueden olvidarse tomar inicialmente la tensión arterial en posición de pie, por la frecuencia con que se presenta en ellos la Hipotensión Ortostática. (20-34-39)

Teniendo en cuenta que la hipertensión arterial es un variable numérica y sus consecuencias se relacionan con ella cualitativamente, mientras mayor es la cifra de tensión arterial, peor será el pronóstico, además la demora en el diagnóstico de esta afección puede propiciar que cuando sea identificada ya tenga complicaciones irreversibles, o que las cifras tensionales hayan progresado significativamente y de una hipertensión ligera, se haya convertido en una moderada o severa en el momento del diagnóstico; es importante realizar este lo más temprano posible. La prevalencia ha estado en aumento, asociado a patrones alimentarios inadecuados, disminución de actividad física y aspectos conductuales relacionados con hábitos tóxicos. (38, 40,41)

Es necesario realizar una tarea promocional encaminada a brindarle a la población una adecuada educación para la salud con relación a la enfermedad, así como el control de todos los factores que pueden constituir riesgo para esta afección tales como: ingestión de alimentos ricos en sodio, la obesidad, el sedentarismo, la tensión emocional mantenida, entre otros. (15, 20,41)

Esta educación debe incluir no solo al paciente de riesgo sino también al hipertenso, a los cuales se les explicará todo lo concerniente al manejo higiénico- dietético y medicamentoso de la afección con el ánimo de mejorar o hacer desaparecer los síntomas, así como reducir al mínimo la aparición de complicaciones y prolongar la vida.

El programa de lucha contra la hipertensión arterial va dirigido a su prevención, detección precoz y tratamiento eficaz, haciendo énfasis en la aplicación de medidas educativas tendentes a inducir cambios en el estilo de vida de la población, especialmente en edades tempranas, que los alejen de hábitos que favorezcan el desarrollo de esta afección. Su control es el punto de partida para la disminución de la morbimortalidad. (15, 38, 41)

Durante el último decenio se ha ido comprendiendo de manera gradual que la modificación del estilo de vida del hipertenso (control de una dieta adecuada, eliminar hábitos tóxicos como el café, tabaquismo, alcohol, disminuir la obesidad, el sedentarismo, el estrés, mediante la realización de ejercicios físicos, y conduciendo al conocimiento de técnicas de relajamiento), le permitirá preservar la capacidad de adaptación y lograr un manejo integral que mejore su calidad de vida. Es conocido que el 50% de estos pacientes son incapaces de cumplir un régimen higiénico dietético y de llevar cabalmente un tratamiento con fármacos por más de un año y actitudes como estas se encuentran muy influidas por los criterios y creencias, que de su enfermedad, tiene la población. (15, 34,40)

En la actualidad se argumenta que en aquellos pacientes con cuadros de hipertensión arterial ligera o estadío 1 y 2, cuyo control de la presión arterial sea excelente por un año y durante las últimas 4 consultas, la medicación antihipertensiva puede ser discontinuada de forma lenta y progresiva, siempre que se mantengan las medidas no farmacológicas como: restricción de la sal, reducción del peso excesivo y de la ingestión de alcohol, lo cual hace patente la importancia de la prevención de la hipertensión arterial y el impacto de la modificación del estilo de vida sobre la tensión arterial. (15, 22, 40,41)

No se debe descuidar el rápido envejecimiento poblacional que se impone actualmente en el mundo, motivado por el rápido decrecimiento de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida, lo que asegura un incremento de la población mayor de 60 años y con ella el aumento paulatino de las enfermedades crónicas no transmisibles, donde prima la hipertensión arterial. (42-44)

Las tendencias mundiales al incremento de la expectativa de vida en la mayoría de los países ha propiciado que una cantidad de personas transite hacia el envejecimiento. En la mayoría de los países la prevalencia se encuentra entre un 15% a un 30%. La frecuencia de hipertensión arterial aumenta con la edad, demostrándose que después de los 50 años, casi el 50% de la población la padece, siendo la misma, de gran demanda en el uso de medicamentos. (24-26)


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