La obesidad como factor de riesgo para la osteoartrosis sintomatica en adultos mayores
Autor: Msc. Dr. Héctor Gutiérrez Medina | Publicado:  25/11/2011 | Reumatologia , Endocrinologia y Nutricion , Geriatria y Gerontologia , Articulos | |
La obesidad como factor de riesgo para la osteoartrosis sintomatica en adultos mayores .2

Los problemas de salud del anciano son complejos por la conjugación de factores biológicos, psicológicos y sociales. Las patologías determinan la instalación de un círculo vicioso de enfermedad – discapacidad – desventaja – riesgo – enfermedad, afectando la calidad de vida y el bienestar del individuo, la familia y la colectividad. Su resolución se propone incluya de manera unificada a los diferentes modelos para abordar poblaciones y sus factores de riesgo, o interviniendo directamente, en el nivel individual. (18)

Relacionado con el estado nutricional, es probablemente el estilo de vida que peor evolución ha tenido en décadas, incluso las actuales generaciones de adultos mayores han sufrido ambos extremos de la mala nutrición: la mala nutrición por defecto en sus edades tempranas de la vida y el sobrepeso y obesidad en la adultez y la vejez. Entre finales de los ochenta y el año 2000, la obesidad entre hombres de 65 a 74 años aumentó de un 24 a un 33% y en mujeres de un 26 a un 38%. En las personas mayores la nutrición incorrecta puede estar causada por el acceso limitado a los alimentos, las penurias socioeconómicas, la falta de conocimientos e información sobre nutrición, la incorrecta elección de los alimentos (por ejemplo, comer comidas ricas en grasas), las enfermedades y el uso de medicamentos, la pérdida de los dientes, el aislamiento social y las discapacidades cognitivas o físicas que inhiban la propia capacidad para comprar alimentos y prepararlos, las situaciones de emergencia y la falta de actividad física. El consumo excesivo de energía aumenta el riesgo de sufrir obesidad, enfermedades crónicas y discapacidades a medida que las personas envejecen. (19)

Existe una muy intrínseca relación entre actividad física y nutrición. La mayoría de los expertos reconocen la necesidad de integrar las estrategias de promoción para ambos aspectos, muy en especial en las personas mayores. (19)

Está demostrado que la actividad física moderada y sistemática puede retrasar el declive funcional y reducir el riesgo de enfermedades crónicas tanto en mayores sanos como enfermos. Se ha insistido incluso que el impacto de la actividad física en personas mayores es mucho más evidente que en edades más jóvenes porque los primeros están más expuestos a desarrollar problemas asociados a la inactividad. Los beneficios que podrían obtenerse de un ejercicio físico razonable tienen considerablemente mayor importancia que los potenciales efectos adversos.19
Las perspectivas para la tercera edad en los próximos años será la siguiente: a nivel global, las personas de más de 60 años se incrementarán de 613.6 millones en el año 2000 a 1207.6 millones en el 2025. (20)

Entre los países con transición avanzada se encuentran, por ejemplo, Japón, Italia y Grecia. En Las Américas se encuentran Argentina, Bahamas, Barbados, Canadá, Chile, Estados Unidos, Jamaica, Martinica, Puerto Rico y Uruguay, entre otros. En este grupo también está Cuba, con una población con edad de 60 ó más años por encima del 15%. En este último país toda persona que alcanza los 60 años de edad y los supera es considerada un adulto mayor. (21)

Venezuela, país en desarrollo, ubicado en la región sur de América Latina no está exenta de este proceso de transición demográfica. Según datos de la Oficina Central de Estadística e Informática (OCEI, 1996) para 1990 existían en el país alrededor de 725.319 personas mayores de 65 años, cifra que para 1995 aumentó a 887.241 representando el 4% con respecto a la población total. Para el año 2000, la población de adultos mayores superó el millón de personas (1.593.585 habitantes), lo cual representaba el 6.6% de la población total (OCEI, 2001). En el año 2006 se registraron 2. 634. 998 adultos mayores, el 9.2%. Se estima que para el 2025 la población venezolana anciana represente el 21% de la población total. 10 Estos datos estadísticos la ubican entre los países de la región con un envejecimiento moderado. (22)

En los ancianos la obesidad puede llegar a convertirse en una patología de base que acarrea otras múltiples alteraciones. Los últimos estudios indican que la obesidad puede acelerar el envejecimiento e incluso puede acelerar la mortalidad en este grupo de población. Los protocolos basados en dietas alimenticias adecuadas, así como el ejercicio y la modificación de hábitos, son capaces de revertir la situación. La obesidad está ligada directamente a un descenso de la calidad de vida, debido a las complicaciones metabólicas, unidas a la acumulación excesiva de grasa corporal. (23)

El concepto de que la obesidad es un riesgo para la salud ha sido claramente identificado desde los trabajos de Hipócrates y frecuentemente desde los siglos siguientes, cuatrocientos años antes de Cristo, Hipócrates enunció con toda precisión su punto de vista: “En tu alimentación está tu corazón”. (24)

La obesidad es una forma común de malnutrición en el anciano. El excesivo aumento de peso está asociado a una reducción en la actividad física y una progresiva reducción en los requerimientos calóricos para mantener el peso corporal. La obesidad incrementa el riesgo de Infarto Agudo del Miocardio, Accidentes Cerebrovasculares, Hipertensión arterial, Diabetes mellitus tipo 2, Osteoartritis, Várices y diferentes tipos de cánceres. (25)

Un fenómeno que preocupa mucho a los expertos es que el 65,2% de la población venezolana adulta tiene sobrepeso, ubicándose como el vigésimo cuarto país más gordo del planeta, según el más reciente ranking de la Organización Mundial de la Salud. Para el famoso endocrinólogo Salomón Jakubowicz, el origen de esto radica en los malos hábitos nutricionales como lo es la comida ¨chatarra¨, principal causante de la obesidad, y la falta de ejercicios. (26)

En el 2009, el 38,7% de los mayores de quince años era considerado obeso en Estados Unidos, el 31,8% en México, el 29,6% en Venezuela y el 27,5% en Guatemala. Latinoamérica aún registra tasas de obesidad en niveles muy por debajo a los de países desarrollados como Estados Unidos, aunque esa diferencia se irá haciendo más pequeña porque las cifras de obesidad están aumentando en la región. Las perspectivas para el año 2020 apuntan, además, a que seis de los países con mayor obesidad en el mundo serán latinoamericanos: Venezuela, Guatemala, Uruguay, Costa Rica, República Dominicana y México. De estos, Venezuela será el tercer país con más gente obesa en el mundo, con un 41,6%, y México estará en el décimo puesto con un 35,3%. Cálculos de la Organización Mundial de la Salud indican que en 2005 había en todo el mundo aproximadamente 1600 millones de adultos (mayores de 15 años) con sobrepeso y al menos 400 millones de adultos obesos. (27)

Está demostrado que la edad es el mayor factor de riesgo para el desarrollo de la Osteoartrosis que aumenta paulatinamente después de los 30 años pudiendo llegar hasta un 80% hacia los 65 años e incluso a un 95% en edades superiores. Hasta la quinta década muestra un comportamiento similar en ambos sexos para predominar marcadamente en el sexo femenino por encima de los 60 años, fenómeno probablemente asociado a influencias hormonales. Múltiples factores de riesgo se asocian al progreso (y no pronóstico) de esta enfermedad entre los que se destacan además de la edad y el sexo femenino ya mencionados, la obesidad, los microtraumas repetitivos en la práctica de determinados deportes y el desarrollo de actividades profesionales específicas. Esta entidad se produce primariamente en articulaciones que soportan peso -como la cadera y la rodilla- aunque puede afectar también la columna vertebral y pequeñas articulaciones de los miembros. (28)

Las enfermedades reumáticas en Venezuela y el mundo afectan entre el 25 y 30% de la población, generando el 45% de las incapacidades laborales permanentes en mayores de 50 años y el 15% de los reposos transitorios en los sitios de trabajo. Se estima que quince de cada cien personas que acuden a consultas relacionadas con atención primaria van al médico por alguna enfermedad reumática. La artrosis u osteoartritis es el tipo de artritis más frecuente y se ha descrito que está asociada al sobrepeso, el tipo de actividad, la herencia o algún traumatismo. La prevalencia de la enfermedad en las articulaciones se correlaciona estrechamente con la edad, pues más del 80% de las personas con edades por encima de 50 años presentan cambios que pueden sugerir artrosis. (29)

La elevada prevalencia de osteoartrosis, en particular en los ancianos y el alto índice de discapacidad que origina, han hecho que ocupe el primer lugar como trastorno invalidante en ese segmento de la población. Ante el envejecimiento de las poblaciones de países industrializados y la obesidad, que constituye un importante factor de riesgo, se han detectado aumentos de su prevalencia y por ello tal tendencia persistirá en forma cada vez más grande. (30)

Por otra parte se ha demostrado que existen otros factores relacionados con la Osteoartrosis senil pero no han sido muy concluyentes y dejan el camino abierto a otras investigaciones. Es importante continuar con estudios que analicen la asociación entre estas enfermedades ya que los existentes no son suficientes, y no se han realizado con una frecuencia adecuada en lugares que así lo requieren; como por ejemplo en comunidades históricamente excluidas de los servicios de salud, comportándose estos factores no sólo como de riesgo, sino como precipitantes y agravantes también porque facilitan la progresión de la enfermedad a grados más avanzados e irreversibles. En este mismo sentido constituye una necesidad tener solidez en estos datos a niveles comunitarios, con vistas a poder dirigir equitativamente las acciones de salud y aún más pertinente realizar estudios como el que se defiende ya que no solo muestran la prevalencia de estas afecciones, sino que además permite evaluar asociaciones estadísticas que facilitan las acciones de salud condicionadas por la ponderación según las fuerzas de asociación encontradas y por último permite determinar indicadores de impacto, como los riesgos atribuibles. Teniendo en cuenta la incidencia y las secuelas de la Osteoartrosis degenerativa en los adultos mayores y la falta de antecedentes recientes en la parroquia estudiada es que se decidió realizar este trabajo investigativo con el objetivo de evaluar la asociación entre la obesidad y la presencia de Osteoartrosis sintomática en el adulto mayor, que pretende dar solución al siguiente problema científico:

Se desconoce la existencia de alguna asociación entre la obesidad y la presencia de Osteoartrosis degenerativa sintomática en los adultos mayores pertenecientes a los Círculos de Abuelos de dos Consultorios Médicos Populares de la Comunidad Isaías Medina Angarita de la parroquia Petare en el estado Distrito Metropolitano de Caracas, Venezuela durante el año 2008.


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