Actividad del voluntariado. Factor influyente del envejecimiento activo
Autor: Lidia Martínez Ruiz | Publicado:  17/07/2012 | Geriatria y Gerontologia , Articulos | |
Actividad del voluntariado. Factor influyente del envejecimiento activo .1

Actividad del voluntariado. Factor influyente del envejecimiento activo. Centro de Estudios Universitarios de Talavera de la Reina. Trabajo de investigación. Especialista en gerontología social y envejecimiento activo. Primera edición. 2009-2010.

Lidia Martínez Ruiz

ÍNDICE

1. TITULO

2. Antecedentes y estado actual del Marco Teórico.

2.1 Demografía y envejecimiento activo.
2.1.2 Causa del envejecimiento demográfico.

2.2 Envejecimiento activo
2.2.1 Enfoque de las políticas y programas de desarrollo del envejecimiento activo.
2.2.2 Determinantes del envejecimiento activo.

2.3 Participación de las personas mayores.
2.3.1 Diferentes tipos de participación.

2.4 Participación Social.
2.4.1 Dimensiones de la Participación Social.
2.4.2 Voluntariado de las personas mayores
2.4.3 Mayores voluntarios en España

3. Objetivos.

4. Hipótesis.

5. Metodología.

5.1 Población de referencia y de estudio.
5.2 Criterios de inclusión y exclusión.
5.3 Tamaño muestral y procedimiento de muestro.
5.4 Diseño de estudio.
5.5 Variables
5.6 Recogida de datos.
5.7 Análisis de datos.

6. Resultados.

6.1 Discusión de resultados
6.2 Conclusión

7. Dificultades y limitaciones del estudio
8. Anexos

1. TITULO

Actividad del voluntariado: factor influyente del envejecimiento activo.

2. ANTECEDENTES Y ESTADO ACTUAL DEL MARCO TEÓRICO

2.1 DEMOGRAFÍA Y ENVEJECIMIENTO.

Demografía y envejecimiento parecen ámbitos incomunicados; la demografía es un asunto de poblaciones y envejecer es algo que sucede a individuos, sin que aparentemente intervengan en ello ni las dinámicas poblaciones ni las estructuras demográficas. (Perez Diaz, 2006)

El envejecimiento demográfico es un cambio en la estructura por edades que provoca un aumento de la edad media del conjunto (la evolución del porcentaje de personas de 65 y mas años resulta más fácil de calcular y proporciona también una buena medición). (Perez Diaz, 2006).


Si se ha llegado a contabilizar que aproximadamente hay 600 millones de adultos mayores de 60 años, también se ha proyectado que para el año 2025 habrá el doble, en su mayor parte en los países desarrollados; y está previsto que esa cifra de salud y de servicios sociales en todo el mundo, obligando a la redistribución de dichos recursos, teniendo en cuenta este proceso de envejecimiento de la población mundial. (Perez Diaz, 2006).

En España, en 2003 residían 7.276.620 ciudadanos de 65 y mas años (uno de cada cuatro es octogenario), y de los cuales las mujeres constituían la mayoría (57.8%). Este grupo de población de 65 y más años es el más numeroso (el 17% de la población). (Perez Diaz, 2003).

El análisis de la estructura de la población pone en evidencia que se está produciendo un envejecimiento social progresivo, y este fenómeno va acompañado de una mayor esperanza de vida. En nuestro país, la esperanza de vida sigue aumentando, habiendo llegado en el 2002 a los 83, 1 años para las mujeres y los 75,7 años para los hombres, lo que significa un envejecimiento global de la población española si tenemos en cuenta el descenso de la natalidad y la nupcialidad. (Perez Diaz, 2003).

En cuanto al futuro se ha previsto que continúe el incremento en la esperanza de vida, pues según sostiene los estudios demográficos en el año 2030 la esperanza de vida se habrá incrementado hasta los 87 años en el caso de las mujeres y hasta los 81 años de edad en el caso de los hombres. Por este motivo la sociedad debe centrar su atención en conseguir que las personas jubiladas y de personas que lleguen hasta edades avanzadas tengan un buen nivel de calidad de vida, y no sea la edad, pues, un obstáculo que vaya en detrimento de este objetivo. (Perez Diaz, 2003).

En relación a la composición de los hogares españoles ha aumentado el número de los hogares unipersonales que casi se han duplicado, donde destacan los hogares con mujeres solas más de 65 años (1.043.471), lo que implica un aumento del 49.7 %. En relación de géneros, por cada tres mujeres mayores que viven solas existe un hombre en la misma situación. También las personas de 85 y más años que viven solas han crecido hasta el 160%, al pasar de los 76.690 en 1992 a los 199.362 en 2001.

De este modo llegamos a conclusiones sobre el envejecimiento de la sociedad, que puede considerarse por un lado un avance y por otro un gran desafío, pues supone una mayor exigencia social y económica. De todas maneras, lo más importante del envejecimiento, el verdadero reto del aumento de la esperanza de vida es lograr una autentica calidad de vida de las personas mayores que les permita mantener la actividad y la independencia con el fin de vivir y disfrutar esa prolongación de la vida. (Perez Diaz, 2006).

Hasta un 80% de las personas con setenta años mantiene una forma física y mental aceptable que les permite llevar su vida diaria con plena normalidad según datos oficiales. (Perez Diaz, 2006)

A pesar de ello la sociedad en general sigue relacionando la vejez y los mayores con la enfermedad, la dependencia y la falta de productividad, en muchas ocasiones haciendo caso omiso de su experiencia y sabiduría, desaprovechando la oportunidad social de contar con la voluntariedad de este sector en la población. (Murray y López, 1996)

La mayoría de las personas mayores (más del 70%) no sufren discapacidad alguna, y más del 85% son independientes y realizan una vida normal y autónoma hasta edades muy avanzadas. (Murray y López, 1996).

2.1.2 CAUSA DEL ENVEJECIMIENTO DEMOGRÁFICO

Los cambios que la nueva vejez protagoniza en los países desarrollados, todos ellos relacionados con los cambios en todo su ciclo vital anterior, son los siguientes. (Perez Diaz, 2005):

Mejora económica.

Creciente papel en las relaciones familiares: Hoy prácticamente todos los niños españoles coexisten con sus abuelos y abuelas, y prácticamente la mitad viene al mundo en vida de algún bisabuelo. Esta relevancia numérica, unida a su mejora socioeconómica, está convirtiendo a los nuevos mayores en elementos fundamentales del bienestar de sus familiares, tanto de los muy mayores como lo de los más jóvenes.

Creciente relevancia social: su peso cada vez mayor y su mejor situación relativa confiere a la vejez un protagonismo creciente en multitud de sectores clave de la vida colectiva; son una parte considerable del electorado; constituyen un mercado enorme de bienes y servicios específicos; sus demandas de ocio o de cuidados han generado un importante sector laboral; su salud constituye el eje principal de los sistemas sanitarios y de la investigación médica y farmacológica.


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