Caracterizacion de pacientes fallecidos por tromboembolismo pulmonar como causa directa de muerte
Autor: Dr. Damián Valladares Reyes | Publicado:  13/08/2012 | Medicina Forense y Legal , Medicina Interna , Cuidados Intensivos y Cuidados Criticos , Medicina de Urgencias , Articulos | |
Caracterizacion pacientes fallecidos tromboembolismo pulmonar como causa directa de muerte .3

Con relación al comportamiento de la variable sexo en nuestro estudio existe un predominio estadísticamente significativo en el femenino con un 56.6% (Z=2.663; p<0.05), para una relación masculino/femenino igual a 0.77. Esto no se corresponde con estudios similares llevados a cabo sobre el tema, como el de Bustillo (3), quienes al analizar 50 autopsias de pacientes con Tromboembolismo pulmonar (TEP) como causa directa de muerte (CDM) o coadyuvante, determinaron un predominio masculino en el 64.1% de su muestra; Pila Pérez (4) por su parte de un total de 5737 autopsias hallaron 344 casos de tromboembolismo pulmonar (TEP), con mayoría en el sexo masculino (61.1%). Miniati (5) investigaron 1100 pacientes con diagnostico sospechado de tromboembolismo pulmonar (TEP), comprobándose que dentro de las diez características clínicas asociadas a un mayor riesgo de presentar tromboembolismo pulmonar (TEP) figuraba el sexo masculino en el primer lugar; mientras Sakuma (6) en un estudio retrospectivo sobre la mortalidad realizado en Japón de 1951 al 2000, determinaron que el riesgo relativo de fallecer como consecuencia de esta enfermedad es mayor en los hombres. En el Anuario Estadístico de Salud, la tasa de mortalidad según el sexo es mayor en el masculino (7.7%) y de 6.5% para el femenino (7).

Nuestro resultado concuerda con la investigación de De la Rosa (8), quienes al revisar 1373 autopsias encontraron 170 pacientes con tromboembolismo pulmonar (TEP) mayoritariamente en mujeres (55.3%); Leibovitz (9) al analizar los datos extraídos de 93 autopsias afirmaron que la incidencia de tromboembolismo pulmonar (TEP) fue mayor en las mujeres (28%) que en los hombres (10%); por su parte Horlander (10) al investigar la mortalidad por tromboembolismo pulmonar (TEP) en los Estados Unidos de 1975 a 1998 determinaron una incidencia del 56.0% para el sexo femenino y un 46.0% para el masculino.

En los países desarrollados, el número y porcentaje de personas que arriban a la tercera edad es cada vez mayor como consecuencia de los avances científicos, sociales y culturales; la explosión en el desarrollo de la terapéutica; la mejor comprensión de las enfermedades; el nivel profesional alcanzado por los médicos y el mejoramiento de los cuidados a los pacientes en estado crítico, todo lo cual se ha revertido en un aumento de la esperanza de vida de la población. En la actualidad se estima que en los países del primer mundo, aproximadamente el 15% de sus pobladores tienen más de 65 años y se prevé que para el 2025 ascienda al 20%.

En Cuba, la población anciana se duplicó en menos de 35 años, en 1998 constituía el 12.6% y actualmente constituye el 14% de la población aproximadamente, lo cual nos iguala a los países desarrollados en relación con este aspecto, correspondiendo esto con los principios de justicia y de bienestar que nos identifican. La esperanza de vida al nacer actualmente es de 75 años.

Es indudable que los internistas comienzan a enfrentarse con una población cada vez más envejecida, en la que la determinación de un diagnóstico correcto cada vez será más difícil.

Los fallecimientos en la muestra estudiada ocurrieron en un 74.7%, después de los 65 años de edad, lo que coincide con lo planteado en la literatura médica revisada, como son los casos de Bustillo (3) que reportaron una incidencia mayoritaria después de la sexta década (64.1%); de igual forma Pila Pérez (4) precisaron en sus resultados que el mayor número de pacientes fallecidos (52.3%) tenían más de 60 años; por su parte Miniati (5) en sus resultados, luego de la aplicación de un modelo predictivo para precisar la probabilidad de tromboembolismo pulmonar (TEP), determinaron que dentro de las diez características asociadas con un incremento del riesgo de tromboembolismo pulmonar (TEP) se encontraba en segundo lugar la edad avanzada (mayor de 60 años); Sakuma (6) describen a la edad mayor de 60 años como un factor de alto riesgo para morir por tromboembolismo pulmonar (TEP); De la Rosa (8) en su estudio, de 1373 autopsias durante 2 años precisaron 170 casos de tromboembolismo pulmonar (TEP), determinaron que la mayor incidencia de presentar dicho fenómeno es después de la sexta década de la vida (53.17%); Del Pozo (11) en su investigación realizada en 38 pacientes fallecidos, confirmó la ocurrencia predominante de tromboembolismo pulmonar (TEP) a partir de la tercera edad de la vida (76.2%); Pila Pérez (12) en otro de sus estudios, realizado en 9059 autopsias en un período de 14 años, hallaron 510 pacientes fallecidos por tromboembolismo pulmonar (TEP) de los cuales el 52.3% sobrepasaban los 60 años de edad; Arima (13) en una sus publicaciones sobre la incidencia de tromboembolismo pulmonar (TEP) en pacientes jóvenes, destaca que es extremadamente baja cuando se compara con aquellos pacientes que rebasaban los 40 años; Bordin (14) precisan en su artículo acerca del error médico, en 114 pacientes en edad extrema de la vida, que el tromboembolismo pulmonar (TEP) constituyó la segunda causa de muerte (n=16.14%); Janssens en su investigación realizada en 3685 autopsias, en ancianos fallecidos con EPOC, determinaron que aquellos con enfisema pulmonar tienen un riesgo significativamente alto de tromboembolismo pulmonar (TEP) fatal; Stein (15) en su trabajo sobre la incidencia de tromboembolismo pulmonar (TEP), especificó que este ocurre primordialmente entre la edad media y la tercera edad; Battle (16) en su estudio realizado en 2067 autopsias, plantearon que la estadía hospitalaria no tiene relación con la tasa de discrepancia mayor sin embargo los fallecidos que permanecieron menos de 24 horas mostraron una frecuencia elevada de discrepancia mayor (clase I y II de la clasificación de Goldman modificada por Battle). En la distribución por edades las diferencias observadas por sexo no son estadísticamente significativas (X2= 7.017; p>0.05).

La estadía hospitalaria que se presentó con un predominio mayoritario fue la de menos de 24 horas hasta 7 días (64.1%), considerada como una estadía corta. Las opiniones y reportes en relación con esta y la elevada incidencia de tromboembolismo pulmonar (TEP) son contradictorias entre los diferentes autores revisados. Lo cierto es que la menor estadía en el Tromboembolismo pulmonar (TEP) como causa directa de muerte (CDM) revela, que la citada afección es una de las primeras causas letales en pacientes hospitalizados, pues muchos de ellos fallecen al cabo de 1 o 2 horas de haber experimentado el episodio agudo, lo que imposibilita un correcto diagnóstico y por supuesto un tratamiento eficaz.

Similares resultados reportan Del Pozo (11) en cuyo estudio el 60.5% de la muestra permaneció hospitalizada por menos de 5 días; Baeshko (17) en su análisis clínico patológico, en el post operatorio de 803 pacientes que fallecieron como consecuencia de tromboembolismo pulmonar (TEP), determinaron que el 87% murió en las primeras 2 horas de su estancia hospitalaria; Burns18 en su estudio de 126 autopsias durante 5 años de pacientes fallecidos trasplantados de pulmón o pulmón – corazón, determinaron una prevalencia alta de tromboembolismo pulmonar (TEP) (36.4%) en los pacientes con estadía corta (1 – 30 días). En la distribución por sexo, las diferencias observadas en la estadía hospitalaria no son significativas (X2=6.536; p>0.05).

La especialidad de egreso que presentó el mayor porcentaje de fallecidos con Tromboembolismo pulmonar (TEP) como causa directa de muerte (CDM), fue medicina intensiva, con un 69.5%, cuyo valor es significativo (X2= 245.448; p<0.0001); todo lo cual corresponde con lo planteado en la carpeta metodológica, donde se afirma que más del 60% de los fallecimientos deben ocurrir en las unidades de terapia intensiva. Estos resultados también coinciden con otros trabajos realizados, como es el caso de Medina Medina (19) cuya investigación en 249 pacientes fallecidos en el servicio clínico del Hospital Enrique Cabrera en el 2003 para describir las características de la mortalidad basada en el estudio de la autopsia, detalló que el mayor porcentaje de su muestra (85.5%) falleció en la Unidad de Cuidados Intensivos.

Se halló la existencia de relación entre la especialidad de egreso y la estadía hospitalaria, evidenciándose que en el cuerpo de guardia (medicina de urgencia), en las primeras 24 horas de estadía se presento el mayor número de pacientes fallecidos (92.2%), mientras que las salas de medicina interna y medicina intensiva presentaron un mayor número de pacientes fallecidos en las demás estadías hospitalarias. Estos resultados, en nuestra opinión, en la especialidad de medicina de urgencia quizás se deban a que, en ocasiones los pacientes con un cuadro clínico sugestivo y factores de riesgo asociados no son correctamente diagnosticados, tal vez por una deficiente aplicación del método clínico, influido por el tiempo dedicado a cada paciente en las primeras horas de su llegada al centro hospitalario, por el volumen de pacientes que el facultativo de guardia debe atender, la experiencia del médico actuante, sumado a la elevada letalidad del tromboembolismo pulmonar (TEP) en la primeras horas de su aparición.

Al analizar las primeras causas directas de muertes (CDM) clínicas de la muestra estudiada, se comprueba que la bronconeumonía ocupa el primer lugar. Este resultado se corresponde con otros estudios de mortalidad revisados, como el de Medina Medina (19) que reportan a la bronconeumonía como la principal causa directa de muerte (104 casos para un 41.8%). De igual forma que en el estudio realizado por Hurtado de Mendoza (20), durante 1996 en 1232 autopsias realizadas en pacientes fallecidos intra y extrahospitalariamente, obtuvo un resultado similar un resultado similar, siendo la bronconeumonía la principal causa directa de muerte (CDM), encontrándose en 248 pacientes (20%) muy similares a otro trabajo suyo (21). Además en la base de datos de autopsias (BDA) a nivel nacional donde alrededor de 80 000 corresponden a adultos, es la bronconeumonía la primera causa directa de muerte (CDM).

Según el Anuario Estadístico (7), las infecciones respiratorias ocupan el cuarto lugar. A pesar del avance de la ciencia en su lucha contra las enfermedades infecciosas, la bronconeumonía sigue siendo una de las principales causas de muerte a nivel mundial. En nuestra investigación el 61.2% de los pacientes fallecidos por dicha enfermedad sobrepasan los 60 años y es que en esta etapa de la vida, los mecanismos de defensa del organismo están o comienzan a deteriorarse por el propio proceso de envejecimiento que se viene experimentando. Por ejemplo: menos cantidad de moco, menos cantidad de IgA en sus secreciones bronquiales y menor respuesta tusígena, además de otras enfermedades o condiciones coexistentes como es el caso de la demencia , la diabetes mellitus, la malnutrición, la anemia multicarencial, las secuelas de una enfermedad cerebrovascular, la traqueostomía, la incontinencia urinaria, la exposición a determinados ambientes contaminados con gérmenes patógenos como ocurre en ancianos institucionalizados, así como la terapéutica por otras enfermedades, el uso previo de antibióticos, esteroides y sedantes.


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