Reflexiones sobre el sistema de evaluacion del programa de Higiene de los Alimentos I
Autor: Dr. Orestes Gonzalez Capdevilla | Publicado:  6/07/2007 | Endocrinologia y Nutricion , Medicina Preventiva y Salud Publica , Formacion en Ciencias de la Salud | |
Reflexiones sobre el sistema de evaluacion del programa de Higiene de los Alimentos I 5.

b) La evaluación debe prestar más atención a los procesos que a los productos, es decir, a los procesos que se desarrollan y cómo se desarrollan, que al producto final obtenido.

c) La evaluación debe ser lo más integral posible. Esto es, poner el énfasis en construcción de un proceso de evaluación en torno a una visión lo más integral posible de todos los aprendizajes que el alumnado haya desarrollado.

La evaluación del aprendizaje debe ser formativa, promocionando la formación del alumno más que la mera adquisición de conocimientos. Por ello, interesan las relaciones entre los conceptos, la utilización del lenguaje en definitiva, las habilidades cognitivas de orden superior: la resolución de problemas, el análisis y síntesis.

La evaluación debe ser objetiva, justa, imparcial, mitigando al máximo la posible subjetividad que pueda surgir; a ello contribuirá que se señale, con anterioridad, los criterios de valoración a aplicar. Eso hace que el alumno aprecie el intento por parte del profesor de asegurar la objetividad en la valoración de los exámenes. Este último aspecto es de gran importancia, pues aunque la evaluación se real al final del proceso enseñanza-aprendizaje, debe diseñarse con anterioridad (11).

En cualquier caso, y sin olvidar las lógicas limitaciones a las que actualmente se enfrenta el profesor universitario que imparte materias con un elevado número de alumnos, sería muy positivo poder enriquecer el sistema de evaluación que utilice con apreciaciones en relación con cuestiones tales como la atención del alumno en las clases, su calidad de expresión oral y escrita, la fluidez de su redacción, su habilidad para organizar el trabajo o el tiempo empleado en la resolución de los supuestos y problemas; además, de los ejercicios, trabajos y prácticas que pudiera
realizar fuera del aula.

También, sería de gran utilidad para el proceso enseñanza aprendizaje la realización de pruebas escritas teóricas y prácticas a lo largo del tiempo que se imparte la asignatura, a fin de que los alumnos puedan percibir su estado actual de conocimientos de la materia, permitiéndoles "tomar conciencia" de su actuación hasta el momento y de si ésta ha de cambiar o no, para poder llegar a superar la asignatura. (5)

Por otro lado, y en lo que se refiere a la elaboración correcta de un examen, hay que decir que no es una tarea fácil, y esta dificultad es sólo uno de los aspectos de los numerosos existentes por los que el sistema de evaluación a través de un examen es criticado. Así, entre otras cuestiones a tener en cuenta al elaborar un examen, se debe buscar el equilibrio entre todos los aspectos básicos de la asignatura, evitando "preguntar siempre lo mismo, olvidando continuamente ciertos temas".

Debe contener cuestiones que obliguen a relacionar conceptos, eludiendo lo puramente memorístico, permitiendo aplicar conceptos teóricos a la resolución de casos prácticos. Las cuestiones que se planteen deber ser muy claras, evitando que lleven a confusión a los alumnos.

Las técnicas de las que se puede valer el profesor para evaluar a los alumnos son varias. La elección de una u otra vendrá condicionada por una serie de factores entre los que cabe citar los objetivos fijados, los métodos pedagógicos utilizados para alcanzar dichos objetivos, y especialmente, el número de alumnos a evaluar.

Análisis del Sistema de Evaluación del Programa de la Asignatura Higiene de los Alimentos I

No pretendemos hacerle una crítica exhaustiva al sistema de evaluación del programa que impartimos ni a su implementación pues nos sumamos al criterio de Ileana Dopico Mateo quien plantea que en la práctica la Evaluación tiene dos grandes adversarios: el tiempo y la subjetividad. Evaluar es un proceso complejo y difícil de cumplimentar en un tiempo limitado. Es prácticamente imposible que un programa pueda ser evaluado pormenorizadamente y, a la perfección y que a su vez ese proceso este exento de deficiencias y de subjetividad de las partes implicadas ya sea de los evaluadores o de los evaluados, los primeros por no estar dentro del mundo en que se desarrolla el programa y los segundos por no tener una perspectiva externa del mundo. (12)

El Sistema de evaluación de la Asignatura Higiene de los Alimentos I comprende:

a) Evaluaciones frecuentes, las cuales permiten determinar el cumplimiento de los objetivos específicos y fortalecen la relación estudiante-profesor y le permiten al docente seguir, ayudar y conducir oportunamente al estudiante, se efectúan en la clase y en la educación en el trabajo y tributan al carácter sistémico de la evaluación. A nuestro juicio de gran importancia en el Nuevo Modelo Pedagógico ya que propicia el estudio sistemático y el autoaprendizaje, evita el finalismo y eleva los resultados docentes del grupo.

b) Una evaluación Parcial (TCC) en la semana 10 la cual permite comprobar los objetivos de los dos primeros temas de la asignatura, el nivel de asimilación de los conocimientos así como las habilidades adquiridas por los alumnos.

c) El encuentro comprobatorio el cual va encaminado a verificar el logro de los objetivos de uno o varios temas en los cuales el estudiante haya presentado dificultades. En éste el profesor no solo verifica el aprendizaje del estudiante sino que discute y analiza sus métodos de estudio, señala las dificultades y efectúa las orientaciones correspondientes.

Esta actividad evaluativa permite al docente precisar y profundizar en el conocimiento y dominio real que tienen los estudiantes sobre los contenidos teóricos impartidos y las habilidades que demostraron no dominar en las evaluaciones frecuentes o parciales realizadas con anterioridad.

d) Un Examen Final Escrito para comprobar el logro de los objetivos más generales y esenciales del contenido de la asignatura. Mediante este el profesor puede evaluar los conocimientos, hábitos, habilidades y modos de actuación adquiridos por el estudiante así como su capacidad para integrar, generalizar y aplicar esos contenidos de acuerdo con los objetivos declarados en el programa.

En el programa se declara que en la evaluación se deben contemplar sus funciones de comprobación y control, retroalimentación, instructivas y educativas y que la misma tiene como base la atención a las particularidades de cada alumno a través de la observación, análisis y valoración de las posibilidades reales de aprendizaje; además de establecer el tratamiento diferencial a los alumnos de alto y bajo rendimiento.

Esta constituye una de las características más importantes de la evaluación y que cobra una vigencia extraordinaria en estos momentos si se tienen en cuenta las diferentes vías de ingreso de nuestros estudiantes a la educación médica superior.

Uno de los retos actuales es precisamente que la evaluación sea personalizada y que responda a las características y al ritmo de aprendizaje de cada sujeto, predeterminado a partir del resultado del diagnóstico individual y grupal.

Los docentes estamos llamados a desarrollar una evaluación contextualizada, que se aplique según las condiciones y características en que transcurren los procesos formativos.

El colectivo de asignatura considera que se deberían incluir dos seminarios evaluativos para comprobar los objetivos de los cinco temas restantes de la asignatura que no se evalúan en el TCC, los cuales están muy vinculados al ejercicio de la profesión del tecnólogo en Nutrición e Higiene de los Alimentos. Otra alternativa sería utilizar Trabajos Extraclases donde el estudiante se vea obligado a profundizar en el tema orientado por el profesor.


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