Medidas educativas para aprender a vivir con Diabetes Mellitus
Autor: Dra. Amarilis Pérez Licea | Publicado:  24/09/2007 | Endocrinologia y Nutricion , Divulgacion Medica | |
Medidas educativas para aprender a vivir con Diabetes Mellitus.2


SE RECOMIENDA APRENDER ESTAS HABILIDADES.

 

Las habilidades básicas para el manejo de la diabetes ayudarán a prevenir la necesidad de atención de emergencia y entre ellas se encuentran:

¿Cómo reconocer y tratar los niveles bajos (hipoglicemia) y altos (hiperglicemia) de azúcar en la sangre?

¿Qué comer y cuándo comer?

¿Cómo tomar la insulina o los medicamentos orales?

¿Cómo medir y registrar la glucosa en sangre?

¿Cómo probar las cetonas en la orina? (únicamente para la diabetes de tipo 1)

¿Cómo ajustar el consumo de insulina y/o de alimentos según los cambios en los hábitos alimenticios y de ejercicio?

¿Cómo manejar los días en que se está enfermo?

 

Después de aprender las habilidades básicas sobre el cuidado de la diabetes, se debe aprender la manera como esta enfermedad puede ocasionar graves problemas de salud y la manera de prevenirlos. Las personas con diabetes necesitan revisar y actualizar su conocimiento, ya que constantemente se están desarrollando nuevas investigaciones y mejores maneras de tratar la enfermedad. (8)

 

Las expectativas para las personas con diabetes varían. Estudios recientes demuestran que un estricto control del nivel de glucosa puede prevenir o demorar el progreso de la enfermedad, la enfermedad renal y la enfermedad del sistema nervioso que es causada por diabetes. Sin embargo, pueden surgir complicaciones aún cuando se logre un buen control de la diabetes con insulina y dieta. (9)

 

UN ESTRICTO CONTOL, ES LA MANERA DE SABER EL ESTADO DEL PACIENTE DIABÉTICO.

 

Importantes medidas de control en el paciente diabético:

 

v  Visitar al médico y/o educador en diabetes al menos 4 veces al año.

v  Hacerse medir la glucohemoglobina de 2 a 4 veces al año para evaluar el control general de glucosa. Se le debe preguntar al médico cada cuánto debe hacerse la prueba.

v  Hacerse evaluar anualmente el colesterol, el nivel de los triglicéridos y la función de los riñones.

v  Visitar al oftalmólogo (preferiblemente el especialista en retinopatía diabética) al menos una vez al año o con más frecuencia si se desarrollan signos de retinopatía diabética.

v  Hacer una limpieza y un examen dental completo cada 6 meses. La persona debe informar al odontólogo y al higienista que es diabética.

v  Revisar los pies a diario para detectar la aparición de signos tempranos de lesiones o infecciones. La persona debe asegurarse de que el médico le revise los pies en cada visita.

v  Mantener las vacunas al día (incluyendo la pneumocócica) y hacerse aplicar una inyección para la gripe cada año en el otoño. (10)

 

REALIZARSE EL AUTOEXAMEN COMO ES DEBIDO CONTRIBUYE EN GRAN MEDIDA A CONOCER COMO SE VA EVOLUCIONANDO. PROCEDIMIENTOS PARA HACER EL BENEDICT.

 

El paciente debe orinar 20-30 min. antes de la recolección de la muestra para la prueba. Se colocan 2.5 ml (50 gotas) del reactivo en un tubo de ensayo y se le añade 4 gotas de orina. La mezcla se coloca durante 5 min. en baño de maría, luego se extrae el tubo y se agita observándose si se ha producido cambios de color en la muestra para su interpretación : (azul 0, verde +, amarillo ++, naranja +++ y rojo ladrillo ++++).

 

Los resultados se pueden usar para modificar la dieta, la actividad física o los medicamentos para mantener los niveles de azúcar en la sangre en su nivel apropiado. Estos resultados le darán información valiosa al médico para sugerir cambios y mejorar los cuidados y el tratamiento. Las pruebas identificarán el alto o bajo nivel de azúcar en la sangre antes de que aparezcan problemas serios. (10)

 

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DE LA DIABETES MELLITUS. HIPOGLICEMIANTES ORALES E INSULINA.

 

 De los hipoglucemiantes orales, el preparado de elección es la glibenclamida (comprimidos de 5 mg). Se comienza con ½ comprimido (2,5 mg) con el desayuno y si es necesario se incrementa la dosis a uno. En caso de que no se obtenga un control adecuado, se va incrementando la dosis de la misma forma en el almuerzo y posteriormente en la comida, hasta un máximo de 15-20 mg al día. El incremento de la dosis se realizará cada 3 a 7 días, según las necesidades de cada paciente. En su defecto se utilizará tolbutamida (comprimidos de 0,5 g), a dosis de 0,5 a 3 g al día. Se comienza con un comprimido en el desayuno, y si es necesario se incrementa la dosis en la comida y posteriormente en el almuerzo.

 

Se desaconseja el uso de clorpropamida, porque es el hipoglucemiante oral para el que se han descrito más reacciones adversas. Su uso se asocia con hipoglucemias más frecuentes, profundas y prolongadas que para el resto de los hipoglucemiantes.

 

Su prolongado tiempo de vida media hace que su administración esté especialmente contraindicada en pacientes con insuficiencia renal y en ancianos. Los hipoglucemiantes orales sólo serán efectivos en los diabéticos que todavía conservan alguna capacidad para la producción de insulina.

 

Las sulfonilureas facilitan la liberación de insulina, porque sensibilizan las células beta pancreáticas, bloquean la formación de glucosa por el hígado y es posible que tengan una acción que provoque la hiperplasia e hipertrofia de los islotes de Langerhans. Los hipoglucemiantes están contraindicados en diabéticos insulinodependientes, diabéticos con complicaciones agudas, insuficiencia hepática o renal grave, en caso de disfunción tiroidea, durante el embarazo y cuando hay antecedentes de alergia a los compuestos sulfamídicos. No deben ser prescritos simultáneamente a pacientes que ingieren barbitúricos o alcohol, anticoagulantes cumarínicos, fenilbutazona, salicilatos o sulfamidas.

 

Sus principales efectos indeseables son eritema cutáneo, gastritis, diarreas, trombocitopenia, hepatitis colangiolítica e hipoglucemia, especialmente con la clorpropamida.

 

Las biguanidas no se recomiendan debido al riesgo de acidosis láctica asociado a su uso. La metformina se puede utilizar en pacientes con buen estado general y ausencia de enfermedades que produzcan hipoxia. Esta sería una indicación reservada al especialista en endocrinología.

 

Diferentes estudios sugieren que el tratamiento con estos fármacos no es más efectivo que la dieta, y que su uso no alarga la vida del paciente. Incluso se discute su responsabilidad - sobre todo de la tolbutamida - en una mayor mortalidad cardiovascular. Además, con su uso crónico se desarrolla una dificultad progresiva para mantener una glucemia normal. (11,12) 

 

Existen varios tipos de insulinas: las de acción rápida - que incluyen la insulina regular, cristalina o simple - y las de acción intermedia que incluyen la lenta. Estas últimas se indican en diabéticos insulinodependientes (de tipo I), pacientes en los que no se obtenga un buen control con el uso de hipoglucemiantes orales, en caso de presencia de enfermedades intercurrentes que afecten el control metabólico en diabéticos no insulinodependientes (de tipo II), si los efectos indeseables de los hipoglucemiantes orales impiden su empleo y en la diabetes gestacional. La insulina simple se utiliza en los casos de urgencia (infecciones agudas, cirugía, traumatismo, coma o acidosis diabética).

 

La insulina lenta debe administrarse por vía subcutánea, con rotación del sitio de inyección para evitar la lipodistrofia. Las dosis varían de un paciente a otro. Para comenzar el tratamiento generalmente se indican 20 unidades y realizar prueba de Benedict antes de desayuno, almuerzo, comida y a las 10 de la noche para, según los resultados, ir adecuando la dosis.

 

Si es necesario aumentar o disminuir los requerimientos de insulina, esto debe hacerse en 2 a 4 unidades diarias. Como regla, se administran dos tercios de la dosis 10 minutos antes del desayuno y un tercio 10 minutos antes de la comida, con lo que se logra un mejor control metabólico.

 

Como reacciones adversas, pueden producir hipoglucemia (depende de la dosificación y de su relación con la dieta y el ejercicio físico), lipodistrofia en los sitios de inyección y alergia local o generalizada (en este último caso, infrecuente, se debe administrar insulina humana).

 

La administración de algunos fármacos puede ser causa de hipoglucemia o hiperglucemia o de alteración de la respuesta de los pacientes diabéticos a sus regímenes terapéuticos. (12)

 

La diabetes gestacional se trata con dieta e insulina. (13)

 


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