Perspectiva Evolutiva Sobre La Enfermedad De Alzheimer.
Autor: David Puchol Esparza | Publicado:  4/05/2006 | Neurologia , Geriatria y Gerontologia | |
INTRODUCCION.

Desde tiempos inmemoriales, el proceso de envejecimiento se ha convertido en un fenómeno que no ha dejado de sorprender, asombrar y de preocupar, casi en idéntica proporción. Nadie puede permanecer ajeno a este proceso natural irreversible y a los potenciales problemas que éste suele acarrear,tanto para el propio individuo como paras u entorno sociofamiliar más próximo. A primera vista, envejecer constituiría una aspiración que todos desearíamos ‘alcanzar’, sobretodo cuando tenemos en cuenta cual es la alternativa frente a esta opción evolutiva, aunque tal deseo encubre (más o menos explícitamente) una cierta contradicción interna, perfectamente definida por Quevedo cuando afirmaba “Todos deseamos llegar a viejos y todos negamos haber llegado ya”.

El envejecimiento, por definición, implica un proceso dinámico, constante, acumulativo y evolutivo, iniciado en el mismo momento de nuestro nacimiento y que se extiende a lo largo y ancho de toda nuestra vida. Sin embargo, este proceso tan ‘universal’ no se produce de igual forma ni se manifiesta con idéntica intensidad o a través de los mismos rasgos o peculiariedades en todas las personas, ya que se encuentra mediatizado,de forma decisiva,por variables tanto de naturaleza individual (número y gravedad de las enfermedades sufridas a lo largo del ciclo vital, hábitos y comportamientos tóxicos o perjudiciales para la salud, estilos de vida peculiares,nivel de salud general, factores genéticos....) como ambiental o contextual (condicionantes socioeconómicos, hábitat específico, nivel de contaminación, tipo de clima, posibilidades de acceso real a los recursos sanitarios especializados, etc..).

El proceso irreversible de envejecimiento de la población, aparentemente imparable en el mundo occidental, constatado a lo largo de las últimas décadas,constituye una auténtica revolución demográfica que implica no sólo una mayor cantidad de ancianos (en términos absolutos) sino un aumento de la proporción de éstos en comparación a la población total, lo que implica importantes transformaciones socioeconómicas y de posibilidades de acceso a determinados recursos sanitarios especializados, vinculados con una mayor incidencia de determinadas enfermedades y trastornos asociados al paso del tiempo. El importante desarrollo sociosanitario logrado a lo largo del siglo XX ha hecho posible que la esperanza de vida se haya duplicado en apenas 100 años, pasando de los apenas 35 años cifrados en 1900 a los casi 80 años estimados en el año 2000. Este dramático incremento en la esperanza de vida ha provocado, entre otros fenómenos, el surgimiento de nuevas enfermedades, propias de la vejez, así como un espectacular crecimiento en la prevalencia de las mismas. El caso probablemente más paradigmático lo constituye la Enfermedad de Alzheimer.

La Organización Mundial de la Salud (1992) define este trastorno en los siguientes términos La Enfermedad de Alzheimer es una enfermedad degenerativa cerebral primaria, de etiología desconocida que presenta rasgos neuropatológicos y neuroquímicos característicos. El trastorno se inicia por lo general de manera insidiosa y lenta y evoluciona progresivamente durante un período de años. El período evolutivo puede ser corto, dos o tres años, pero en ocasiones es bastante más largo. Puede comenzar en la edad madura o incluso antes (enfermedad de Alzheimer de inicio presenil), pero la incidencia es mayor hacia el final de la vida (enfermedad de Alzheimer de inicio senil). En casos con inicio antes de los 65 a 70 años es posible tener antecedentes familiares de una demencia similar, el curso es más rápido y predominan síntomas de lesión en los lóbulos temporales y parietales, entre ellos disfasias o dispraxias.En los casos de inicio más tardío, el curso tiende a ser más lento y a caracterizarse por un deterioro más global de las funciones corticales superiores. La demencia en la Enfermedad de Alzheimer se considera hoy día irreversible.”

A escala mundial se estiman en aproximadamente 18 millones el número de personas afectadas actualmente por procesos y trastornos demenciales. La Enfermedad de Alzheimer representa al 70% del total de las personas aquejadas de demencia. Dos tercios del total de los afectados viven en los considerados como países más desarrollados. Estas cifras globales se prevee que serán casi dobladas, hasta alcanzar los 34 millones de personas, para el año 2025, si continúa el presente ritmo de progresión de este tipo de trastornos enfermedad. La Demencia, en sus diversas manifestaciones clínicas, afecta generalmente a las personas con una mayor edad. Por debajo de los 65 años, tan sólo una de cada 1000 personas padece algún tipo de cuadro demencial. Las probabilidades de aparición de esta enfermedad se ‘disparan’ de forma casi directamente proporcional con el aumento de la edad del individuo. Por encima de los 65 años, una de cada 20 personas sufrirán demencia. Por encima de los los 80 años, la proporción se eleva a una de cada 5 personas.

Esta misma tendencia ‘a la alza’ de los cuadros demenciales en función de la edad del individuo se ha constatado en países como España de forma similar, a partir de los resultados obtenidos tras la realización de estudios epidemiológicos recientes. Así por ejemplo los casos de demencia entre mayores de 65 años se han incrementado entre los años 1990 y 1995 cerca de un 13%, entre los años 1995 y 2000 en aproximadamente un 10,5%, y, se estima, que entre losaños 2000-2005 las cifras totales de progresión de este tipo de trastornos se incrementarán hasta en en un 3% adicional, debido, entre otros factores, al progresivo envejecimiento de la población española constatado a lo largo de las últimas décadas.


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