El término fiebre de origen desconocido se refiere a una enfermedad febril prolongada sin una etiología clara a pesar de una evaluación intensiva y procedimientos diagnósticos adecuados.
El caso que nos ilustra es un caso paradigmático en el que una intoxicación etílica puede “esconder” una patología mucho más grave.
Dado el envejecimiento de la población hace la fractura de cadera sea un motivo muy frecuente de consulta, suponiendo hasta un 30% de las hospitalizaciones en EEUU.