He llegado a pensar que puede ser que tras 10 años siendo "gordo" mi cerebro todavía no lo ha asimilado y que intenta protegerme de alguna manera haciendo actuar como si todavía tuviera esos 20 kilos de sobrepeso... porque lo que más me exaspera es que ni acabo cansado de los partidos, pero mi velocidad y mis movimientos en general no he sido capaz no solo de recuperarlos... sino que diría incluso de mejorarlos en comparación a cuando jugaba pesando 90kg.