Como producto de los procesos metabólicos que se dan acabo en nuestro cuerpo, el medio en donde estos se dan, se acidifica. Si esto avanza, podría causar disfunciones de las glándulas tiroideas, adrenales, hígado, etc. Y si el pH de los tejidos sigue acidificándose, los niveles de oxígeno decrecen y el metabolismo celular se detiene.
Cuando se llega a esta etapa de tanta acidez en el cuerpo, la sangre comienza a retirar minerales alcalinos (sodio, potasio, magnesio y calciio) de los tejidos para poder compensar.
Pero no tan solo esto, cuando la acidez es tal que el cuerpo no los puede eliminar por la orina, heces, respiración o el sudor, lo que hace es depositarlos en varios órganos: en el corazón, páncreas, hígado y colon; o en el tejido graso: incluyendo pechos, caderas, muslos y abdomen y cerebro. Estos depositos son los que conocemos como pólipos, fluidos, quistes, cristales ácidos, tumores, verrugas, protuberancias, masas, manchas, lunares, ampollas, etc. o también se le puede llamar envejecimiento. Y finalmente, si se continúa, este proceso conduce a las enfermedades degenerativas como la diabetes, hipertensión, arteriosclerosis, artritis, osteoporosis, etc, hasta el cáncer, para finalmente llegar a la muerte.