Así de simple, la pornografía te convertirá en un animalito.
Dominado por ella, sin señorío sobre ti mismo, serás un pobre animalito. No estarás tranquilo hasta que tú, animalito, recibas tu ración de pornografía...y te tendrá preso para siempre porque siempre habrá más y más, y a cada más, más dura en lo pervertido (bestialismo, incesto, violaciones, etc). ¿Dónde está el fin?.

Te convertirás en un triste. Acabarás convenciéndote en lo más hondo de tí, para justificarte, que los hombres y las mujeres realizan en su vida semejantes prácticas.

CONSEJO: Cuando vas a la nevera no vas a "a ver qué hay". Si vas a la nevera a por una cerveza, vas a por una cerveza y cierras la nevera. Pues haz lo mismo en internet, vete a por algo en concreto y no navegues por la red sin rumbo...o acabarás, como cualquier hombre normal, viendo tonterías.

Un abrazo. En comiéndate a la Virgen María, ella te ayudará sin darte cuenta como ayudó a aquel pobre matrimonio en las bodas de Caná.