Una crisis en silencio. La crisis de la sexta decada de la vida. El climaterio masculino
Autor: Dr. José Cukier  | Publicado:  21/10/2008 | Psicologia , Geriatria y Gerontologia | |
Una crisis en silencio. La crisis de la sexta decada de la vida. El climaterio masculino.4

La discontinuidad es fundamental en la producción anímica del tiempo, y deviene del movimiento pulsional de investidura periódica y la desinvestidura posterior. Con la investidura surge la conciencia, Freud, (1895) y la conciencia desaparece, cuando la investidura se interrumpe. Dinámicamente, entonces, el flujo, y reflujo libidinal, que genera la discontinuidad, necesita de dos lugares diferentes como requisito. A su vez este movimiento, es resultado de la tensión devenida de las relaciones intercelulares. En fin que la complejización estructural preserva a la célula de la muerte tóxica (1920g) en sus propias deyecciones, y conlleva la complejidad, que deriva en tensión, que deriva en flujo, que deriva en ciclo, que marca el tiempo. Es comandado por Eros en oposición a la monotonía que manda Tanatos. Cuando aumenta la cantidad del flujo, el ritmo se acelera y con ello dejan de marcarse las diferencias de tiempo, hay estancamiento, intoxicación, falta de ligadura psíquica y descarga.

 

La sexualidad aspira a la reunión de lo diferente y con ello se desprende de lo tóxico. Por su lado las zonas erógenas, implican una proyección de las tensiones endosomáticas en la periferia, y a través de ellas se eliminan y reciben incitaciones del mundo. Cada zona erógena aporta incitaciones diversas, singulares a cada erotismo, es fuente de excitación y puerta de salida hacia la percepción. Como tal tiene su amplitud, su frecuencia, con ritmos y discontinuidades en la conciencia. La fijación a una zona erógena, conlleva el estancamiento libidinal y la clausura hacia la exterioridad y los nuevos proyectos. Así una nueva fuente constitutiva de la temporalidad y la discontinuidad desde las zonas erógenas se ocluye, se fija y condiciona a la repetición. Así se articula repetición con zona erógena.

 

En la conciencia hay un doble registro, el pulsional como afecto; y el registro mundano como impresión sensorial. En la constitución intrapsíquica del tiempo, es importante no sólo la captación de las diferencias que proponen los tres espacios, sino la velocidad. La velocidad y sus diferencias generan el pasaje de la lógica de la simultaneidad, a la analogía donde impera la palabra, y con lo cual cada erogeneidad tiene su especificidad. La velocidad incluye el concepto de duración que es producida por la complejización de distintas velocidades (afectivas y sensoriales), y la velocidad sensorial se significa desde la afectiva. La duración mundana, es la proyección del tramo temporal de un ciclo pulsional. Estas reflexiones servirán para desarrollar los planteos iniciales.

 

- Hipótesis acerca de la modificación subjetiva del tiempo en la sexta década de la vida.

 

- Sustentación en algunos textos Freudianos. En "El Yo y el ello", (1923b), dice que pulsión de destrucción es sincronizada según determinadas reglas, a los fines de la descarga, al servicio de Eros y que la exigencia del mismo detiene la caída del nivel. En "Tres ensayos...", (1905d), se refiere al tironeo rítmico del lóbulo de la oreja, o el mamar rítmico; y que para la producción de una sensación placentera importa la cualidad del estímulo, particularidad en la que está contenido el factor sexual. En "Más allá...", (1920g), recuerda que la serie placer displacer apunta al cambio de magnitudes de investidura dentro de la mitad de tiempo.

 

En "El problema económico del masoquismo", (1924c), sostiene que el placer y displacer no pueden ser referidos al aumento o disminución de una cantidad, y propone la posibilidad de que quizá sea el ritmo, el ciclo temporal de las alteraciones. En la quinta década de la vida podemos pensar entonces que las modificaciones subjetivas del tiempo pueden deberse entre otras a las siguientes causas:

 

a) La caída de la energía de reservas, es autopercibida y proyectada en el tiempo vital, y en consecuencia hay "menos tiempo por delante para vivir". Proyectada en el tiempo cotidiano surge el sentimiento de la falta de tiempo diario.

b) La disminución de Eros, conlleva la menor capacidad de ligar la pulsión, Tanatos cobra preeminencia con aceleración de la descarga inmediata. La urgencia de descarga proyectada en el tiempo genera la sensación de que "el tiempo pasa más rápido", y en el tiempo diario surge la sensación de que "se me voló el día".

c) La caída de la pulsión genital, se liga a la caída del placer que se articula con los ritmos, Freud, (1905d). La aceleración de los ritmos, produce el acortamiento de los ciclos, y la disminución del espacio temporal entre éstos, proyectado en el tiempo potencia el sentimiento de que el "tiempo pasa más rápido". La aceleración se vincula con la menor posibilidad de sostener una erogeneidad sin descarga.

d) La autopercepción de la aceleración, crea la sensación relativa de que las cosas pasan más lentamente en relación al tiempo propio, con sentimientos de impaciencia.

e) Con la caída de Eros, y la menor capacidad de ligar la pulsión, ésta se acumula y hay intoxicación la cual estimula la descarga, que potencia la ya producida por la pérdida del ritmo.

f) Las pulsiones sexuales son las que menos urgencia tienen para descargarse, ésta falta de urgencia es la mejor resistencia a la pulsión de muerte. La pulsión de autoconservación, tiene urgencia de descarga y esto determina la menor resistencia a la pulsión de de muerte, Cukier, (1993a).

 

D. EL PROBLEMA DE LA PASIÓN. GENERALIDADES.

 

Desde el punto de vista descriptivo, la pasión se caracteriza por la intensidad afectiva, (habitualmente un sentir masoquista) una fuerte dependencia de otro (un objeto, una actividad, una circunstancia o un resultado), acompañado de gran actividad. Teóricamente la constelación pasional está constituida por un deseo, acompañado de afectos del tipo de los celos, terror, humillación de los cuales el yo intenta sustraerse mediante una conjunción de actos. La trama sobre la que se sustenta el entretejido de la pasión se constituye por: las erogeneidades en juego, las defensas predominantes, la hipertrofia del afecto y la tramitación de éste en una intensa actividad. El afecto, constituye la parte del sostén identificatorio, como cuando alguien afirma de sí, "soy un apasionado de", Maldavsky, (1991a.b. 1992).

 

En "Dostojevski y el parricidio", (1928b), Freud dice que "[...] de acuerdo con la relación de fuerzas entre las exigencias pulsionales y las inhibiciones que las contrarrestan (más las vías de sublimación disponibles) habría que clasificar a Dostojevski como uno de esos caracteres llamados "apasionados" [...]". (S.E. 21. p.179). La pasión se acompaña regularmente de una desmentida del juicio que tiende a disminuir el prestigio y valor del objeto de la pasión, previamente investido como ideal. Sucede algo semejante al enamoramiento, tiene eficacia en lo anímico, promueve perversiones y cancela represiones. Brevemente se pueden caracterizar las múltiples formas de pasión tomando en cuenta:

 

a. La consumación o no de la meta sexual de modo directo.

Se puede singularizar por el esfuerzo de consumación o por el contario la renuncia. La pasión puede liberarse en relación con el objeto, pero no necesariamente en contacto con su cuerpo.

 

b. El tipo de pulsión parcial que se tramita. Por nombrar solo algunos ejemplos voy a nombrar: la fijación pre-oral intrasomática, que deviene en la pasión numérica especuladora remanente de carácter regresivo ante la imposibilidad de sostener vínculos humanos. La fijación oral primaria deviene en la pasión cognitiva por develar incógnitas abstractas. La fijación oral secundaria se expresa como la pasión amorosa de consustanciación con el objeto. En la anal primaria se manifiesta como la pasión justiciera vindicatoria. En éstas pasiones, la debilidad de la ensambladura psíquica, es fácilmente arruinada, porque no se tolera el displacer como forma de ser. Naturalmente, en la clínica las formas son mixtas, cambiantes y de articulación variable.

 

c. La magnitud del sentir. Puede ser: mesurada (con un vínculo de ternura intenso), media (pasional, con desborde), intenso (con abolición de la mesura, de los matices y con signos de intoxicación).

 

d. Desde el punto de vista vincular, el apasionado promueve que los otros se distribuyan en torno de la desmentida y el esfuerzo por sostener la idealización del objeto, rechazando aquello que pueda denunciar alguna diferencia entre el objeto de la pasión y el ideal. Esta promoción de ciertas posiciones para el otro, corresponde al criterio de Freud de "Psicología de las masas...", 1921c, (modelo, objeto, auxiliar, enemigo), con una regresión del yo y el privilegio de la afectividad sobre el pensar.

 

e. Según el tipo libidinal previo. Puede ser: erótico, compulsivo y narcisista, Freud, (1931a). La sobreinvestidura de uno de los fragmentos, implica coordinar las tres servidumbres del yo con el predominio de una de ellas. Al claudicar la defensa, se reordenan las relaciones entre servidumbres, y el resultado depende de una nueva redistribución global o de acentuar un fragmento.

 


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