Una crisis en silencio. La crisis de la sexta decada de la vida. El climaterio masculino
Autor: Dr. José Cukier  | Publicado:  21/10/2008 | Psicologia , Geriatria y Gerontologia | |
Una crisis en silencio. La crisis de la sexta decada de la vida. El climaterio masculino.6

Este es el momento en que, ambición mediante y para neutralizar el sentimiento de inermidad, pueden cambiarse las metas por otras con las alternativas siguientes:

 

1) abandono de una meta genuina previa por una genuina actual;

2) abandono de una meta genuina previa por una no genuina actual;

3) abandono de una meta no genuina previa por una no genuina actual;

4) abandono de una meta no genuina previa por una genuina;

5) formas mixtas.

 

Pueden despertarse también capacidades postergadas y esta posibilidad plantear la alternativa entre lo que es y no es genuino. Al perder la pulsión genital su hegemonía, las pulsiones parciales recobran autonomía, que al ser tramitadas devienen en ideales que motorizan las disposiciones postergadas. Puede ser que no haya replanteo, o que el mismo quede solo como tal. La autoestima se mantiene en proporciones variadas desde el interior o desde el mundo. Pero el entusiasmo, proviene solo de lo interno y de cuánto hay de creativo o de identificatorio en el acto de trabajar. En el extremo patológico, surgen las adicciones como estimulantes engañosos y los tratamientos para "rejuvenecer". "[...] Cuando acaba de renunciar a todo lo perdido [...] nuestra libido queda de nuevo libre para sí, todavía somos jóvenes y capaces de vida, sustituimos los objetos perdidos por otros nuevos [...]". Freud, (1916a), a los 60 años de edad. (S.E. 14. p.307). Jóvenes, se refiere Freud a la actividad mental creativa. La creatividad deviene de la serenidad y la capacidad para ver la belleza presente y futura; y que necesita ser constantemente reconquistada en la incesante lucha por la vida.

 

G. UNA HIPÓTESIS PSICOSOMÁTICA ACERCA DE LAS CAUSAS AGUDAS DE MUERTE EN LOS HOMBRES EN LA QUINTA DÉCADA DE LA VIDA.

 

Introducción.

 

En éste apartado voy a desarrollar el tema siguiente; la vinculación entre las altas tasas de muerte aguda en la cincuentena y el climaterio masculino. Según las estadísticas de "Las Condiciones de salud en las Américas", OMS., (1990) es la edad más castigada en cuanto a muerte por enfermedad aguda. La esperanza de vida en las mujeres se acerca a los 70 años y la de los hombres a los 65 años. En el grupo de 45 a 54 años, la mortalidad por enfermedad isquémica del corazón y en particular el infarto agudo de miocardio es responsable de la mayoría de las muertes agudas. El 68 % de la sobremortalidad temprana, se concentra en los grupos de 40 a 64 años, que suman un tercio de la población total. En ésta etapa se hace evidente la claudicación para procesar toxinas extrañas al cuerpo, pero generadas por su propio metabolismo", Freud, (1916-17 [1915-17]). Hay modificaciones psicobiológicas que en general son desmentidas debido a los prejuicios culturales, y potenciados por el narcisismo individual. Estas modificaciones se constituyen en terreno disposicional, para que, los factores contextuales, actúen con eficacia desencadenando las muertes agudas en la década de la cincuentena.

 

Metapsicología.

 

Uno de los caminos a trabajar en la metapsicología del climaterio masculino, se relaciona con las transformaciones en el ello, que es el sustrato mismo de lo que sucede en el psiquismo. El sujeto es regido por el destino de su libido, y el envejecer afecta la aptitud para usufructuar su traducción psíquica. La modificación pulsional está ligada a cambios en las fuentes, Freud, (1915c), unida a cambios químicos, que junto con las tramitaciones orgánicas y de vínculo con el medio, van dejando marca.

 

Heinz Kohut, (1969, T. XXVl, N2, p.398.), nos dice que; "[...] el control final del jinete sobre su montura, quizás haya contado con la ayuda decisiva de que también el caballo ha envejecido [...], en lo relativo a los poderes supremos de la naturaleza, todos somos 'jinetes domingueros',[...]". Se refiere a lo dicho por Freud, (1923b), donde el compara al Yo en su relación con el Ello como al jinete que rije y refrena la fuerza de su cabalgadura superior a la suya, y que, al igual que el jinete, se ve obligado alguna vez a dejarse conducir a donde su cabalgadura quiere.

 

Hay dos tipos de cambio en las fuentes pulsionales:

 

I. Causas preparadas filogenéticamente.

 

I. a. Causas de la especie.

 

Freud, (1905d) sostiene (refiriéndose a los factores temporales) que "[...] la génesis de ésta propiedad humana habría que buscarla en la historia primordial de la especie [...]", y agrega que "[...] La secuencia en que son activadas las diversas mociones pulsionales [...] parece filogenéticamente establecidas [...]. Ni siquiera podemos indicar la procedencia de esas complicaciones temporales de los procesos de desarrollo [...]".(S.E.7. p. 241). La pulsión genital deja de tener hegemonía. Suele sufrir una caída que no afecta la posibilidad de crear, ésta se mantiene y aún puede ser convocada. Otras pueden tomar importancia (por ejemplo la ambición).

 

I. b. Factores hereditarios.

 

En estos factores tiene influencia la herencia familiar (no de la especie). Por ejemplo la disposición singular para los problemas cardiovasculares, la hipertensión arterial o la arterioesclerosis, y algunos menores como la dentadura y la calvicie, entre otros. En cuanto a la herencia cultural, o "razón de la humanidad", Freud, (1918b), queda el interrogante si en ésta no participa la eficacia del instinto, es decir de una predeterminación congénita.

 

II. Causas vinculadas con el contexto.

 

II. a. Aspectos generales.

 

Para estas causas voy a citar una defensa escasamente desarrollada por Freud. Me refiero a la defensa inmunitaria. Alude a la misma en las "Conferencias.... (1916-17), y dice que por su propiedad de influir sobre todos los sistemas de órgano y todas las funciones, las neurosis actuales testimonian una inequívoca semejanza con los estados patógenos generados por la influencia crónica de materias tóxicas extrañas y por el brusco retiro de ellas. Esto significa que, con el correr de los años ("influencia crónica y brusco retiro"), se intensifica una falencia de lo que actualmente llamamos sistema inmunitario. Defectos en éste para destruir fragmentos tóxicos generados por el propio organismo.

 

Refiriéndose a la enfermedad de Basedow Freud señala que en ésta, la acción es debida a materias tóxicas, pero no a unas toxinas que se introducirían en el cuerpo como agentes extraños, sino que son engendrados por su propio metabolismo Freud sostiene que en la enfermedad de Basedow, a diferencia de las neurosis actuales, hay exceso de toxinas químicas no sexuales. Posiblemente éstas, estarían ligadas a los trastornos inmunitarios y de autoconservación. En "Más allá del principio del placer", (1920g), sostiene que tenemos que aceptar que todo lo viviente, muere por fundamentos internos. Los productos del propio metabolismo poseen éste efecto conducente a la muerte y el organismo sucumbe por muerte natural. Esta es producida por insuficiente alejamiento de los productos de su propio metabolismo.

 

En el artículo "Sobre psicoterapia", (1905a [1904]), dice que las personas que se acercan a la cincuentena, o la sobrepasan suelen carecer de la plasticidad de los procesos anímicos, y por otra parte también, porque el material que debería reelaborarse, prolongaría indefinidamente el tratamiento. Este concepto es el que se conoce como perelaboración, que implica un cambio de significación, y no sólo movilización de cargas. Pero éste concepto que podríamos llamar de acumulación de material que confiere poca plasticidad, como si se esclerosara, o de viscosidad libidinal, permite entender que es envejecer. Envejecer se vincula con la acumulación de material en la línea de marcas erógenas difíciles de procesar, particularmente de cicatrices originadas en heridas narcisistas.


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