Tratamiento no farmacologico de la hipertension arterial
Autor: Dra. Reina Genellys Fernández Camps | Publicado:  6/11/2008 | Endocrinologia y Nutricion , Medicina Interna , Cardiologia | |
Tratamiento no farmacologico de la hipertension arterial.3

Complicaciones.

 

Son muchas las complicaciones que es capaz de producir un mal control de la presión arterial y para su mejor comprensión por parte de nuestra población la dividiremos en: cardiológicas y no cardiológicas (10).

 

Complicaciones cardiológicas:

 

La complicación cardiológica más importante a tener en cuenta es la Cardiopatía Hipertensiva la cual representa la más precoz y grave.

La afectación cardiaca de la hipertensión arterial (HTA) se localiza fundamentalmente a cuatro niveles:

Hipertrofia ventricular izquierda (HVI) [crecimiento del ventrículo izquierdo del corazón]: es conocida actualmente como un factor de riesgo independiente y de primer grado para la aparición de complicaciones cardiólogas en la hipertensión arterial (HTA). Su importancia en este campo es equiparable, si no superior a los factores de riesgo clásicos, de forma que su existencia se equipara en riesgo al padecimiento previo de un infarto de miocardio.

Disfunción ventricular (mal funcionamiento de los ventrículos del corazón): puede ser considerada como la incapacidad del corazón para adaptarse a las necesidades metabólicas del organismo en función del aporte sanguíneo que recibe.

Reserva coronaria: está seriamente disminuida y es directamente proporcional con el grado de hipertrofia ventricular izquierda, se plantea que hasta el 30% de los hipertensos ligeros y casi el 100% de los severos muestran alteraciones más o menos significativas de la reserva coronaria dando lugar a manifestaciones clínicas como la angina (dolor) y disnea (falta de aire), insuficiencia cardiaca y arritmias potencialmente letales.

Arritmias (latidos anormales del corazón): las arritmias ventriculares son manifestaciones clínicas de la cardiopatía hipertensiva, estando su origen más relacionado con la hipertrofia ventricular izquierda y la disfunción ventricular que con las cifras de presión arterial. La fibrilación auricular paroxística y/o crónica (movimientos rápidos anormales de las aurículas de forma aguda y/o crónica) es una arritmia común de la cardiopatía hipertensiva.

 

Complicaciones no cardiológicas:

 

Cerebro:

Enfermedad cerebrovascular isquémica (infartos cerebrales).

Enfermedad cerebrovascular hemorrágica (intraparenquimatosa o subaracnoidea).

Encefalopatía hipertensiva.

Riñón:

Insuficiencia renal crónica.

Grandes arterias:

Aneurismas arteriales disecantes o rotos.

 

Tratamiento.

 

El tratamiento de la hipertensión arterial (HTA) se asocia con la disminución del 35 – 40% en la incidencia de accidente cerebrovascular; 20 – 25% en la aparición de infarto de miocardio y del 50% en la progresión a la insuficiencia cardíaca. También reduce la morbilidad por enfermedad renal. Por ejemplo, la reducción sostenida de 12 mm Hg de la tensión arterial sistólica (en un paciente con hipertensión arterial (HTA) estadio 1 con factores de riesgo cardiovascular agregados) previene en 10 años una muerte cada 11 pacientes tratados. Si, además, estuviese presente daño de órgano blanco en el paciente, se prevendría 1 muerte cada 9 pacientes tratados (4).

 

Este tratamiento consta de dos pilares:

Tratamiento no farmacológico o modificaciones del estilo de vida.

Tratamiento farmacológico.

 

El objetivo del tratamiento es la reducción de la tensión arterial a menos de 140/90 mm Hg; pero en pacientes con insuficiencia renal o diabetes, el objetivo es menor a 130/80 mm Hg (4).

 

Abordaremos el primero de ellos porque es el motivo de ser de esta monografía.

 

Modificaciones del estilo de vida.

 

Uno de los elementos básicos para que el proceso asistencial en la hipertensión arterial (HTA) sea de la mayor calidad posible es proporcionar al paciente una información básica sobre este factor de riesgo. El médico, y especialmente el/la diplomado/a de enfermería tienen un papel crucial en la educación sanitaria. La educación sanitaria del paciente hipertenso es responsabilidad tanto del médico como del personal de enfermería, pero es indiscutible que por la mayor frecuencia de las visitas de seguimiento por parte del personal de enfermería la educación sanitaria constituye una de las labores más importantes a realizar por estos profesionales. La discusión y valoración conjunta de los problemas detectados en el seguimiento de los pacientes es totalmente necesaria como elemento básico del trabajo en equipo (16).

 

Los estudios sobre las modificaciones del estilo de vida que han sido revisados demostraron que los valores de tensión arterial pueden reducirse con estas medidas. El objetivo de las medidas no farmacológicas es reducir los valores de PA y prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares (17, 18, 19).

 

Considerándose que, en pacientes seleccionados, su mantenimiento a largo plazo podría retrasar o incluso evitar la necesidad de tratamiento farmacológico (17, 19). La eficacia de este tipo de medidas no farmacológicas ha sido poco evaluada en ensayos clínicos aleatorizados (19, 20). En la práctica clínica, los resultados de su aplicación pueden ser variables según los pacientes tratados (16, 19, 21).

 

Los últimos textos sobre hipertensión arterial (HTA) coinciden en recomendar su adopción en todos los pacientes hipertensos (17, 21 – 24) toda vez que, independientemente de su mayor o menor utilidad en los mismos, no hay que olvidar la ausencia de efectos adversos asociados a su uso y su reducido coste (21).

 

Las medidas no farmacológicas encaminadas a modificar el estilo de vida de los pacientes pueden llevarse a cabo como medida preventiva (en pacientes “prehipertensos” o “con hipertensión arterial (HTA) normal-alta”) o de tratamiento de la hipertensión arterial (HTA), pudiendo utilizarse como única forma de tratamiento en caso de hipertensión arterial (HTA) leve o no complicada y como complemento del tratamiento farmacológico (18, 19). Habitualmente, resulta difícil conseguir un seguimiento adecuado de los pacientes, especialmente a largo plazo. Por lo que se considera especialmente importante para favorecer su cumplimiento, motivar al paciente mediante información adecuada y suficiente y realizar un seguimiento continuado del mismo (19).

 

Las medidas no farmacológicas recomendadas en los diferentes textos de tratamiento de la hipertensión arterial (HTA) son variadas, aunque en su mayoría convergentes (20), proponiéndose en general su aplicación de forma combinada (19).

 

Pasaremos a explicar ahora en que consisten las modificaciones del estilo de vida.

 

Reducción del peso corporal

 

La obesidad se ha considerado un factor de riesgo contribuyente para la elevación de las cifras tensionales. La reducción de 1Kg de peso implica una disminución promedio de 1,3 a 1,6mmHg en la PA, por tanto por cada 10Kg de reducción de peso se logrará una reducción de la PAS entre 5 y 20mmHg.

La medida más eficaz para lograr una buena reducción del peso corporal es la restricción calórica de la dieta asociada a ejercicios físicos.

El paciente debe mantener un peso adecuado y para calcular éste se recomienda  usar el índice de masa corporal (IMC), donde:

 

IMC = Peso en Kg/(Talla m)2

 

Se considera adecuada entre 18,5 y 24,9; pero si el índice es mayor de 27, debe considerarse un riesgo potencial.

 

Reducción del consumo de sal.

 

Existen evidencias irrefutables que demuestran que las dietas ricas en sodio desempeñan un papel muy importante en el desarrollo y mantenimiento de la hipertensión arterial (HTA), si bien la respuesta a la ingestión de sal difiere en los diferentes grupos de hipertensos: los afronorteamericanos, los ancianos y los hipertensos diabéticos son más sensibles a la sal (2).  Consumir una dieta con menos de 2.4 gramos de sodio o 6 gramos de cloruro de sodio, se logra una reducción en la presión sistólica de entre 2 mmHg y 8 mmHg (2, 10).

 

Es por ello que se recomienda un máximo de sal en la dieta de 1,5 a 2,9g, ello implica no agregar sal a las comidas al cocinarlas y evitar aquellos alimentos que en su confección se enriquecen con la sal de cocina (embutidos y enlatados). A continuación daremos un listado de alimentos con su contenido de sodio y cuales deben evitarse o no en la dieta del hipertenso (9) (Cuadro 4).

 

Cuadro 4: Contenido de sodio en los alimentos.

 

Alimentos

 

Embutidos

 

Muy ricos en sodio (su uso debe evitarse): Todos (jamón york, serrano, chorizo, bacon).

Pobres en sodio (su uso es preferente): Ninguno.

 

Alimentos enlatados

 

Muy ricos en sodio (su uso debe evitarse): Todos (tomates, verduras, carnes, pescado).

Pobres en sodio (su uso es preferente): Ninguno.

 

Precocinados

 

Muy ricos en sodio (su uso debe evitarse): Todos (empanadilla, pizza, croquetas, lasaña, etc).

Pobres en sodio (su uso es preferente): Ninguno.

 

Carnes

 

Muy ricos en sodio (su uso debe evitarse): Cerdo, pato, riñones, hígado, sesos.

Pobres en sodio (su uso es preferente): Ternera, vaca, pollo, conejo.


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