Caracterizacion Epidemiologica, Clinica y Humoral del paciente hipertenso
Autor: Dr. Ricardo René Núñez Barrera | Publicado:  15/04/2009 | Cardiologia , Nefrologia , Medicina Interna , Medicina Preventiva y Salud Publica | |
Caracterizacion Epidemiologica Clinica y Humoral del paciente hipertenso.4

Análisis y discusión de los resultados

 

La hipertensión arterial (HTA), es considerada un factor de riesgo mayor modificable cardiovascular. Es una elevación sostenida de la presión arterial sistólica y/o diastólica que, con toda probabilidad, representa la enfermedad crónica más frecuente de las muchas que azotan a la humanidad. Su importancia reside en el hecho de que cuanto mayores sean las cifras de presión, tanto sistólica como diastólica, más elevadas son la morbilidad y la mortalidad de los individuos. Esto es así en todas las poblaciones estudiadas, en todos los grupos de edad y en ambos sexos (9).

 

Tabla Nº 1. Distribución porcentual de pacientes según edad y sexo.

 

HTA_hipertension_epidemiologia/hipertensos_poblacion_edad

 

Χ2 = 3,68 p > 0,05 (no significativa)

 

La distribución porcentual de los enfermos en el presente estudio según grupos de edad y sexo identifica magnitudes mayores en las edades de 30 - 44 años (35,0%) y 45 - 59 años (32,5%), con un ligero predominio de mujeres con respecto a los hombres (61 vs. 59). (Tabla No. 1). Lo cual se corresponde con la literatura revisada.

 

La evolución de la TA durante los primeros años de vida se correlaciona estrechamente tanto con la estatura como con el índice de masa corporal (IMC), de forma que se estima que por cada 10 cm de aumento de talla se produce un aumento de 4,4 y 1,2 mmHg para la presión sistólica y la diastólica, respectivamente; y que por cada increment de 1 Kg/m2 en el índice de masa corporal (IMC), el aumento es de 1,1 y 0,4 mmHg. Esta correlación entre tensión arterial y variables antropométricas va desapareciendo con la edad y a los 14 años tan sólo se mantiene la correlación con el sexo (62).

 

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la tendencia constante a la elevación tensional progresiva con la edad observada en las sociedades desarrolladas no se comprueba igualmente en la población con estilos de vida primitivos (62).

 

También es importante no olvidar que en los individuos mayores de 64 años las variaciones de las cifras tensionales son mucho mayores, por lo que en dichos pacientes adquiere una mayor relevancia el número de determinaciones. Por lo que al sexo se refiere, existen notables diferencias en las cifras tensionales no sólo en función de la edad (como ya se ha visto anteriormente) sino en relación con factores como: la distinta supervivencia, mayor en las mujeres; el fenómeno de la menopausia en la mujer; la distinta prevalencia de la obesidad; la mortalidad cardiovascular más precoz en el varón y otros, aún no bien conocidos, relacionados con una mayor susceptibilidad de uno u otro sexo para contraer determinadas enfermedades o presentar determinados factores de riesgo (62).

 

En España se estima que padece hipertensión arterial (HTA) entre el 5 - 10% de la población en la infancia y edad escolar, el 20 - 25% en la edad media de la vida y el 50% o más en la ancianidad. En cuanto al sexo vemos que antes de la menopausia, la hipertensión arterial (HTA) es más frecuente en los varones, invirtiéndose posteriormente en favor de las mujeres (63-66).

 

Otros estudios realizados en México, por ejemplo, la hipertensión afecta no sólo al adulto mayor, sino también a la población de menor edad, como lo reporta una reciente encuesta nacional, donde el 75% de los pacientes hipertensos tenían menos de 54 años (9).

 

Como se trata de una enfermedad crónica que evoluciona en forma silente durante muchos años, no resulta fácil establecer un número de personas que se convierten en hipertensos cada año, por lo que la incidencia de hipertensión arterial (HTA) es difícil de precisar. No obstante, según datos el estudio Framingham, la incidencia aumenta con la edad tanto en varones (3,3 a 6,2) como en mujeres (1,5 a 6,8) para los rangos de edad de 30 – 39 y 70 – 70 años, respectivamente (63-66).

 

Gráfico 1. Distribución porcentual de pacientes según color de la piel.

 

HTA_hipertension_epidemiologia/raza_color_piel

 

Fuente: texto.


En lo referente al color de la piel la presente investigación precisa mayor porcentaje para el color negro (41,7%), seguido del mestizo y blanco con 34,2% y 24,2%, respectivamente. (Gráfico 1). Lo cual pensamos sea debido a la distribución racial de nuestra ciudad.

 

No obstante, existen evidencias de que la hipertensión arterial (HTA) en la raza negra tiene una prevalencia más alta y un pronóstico más reservado, secundario a la gravedad de la repercusión sobre los órganos diana en este grupo poblacional; por ejemplo, se ha señalado que la insuficiencia renal terminal en la hipertensión arterial (HTA) se presenta 17 veces con más frecuencia en individuos de la raza negra que en lo de la raza blanca (4,62-65).

 

Los diferentes autores tratando de explicar estas diferencias raciales, han emitido varias hipótesis que involucran alteraciones genéticas, mayor hiperactividad vascular y sensibilidad a la sal, así como una actividad reducida de la bomba sodio – potasio – ATPasa, anormalidades en los cotransportadores sodio – potasio y sodio – litio, una baja actividad de sustancias endógenas vasodilatadoras, dietas con alto contenido de sal, tabaquismo y el stress sociocultural que condiciona el racismo en las diferentes latitudes (4, 8, 9, 32, 41, 61, 62-65, 67).

 

Gráfico 2. Distribución porcentual de enfermos según presencia de antecedentes patológicos personales.

 

HTA_hipertension_epidemiologia/antecedentes_patologicos_personales

 

Fuente: texto.

 

Se conoce que los antecedentes patológicos personales en desarrollo de la hipertensión arterial constituyen elementos importantes a considerar en el estudio de esta entidad. Se constató que el 76,7% de los pacientes eran portadores de hiperlipoproteinemias, el 25,0% eran diabéticos y sólo 3,3% catalogaban como obesos. (Gráfico 2). Lo que se corresponde con la literatura revisada, aunque quizás no en este orden necesariamente, lo que pueda atribuirse quizás a los malos hábitos higienodietéticos de nuestra población.

 

La relación entre hipertensión y diabetes, sobretodo la tipo II, es altamente conocida a nivel mundial, pues son muchos los estudios que han relacionado la concomitancia de ambas, todo debido a las alteraciones que ambas son capaces de producir a nivel del endotelio vascular (4, 19, 20, 29, 40, 47, 59).

 

El sobrepeso se asocia con más frecuencia a diabetes, aumento del ácido úrico y del colesterol y limita la efectividad de los fármacos siendo una de las causas más frecuentes de hipertensión arterial (HTA) resistente (65).

 

La obesidad se relaciona con más frecuencia a la aparición de la hipertensión arterial (HTA) y se calcula que la prevalencia es del 50% mayor entre las personas que están en sobrepeso que entre las que están en su peso normal. El hipertenso obeso tiene mayor gasto cardíaco y menor resistencia periférica, por tanto, la obesidad produce un estado circulatorio hipercinético con un incremento progresivo de las cifras tensionales (4, 26, 29, 40, 45).


 


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