Articulo de revision. Pie diabetico para el medico de atencion primaria. De la definicion al diagnostico clinico
Autor: Dr. Arístides L. García Herrera  | Publicado:  27/07/2009 | Endocrinologia y Nutricion , Medicina Familiar y Atencion Primaria , Angiologia y Cirugia Vascular | |
Revision. Pie diabetico para medico atencion primaria. De definicion a diagnostico clinico.5


IT/B: Traducción clínica

 

·         1.2 Nos habla de calcificación vascular de Mönckeberg

·         1.2 – 0.8 corresponde al paciente sano desde el punto de vista vascular o asintomático

·         0.7 – 0.6 índices propios de la claudicación, recordar que la Neuropatía Diabética enmascara este síntoma cardinal de la insuficiencia arterial, existen autores que han señalado que tan solo 1 de cada 6 pacientes diabéticos claudica

·         0.5 – 0.3 Etapa en la cual el flujo sanguíneo es insuficiente siquiera al reposo determinando la aparición de el denominado Dolor de reposo

·         < 0.3 Corresponde con aquellos casos de extremidades no viables y habitualmente no revascularizable (Pérdida de la extremidad) (38,39,40,41)

 

Una presión en los dedos de 25 a 30 mm Hg predice cicatrización (1,11)

 

a)     Presión transcutánea de O2

Una tensión de O2 superior a 20 mm Hg en la pantorrilla predice cicatrización, en presencia de infección los niveles de TcO2 son mayores (42)

 

b)    Velocimetría Doppler Láser

Refleja los glóbulos rojos en movimiento y es directamente proporcional al flujo, se expresa en mV el umbral de curación es variable (40 a 125 mV) (43,44,45)

 

Radiología (estudios de imagen)

 

a)     Rx. simple: nunca se debe omitir. Nos da un informe de las partes blandas, aumento de volumen, gas, cuerpos extraños, calcificaciones arteriales y de la estructura ósea como mineralización, estado articular, alineamiento óseo, interlíneas articulares, interrupción de la cortical, secuestros, y fracturas que pueden ser “espontáneas” u otras lesiones (1,11).

b)    Angiografía. Para evaluar vasos aortoilíacos y de la pierna. Por sus riesgos debe ser considerada en pacientes candidatos a angioplastia o que van a revascularización quirúrgica. Es primordial la visualización adecuada de las arterias del pie y los arcos primarios y secundarios. La visión adecuada de la circulación bajo la trifurcación permite evitar amputaciones innecesarias (46,47).

c)     Angiorresonancia. Es un método que no usa medio de contraste y es de gran valor en pacientes de alto riesgo, es posible que en u n futuro no muy lejano reemplace a la arteriografía como “gold standard” en la toma de decisiones (48,49,50,51,52,53,54).

 

IV.- Evaluación de la infección

 

a)     Examen físico. (Calor, eritema, linfangitis, linfadenopatía, dolor, drenaje de pus, fluctuación, crepitación). En la mayoría de ocasiones no hay fiebre.

b)    Evaluación del grado de severidad de las infecciones.

 

Las infecciones del Pie Diabético deben categorizarse según la severidad y el riesgo que impliquen para el paciente o para la conservación del miembro afectado (tabla 3).

 

Tabla 3. Clasificación clínica de las infecciones en pie diabético.

 

Infecciones del Pie del Diabético

 

Manifestaciones clínicas – Severidad - Grado PEDIS*

 

  • Herida sin inflamación ni secreción purulenta - No infectada - Grado 0
  • Presencia de 2 signos cardinales de la inflamación aguda (dolor, eritema, edema, calor, induración, purulencia), pero con extensión < de 2 cm alrededor de la ulcera, superficial (piel y TCS) y sin complicaciones locales ni sistémicas – Leve - Grado 1
  • Infección en paciente sin complicaciones sistémicas ni metabólicas, con 1 de las siguientes condiciones: celulitis > de 2 cm, linfangitis, extensión a fascia superficial, abscesos profundos, gangrena, compromiso de músculo, tendón, articulación o hueso – Moderada - Grado 2, Grado 3
  • Presencia de toxicidad sistémica o inestabilidad metabólica. Presencia de isquemia critica- Severo - Grado 4, Grado 5

 

Estudios complementarios

 

  1. Radiología simple para valorar osteítis o gas. Si en el Rx., aparecen cambios característicos, el diagnóstico de osteomielitis es muy probable y si es inicialmente negativo, repetirlo a las 2-3 semanas (1,11).
  2. Ecografía de partes blandas para detectar abscesos sobre todo en el antepié (11)
  3. En cuanto a los estudios más sofisticados por imágenes, estos colaboran para definir la profundidad de la lesión, el compromiso óseo y la presencia de colecciones, resulta oportuno señalar que la RMN es más útil que los estudios radioisotópicos para el diagnóstico de la infección en el pie diabético (55).
  4. Cultivos de úlceras, abscesos, flictenas, tejidos blandos o bien del hueso, por raspado (“curetage”) de la base de una úlcera es más fiable que los obtenidos por frotis o las obtenidas por punción-aspiración. Dependiendo de la gravedad o extensión de la lesión, las infecciones serán mono o polimicrobianas, siendo la etiología más frecuente en los episodios monomicrobianos los microorganismos grampositivos y, más específicamente, los Staphylococcus.

    Cuando la infección se agrava se hace polimicrobiana y, a pesar de que los microorganismos grampositivos siguen siendo los más frecuentemente aislados, a menudo están presentes bacilos gramnegativos y anaerobios, tanto grampositivos como negativos.
    Se recomienda de ser posible obtener siempre cultivos antes de iniciar un tratamiento antibiótico empírico, no obstante en la práctica generalmente esto no es posible.

    Existe correlación entre los microorganismos aislados y el tipo de lesión (tabla 4) (56,57).

 


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