Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Sexta parte
Autor: Dr. Alberto Ochoa Govin | Publicado:  9/10/2009 | Psicologia , Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas. | |
Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Sexta parte.1

Hipnosis terapéutica. Teoría, métodos y técnicas aplicadas. Sexta parte

 

Dr. Alberto Ochoa Govin.

 

Doctor en Medicina. Especialista en Neurocirugía. Servicio de neurología, neurocirugía y terapia del dolor. Fundación medico preventiva. Clínica médico quirúrgica de Cúcuta. Centro Integral de especialistas de Cúcuta. Colombia. Profesor Universidad de Pamplona. Norte de Santander. Colombia.

 

Colaboradora:

Dra Ana Teresa Govin Cid. Doctora en Medicina. Especialista en Hematología. Master en Ciencias en Medicina Tradicional y Natural. Profesora del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. Cuba.

 

  • Categorías básicas en la hipnosis
  • La sugestibilidad
  • La resistencia
  • La simulación
  • El signo señal
  • Pruebas y escalas para medir la sugestibilidad hipnótica del paciente
  • Pruebas de susceptibilidad hipnótica
  • Recomendaciones para el uso de las pruebas de susceptibilidad hipnótica
  • Prueba de la caída hacia adelante o hacia atrás
  • Prueba del cuerpo oscilando o de oscilación lateral
  • Prueba de la caída por pérdida de las fuerzas del cuerpo
  • Prueba de los brazos extendidos
  • Prueba del brazo pegado a la pared
  • Prueba del cuerpo pegado al asiento
  • Prueba de las manos pegadas luego del entrecruzamiento de los dedos

 

 

CATEGORÍAS BÁSICAS EN LA HIPNOSIS.

 

LA SUGESTIBILIDAD.

 

No hay hipnosis sin sugestión, que precisamente es incluida en la clasificación de terapias sugestivas. La sugestibilidad es el arma común que poseen, tanto el hipnólogo como el sujeto a hipnotizar, y consiste en el hecho de que a través de la suges­tión el primero tiene que lograr el efecto sugestivo; y el segundo, a través de su sugestibilidad, hacer efectiva la suges­tión.

 

Una persona puede ser más o menos sugestionable, pero siempre lo es; sin embargo, la experiencia, delicadeza y ascendencia del hipnólogo puede acrecentarla disminuirla o inhibirla si el proceder resulta inadecuado.

 

La sugestión es, a la vez, externa (mediante la palabra, por fascinación o potencia ligada a otro estímulo verbal) y al propio tiempo interna (autosugestión), en dependencia ésta última de la predisposición o disposición del sujeto para ser hipnotizado. Ello está dado, efectivamente, por una cierta actitud que asume ante la sugestión como tal y que condiciona favorablemente la sugestibilidad.

 

LA RESISTENCIA.

 

La resistencia puede expresarse de forma consciente o inconsciente, en el primer caso, el sujeto se propone hacer frente a las sugestiones hipnóticas, es decir, refuta la acción del hipnotizador; en el segundo desea ser hipnotizado, pero no logra entrar en el trance hipnótico, pues todo parece indicar que hay ciertos mecanismos inconscientes que actúan como barreras y que él desconoce.

 

Otra especie de resistencia estriba en los temores que el sujeto es capaz de experimentar a causa de:

 

  • Información previa de que a través de la hipnosis se han violado principios éticos.
  • Pensamiento actuante de que puedan aflorar situaciones comprometedoras para él y poner en peligro su reputación y su Yo interno o público.
  • Miedo "per se"

 

Todas estas condicionantes expresan un temor generalmente consciente y que no siempre está ligado al no deseo de ser hipnotizado, no por el hecho de la hipnosis en sí misma, sino por sus posibles consecuencias. Tal vez coexistan en estos pacientes algunos conflictos que casi siempre se resuelven con la forma en que el terapeuta maneje la situación.

 

Ciertos tipos de resistentes son más vulnerables a ceder ante la hipnosis, entre ellos los conscientes y estos últimos; porque si existe un enfoque adecuado del problema, la actitud resistente se modifica, en tanto haya seguridad afectiva y conocimiento del elemento cognitivo de la causa de la resistencia, que al conscientizarse positivamente, se convierte en un movilizador del cambio favorable.

 

Si analizamos los elementos expuestos anteriormente, podríamos afirmar que cualquiera puede ser resistente y a la vez ser modificado.

 

En ocasiones, el sujeto a hipnotizar opera con contrasugestiones que repite constantemente y ello obstaculiza la actitud hipnó­tica, por lo cual podemos considerarla como un tipo de resistencia.

 

LA SIMULACIÓN.

 

Es un elemento que debe tenerse en cuenta en nuestro quehacer hipnótico, puesto que hay sujetos que captan todas las manifestaciones conductuales de otros en estado de trance y simulan éstos en el trance también.

 

Ello implica que siempre el terapeuta ha de comprobar el nivel de hipnosis, y si con el paciente se ha logrado ésta. Un hipnólogo experimentado no carece nunca de recursos para satisfacer esa necesidad cognoscente.

 

Por lo general estos sujetos cumplen "al pie de la letra" todas la orientaciones sugestoras, pero con mayor rapidez que cuando se produce realmente en hipnosis.

 

Hay operadores que hacen el juego al simulador y logran hipnotizarle bajo los mismos términos; sin embargo, de acuerdo con las características psicológicas del sujeto a hipnotizar, puede optarse por este criterio de trabajo o interrumpir la sesión haciéndole saber (suave, dulce y amigablemente) la necesidad de no engañarse a sí mismo, pues no podrá confundir al terapeuta.

 

La simulación puede responder a un criterio de excentricidad y exaltación del Yo o constituir una genuina defensa psicológica; por ello es que se ve mucho en personas histéricas, tímidas y también en niños, que la llevan al plano del juego para demostrar su infalibilidad. Aconsejo a los menos experimentados tener estos elementos en cuenta.

 

EL SIGNO SEÑAL.

 

Es un elemento de gran utilidad, pues deja abierta la posibilidad de usar cualquier gesto, movimiento o palabra como señal para entrar nuevamente en trance hipnótico. Este signo será efectivo solamente cuando se ha llegado a niveles profundos de hipnosis, donde el acto sugestor llega selectivamente a la corteza con una fuerza tal, que operará como un nuevo condicionamiento que facilitará la ejecución de la acción implícita en el signi­ficado del nuevo estimulo-señalizador.

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