Fitoterapia. El poder terapeutico de las plantas
Autor: María del Rocío Catalina García | Publicado:  10/06/2010 | Otras Especialidades , Farmacologia | |
Fitoterapia. El poder terapeutico de las plantas .1

Fitoterapia. El poder terapéutico de las plantas.

María del Rocío Catalina García. Diplomada en Nutrición Humana y Dietética. Universidad de Valladolid. Estudiante de enfermería. Universidad de Valladolid.

Resumen:

La utilización de las plantas con fines terapéuticos es una práctica que se remonta a tiempos inmemoriales. Sin embargo, es necesario hacer un uso responsable de las mismas para poder disfrutar de sus beneficios; ya que un empleo inadecuado puede conllevar perjuicios para la salud. Las sustancias fitoquímicas, presentes en las plantas medicinales, aportan la capacidad terapéutica, la cual es muy variada. En el presente trabajo se detallan múltiples plantas medicinales, agrupadas según el principal efecto que poseen sobre el organismo. Así, se obtiene una clasificación de plantas que actúan sobre el sistema nervioso, el sistema respiratorio, el aparato digestivo, el sistema cardiovascular y el aparato genital y urinario.

Palabras clave: fitoterapia, plantas medicinales, plantas terapéuticas, medicina natural.

Abstract:
The use of plants for therapeutic purposes is a practice that dates back to ancient times. However, it is necessary to make responsible use of them to enjoy their benefits, because improper use can lead to damage to health. The phytochemicals present in medicinal plants, provide the therapeutic capacity, which is varied. In the present work describes many medicinal plants, grouped by the main effect they have on the body. Thus we obtain a classification of plants that act on the nervous system, respiratory system, digestive system, cardiovascular system and the genital and urinary systems.

Key words: fitoterapia, medicinal plants, therapeutic plants, natural medicine.

INTRODUCCIÓN

Se denomina fitoterapia al empleo de las plantas con fines curativos. El interés por esta práctica no es actual, sino que se remonta a tiempos inmemoriales. En nuestros días, el principal problema es el inapropiado uso de las plantas medicinales, pues en numerosas ocasiones se emplean con absoluto desconocimiento de sus posibles efectos.

La utilización de plantas con fines terapéuticos es una práctica tan antigua como la humanidad misma y durante bastante tiempo fue el principal recurso de que disponían los médicos. En la actualidad, países orientales, como China o La India, continúan utilizando en gran medida las hierbas medicinales para evitar y combatir la enfermedad.

Los primeros documentos escritos sobre herbarios se remontan a la civilización mesopotámica, hace aproximadamente 5.000 años. También existen evidencias del empleo de distintas plantas, como el ajo, la hierbabuena o el opio, por parte de los antiguos egipcios. Hipócrates, médico griego considerado como el padre de la medicina, recomendaba el uso de determinadas hierbas, junto con una dieta sana, descanso y aire puro. Galeno, prestigioso médico romano, confió en distintas sustancias vegetales como medio para curar enfermedades. El primer tratado europeo sobre las propiedades y el uso de las hierbas medicinales fue “De materia médica”, editado por el médico griego Dioscórides en el primer siglo de la era cristiana.

La medicina china a base de hierbas se remonta al siglo III a.C, pues se han encontrado manuscritos sobre fitoterapia que datan de esa época. La cultura china es pionera en la utilización ya no sólo de la fitoterapia, sino también de otras medicinas alternativas, como la acupuntura, la homeopatía, la aromaterapia…

En la Edad Media, el uso medicinal de las plantas fue una práctica muy común. En este período histórico, caracterizado por el miedo y la superstición, se atribuyeron propiedades mágicas a la fitoterapia, lo que conllevó la persecución y ejecución de muchos curanderos, acusados de brujería.
En consecuencia, la Inquisición provocó que gran parte de la tradición herbaria se perdiera. El descubrimiento de América permitió que el conocimiento sobre farmacopea se enriqueciera. En el siglo XIX e inicios del XX, el gran desarrollo de la ciencia química propició el impulso de la industria farmacéutica. Para la elaboración de muchos medicamentos se utilizaron principios activos de plantas medicinales. En la actualidad, un elevado porcentaje de los fármacos comercializados contiene algún principio de origen vegetal.

PAUTAS PARA UN CORRECTO USO DE LAS PLANTAS

Tenemos que ser conscientes de que las plantas medicinales, al igual que los medicamentos, no son inocuas. Un inadecuado uso de las mismas puede conllevar una alteración orgánica importante y si se utilizan a dosis inadecuadas, los efectos secundarios pueden ser muy negativos. Es de capital importancia recalcar que la fitoterapia no sustituye en ningún caso a los fármacos prescritos por el doctor, únicamente complementa a la medicina facultativa.

Es necesario desterrar la relación establecida entre natural y saludable, pues hay muchas plantas que presentan riesgos para la salud. Por ejemplo, la cocaína y la heroína proceden de la planta de la coca y del opio respectivamente y son sustancias extremadamente nocivas. Además, existen compuestos en las plantas que pueden interaccionar con determinados nutrientes o fármacos. Las bayas de espino albar no deben tomarse con ciertas medicaciones cardiovasculares, pues podrían alterar su función. Por tanto, si se está tomando un medicamento, antes de recurrir a la fitoterapia es necesario que el médico valore los posibles efectos secundarios y sea él quien nos indique o desaconseje su utilización.

Como regla general para la población, se aconseja consultar al especialista fitoterapeuta antes de emplear plantas medicinales y hacerlo siempre con prudencia y responsabilidad. Tenemos que ser especialmente cautelosos con los niños y ancianos y, en el caso de las mujeres embarazadas o en fase de lactancia, el uso de plantas, así como de fármacos, tiene que estar estrictamente vigilado por el médico.

Encontramos hierbas medicinales en farmacias, centros de herbodietética y centros comerciales. Aquéllas que han sido autorizadas por el Ministerio de Sanidad y supervisadas por la Agencia del Medicamento sólo se pueden adquirir en las farmacias. Existen otras formas de conseguir plantas medicinales; podemos recogerlas en el campo o cultivarlas nosotros mismos en casa.

Además de conocer qué planta se adapta mejor a nuestras necesidades, es importante saber la parte de la misma que aporta los beneficios buscados. Por ejemplo, la hoja de diente de león actúa como diurético, mientras que la raíz es apta para tratar dolencias hepáticas y tiene efecto laxante.

MÉTODOS PARA LA APLICACIÓN DE LAS PLANTAS

Podemos beneficiarnos de las propiedades de las plantas medicinales mediante diversos mecanismos que serán detallados a continuación:

 Infusión o tisana: Es sin duda la forma de preparación más conocida y la elegida para preparar las partes más delicadas de la planta: las hojas, las flores o las semillas. Es un líquido generado por el contacto entre el agua caliente y las hierbas, de modo que éstas liberan en el agua sus elementos constituyentes. Es necesario cubrir la tisana, ya que algunos de sus componentes son volátiles y desaparecen con el vapor. Por lo general, se beben calientes.

 Decocción: Con este método se preparan las partes más duras de la planta: las raíces, la corteza, los rizomas o las bayas. Éstas se cortan en trozos y se sumergen en un recipiente con agua fría. Se deja que hierva como mínimo durante diez minutos, manteniendo el recipiente tapado. Una vez obtenido el líquido de cocción, se filtra.

 Maceración: Cuando con el calor, se pueden eliminar los principios activos de la planta, recurrimos a la maceración en frío. Ésta consiste en dejar toda la noche en reposo un recipiente con las hierbas y agua fría.

 Tinturas: Una tintura es mucho más fuerte que una infusión o una decocción, por eso, para su consumo se utiliza incluso el cuentagotas. Se utiliza una parte de hierbas y otra de líquido, el cual está formado por un 75% de agua y un 25% de alcohol. Se introducen las hierbas en un recipiente y se cubren con el líquido. Se deja el frasco herméticamente cerrado en un lugar oscuro durante dos semanas, agitando la mezcla cada dos o tres días. Pasado ese tiempo, se cuela la tintura y se deposita en un recipiente nuevo.

 Aceites en infusión: Se utilizan principalmente para dar masajes y existen dos tipos: fríos y calientes. Los aceites fríos se elaboran llenando un recipiente con las hierbas elegidas y el aceite (de girasol, de oliva, de soja…) y dejando éste, herméticamente cerrado, al sol durante dos semanas. Es necesario agitarlo a diario. Los aceites calientes se obtienen cociendo al baño maría el aceite con las hierbas, unas tres horas. Para finalizar los dos procesos, se filtra el aceite de modo que no quede en él ningún resto vegetal.

 Jarabes: Consisten en la adición de miel o azúcar a una infusión, decocción o tintura, con el fin de mejorar su sabor.


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