El conejo, un modelo animal para el estudio de la aterosclerosis. Una corta revision
Autor: Dr. Luis Caballero | Publicado:  13/10/2010 | Anatomia Patologica , Cardiologia , Angiologia y Cirugia Vascular , Imagenes de Anatomia Patologica , Imagenes de Angiologia y Cirugia Vascular , Imagenes de Cardiologia | |
El conejo, un modelo animal para el estudio de la aterosclerosis. Una corta revision .3

Utilizaron las pautas de Bradford Hill para obtener un índice de causalidad basado en cuatro criterios (fuerza, consistencia, temporalidad y coherencia) para cada nivel de exposición dietaria en estudios de cohorte. Hallaron una fuerte evidencia que sostiene, asociaciones válidas entre factores de protección, donde se incluye la ingesta de vegetales, frutos secos y alimentos de la dieta mediterránea, y patrones dietarios de calidad y la enfermedad coronaria.

La ingesta de una dieta enriquecida con colesterol y grasa, no solo induce aterosclerosis en el conejo, también afecta el sistema de defensa antioxidante, que incluye las enzimas superóxido dismutasa, catalasa y glutatión peroxidasa. Sin embargo, la administración de una dieta enriquecida con grasas insaturadas, como aceite de oliva y de pescado, mejoraron el perfil del sistema antioxidante hepático [Aguilera y col., 2003].

Se ha reportado, que la administración de aceite de oliva en conejos con elevado colesterol, reduce la trombogenicidad vascular del subendotelio, incrementa la actividad antitrombótica en el endotelio y disminuye el porcentaje de la pared ocupada por células espumosas [de la Cruz y col., 2000; Tsantila y col., 2007].

En un estudio realizado durante cuatro meses, se alimentaron conejos con aceite crudo de palma y otro grupo con aceite de maíz. Las concentraciones del colesterol total en plasma aumentaron significativamente con ambos aceites; la concentración de la fracción de lipoproteínas de alta densidad (HDL, llamado también colesterol bueno) aumentó significativamente con el aceite de palma pero no con el de maíz; los triglicéridos aumentaron significativamente en la dieta a base de aceite de maíz. Sin embargo no se deben extrapolar estos resultados al hombre, como por ejemplo el aumento de HDL en conejos por el aceite de palma, ya que la ingesta de colesterol en la dieta humana es variable, y factores genéticos, ejercicio y medicamentos influyen en su concentración plasmática [Scorza y col., 2003].

El aceite de palma y sus derivados, contienen apreciables cantidades de tocotrienoles, en particular de γ-tocotrienol que puede reducir la concentración del colesterol plasmático, mediante la inhibición de la enzima hidroximetil glutaril coenzima A (HMG-CoA) reductasa hepática que regula la síntesis de colesterol, lo cual también pudiera modificar la estructura y estabilidad de la HDL [Cottrell R, 1991; Gapor y col., 1983].

Influye en los resultados, el tipo de aceite de palma empleado. El aceite refinado de palma, contiene menor cantidad de antioxidantes como tocoferoles y tocotrienoles que el aceite crudo de palma [Caron y White, 2001].

La ingesta de diferentes tipos de ácidos grasos influye en la formación de trombos en el hombre, siendo los saturados como el esteárico y el mirístico, los más trombogénicos y que están presentes en mayor proporción en las grasas de origen animal [Trevisan y col., 1990].

El reemplazo de ácidos grasos saturados por monoinsaturados como el oleico presente en el aceite de oliva, produce una reducción de la trombosis en las personas. Sin embargo, el aceite de palma, el cual contiene 50% de ácido palmítico (saturado), no aumentó la agregación plaquetaria al ser administrado por largo tiempo a ratas y conejos [Scorza y col., 1999].

Se piensa que la composición del aceite de palma, con 37% de ácido oleico (monosaturado) y con 12% de ácido linoleico (poliinsaturado), puede influir en la concentración del colesterol plasmático y en su efecto para generar trombosis [Hornstra y Lussemburg, 1975].

Se reportó en conejos alimentados con dietas suplementadas con aceite crudo de palma o maíz durante cuatro meses, mayores daños morfológicos en la aorta torácica y abdominal en los animales suplementados con aceite de maíz. Ello podría explicarse por el efecto protector inducido por el aceite de palma en el aumento del HDL y por el alto contenido de antioxidantes, como ß-caroteno y tocotrienoles en comparación con otros aceites [Aster y col., 2004].

En un experimento donde se suplementó a los conejos durante tres meses, con colesterol, aceite de oliva y aceite de maíz, no cambió significativamente la concentración de triglicéridos ni de colesterol al compararlos con el grupo control. Sin embargo los conejos del grupo control y los que recibieron aceite de maíz, requirieron mayor cantidad de colesterol en la dieta para mantener semejantes los niveles de colesterol en los tres grupos [Leth-Espensen y col., 1988].

Afectación vascular

El primer estudio prospectivo e intervencional que demostró una sustancial reducción de lesiones ateroscleróticas, llevado a cabo en conejos alimentados con colesterol fue reportado en 1957. Luego de tratamientos intravenosos con fosfatidilcolina, las placas fueron aisladas, mucho más pequeñas que al inicio y gran parte de las reservas de colesterol fueron removidas. La idea de revertir el ateroma, ha tenido gran resistencia durante décadas. Ello es debido al hecho de que el avanzado ateroma en humanos y modelos animales, tiene componentes que dan la impresión de permanencia, como necrosis, calcificación y fibrosis. La regresión de la aterosclerosis, generalmente requiere fuertes medidas para mejorar el perfil de las lipoproteínas del plasma, tales como la reducción de la concentración de apolipoproteína B en el plasma [Williams y col., 2008].

El área de lesiones ateroscleróticas en la aorta fue significativamente menor en animales con aterosclerosis inducida por la dieta y que recibieron diacilglicerol, en comparación con los que recibieron triacilglicerol. El hígado de los conejos que recibieron diacilglicerol, mostró menores concentraciones de triacilglicerol y mayor actividad de la carnitina palmitoiltransferasa que los alimentados con triacilglicerol. El efecto antiaterogénico de los diacilgliceroles, puede estar relacionado a un aumento del metabolismo lipídico hepático y a un más eficiente clearance lipídico postprandrial [Ota y col., 2007].

Condiciones de stress conllevan a la excesiva formación de radicales libres. La exposición de los lípidos de la membrana celular a los radicales libres, estimula el proceso de peroxidación [Halliwell y Gutteridge, 1984].

Malondialdehido (MDA) es uno de los indicadores más frecuentemente usados en la peroxidación lipídica. Valores aumentados de MDA se han reportado en patologías cardiovasculares [Draper y col., 1986].
El stress producido por inanición incrementó la peroxidación lipídica y alteró el perfil lipídico en conejos [Lata y col., 2002].

Casos esporádicos de opacidad corneal con lesiones ateromatosas en la íntima de la aorta, arterias coronarias, bronquiales y renales, se presentaron en conejos de laboratorio Nueva Zelanda, libres de patógenos específicos, y que recibieron una dieta con 10% de pescado blanco. Por microscopía electrónica se apreciaron en el estroma corneal, posibles cristales de colesterol [Sebesteny y col., 1985]. El reemplazo por una dieta contentiva de 10% de harina de gramíneas, resultó en la prevención de las lesiones y síntomas. Esta situación pone en evidencia el cuestionamiento, sobre la decisión de emplear productos de origen animal para alimentar especies herbívoras.

Pacientes hiperlipidémicos muestran alteraciones en la vascularización ocular. Se analizó en conejos, el efecto de la normalización de los valores de colesterol sérico, en el daño inducido por hipercolesterolemia en la vascularización de la coroides [Salazar y col., 2007], hallándose que la normalización de los valores de colesterol no fue suficiente para revertir el daño en la coroides, compatible con una isquemia crónica que puede conllevar a la degeneración retiniana.

Animales suplementados durante doce semanas con 0,5% y 1% de colesterol, mostraron un incremento significativo de colesterol a partir de la cuarta semana. El grupo suplementado con 1% de colesterol, presentó estrías adiposas en ambas carótidas [Alfonso y col., 2001].

En animales alimentados con dietas altas en colesterol, se halló que el etinil-estradiol y los estrógenos conjugados de equino, redujeron la aterosclerosis en 35% en el arco aórtico y en 75-80% en la aorta abdominal y torácica [Yanni, 2004].

La información aportada por imágenes (Anexos: Figuras IV y V) de resonancia magnética obtenidas in vivo [Sharma y col., 2004] en conejos con aterosclerosis inducida, mostró correlación con la histopatología de las capas de la pared aórtica y tamaño de la placa. Estas investigaciones permitirían entender más la patogénesis de la coronariopatía aguda.


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