Caracterizacion de pacientes con enfermedad cerebrovascular
Autor: Dr. Yuri Álvarez Magdariaga | Publicado:  23/02/2012 | Neurologia , Articulos | |
Caracterizacion de pacientes con enfermedad cerebrovascular .4

Las enfermedades cerebrovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en todo el mundo. Cada año mueren más personas por enfermedad cerebrovascular (ECV) que por cualquier otra causa. Se calcula que en 2005 murieron por esta causa 17,5 millones de personas, lo cual representa un 30% de todas las muertes registradas en el mundo; 7,6 millones de esas muertes se debieron a la cardiopatía coronaria, y 5,7 millones a los accidentes cerebrovasculares (ACV).

Las muertes por enfermedad cerebrovascular (ECV) afectan por igual a ambos sexos, y más del 80% se producen en países de ingresos bajos y medios. Se calcula que en 2015 morirán cerca de 20 millones de personas por enfermedad cerebrovascular (ECV), sobre todo por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares (ACV), y se prevé que sigan siendo la principal causa de muerte.

Las causas de las enfermedades cerebrovasculares (ECV) están bien definidas y son bien conocidas. Las causas más importantes de cardiopatía y accidentes cerebrovasculares (ACV) son los llamados "factores de riesgo modificables": dieta malsana, inactividad física y consumo de tabaco.

Los efectos de la dieta malsana y de la inactividad física pueden manifestarse como "factores de riesgo intermedios": aumento de la tensión arterial y del azúcar y los lípidos de la sangre, sobrepeso y obesidad. Los principales factores de riesgo modificables son responsables de aproximadamente un 80% de los casos de cardiopatía coronaria y enfermedad cerebrovascular.

También hay una serie de determinantes subyacentes de las enfermedades crónicas, es decir, "las causas de las causas", que son un reflejo de las principales fuerzas que rigen los cambios sociales, económicos y culturales: la globalización, la urbanización y el envejecimiento de la población. Otros determinantes de las enfermedades cerebrovasculares (ECV) son la pobreza y el estrés.

Las enfermedades vasculares cerebrales (o accidentes cerebrovasculares o enfermedad cerebrovascular) se definen "como cualquier enfermedad del encéfalo, focal o difusa, transitoria o permanente provocada por una alteración de la circulación cerebral. Esta alteración puede ser debida a un proceso patológico que afecte a los vasos del cerebro o un trastorno de la sangre circulante".

Según la OMS, la enfermedad vascular cerebral es "el desarrollo rápido de síntomas clínicos indicativos de un trastorno local o generalizado de la función cerebral, con síntomas que persisten 24 o más horas o que conducen a la muerte sin que exista un causa aparente otra que la vascular"

Los ictus serían los episodios agudos de la enfermedad cerebral vascular. Según la naturaleza de la lesión, la enfermedad cerebral vascular aguda, se puede clasificar en isquémica o hemorrágica. En la isquémica hay una disminución del flujo sanguíneo que llega a alguna región del cerebro produciéndose necrosis tisular por daño neuronal irreversible (infarto cerebral). En la enfermedad cerebral vascular aguda hemorrágica, existe una extravasación de sangre por ruptura de algún vaso.

Ataque isquémico transitorio (AIT)

Se define como un déficit neurológico focal de origen vascular con resolución completa en menos de 24 horas (a diferencia del ictus que, por convención dura más de 24 horas).

La duración de un ataque isquémico transitorio suele oscilar entre 5 y 15 minutos, aunque puede durar más si es ocasionado por un embolismo cardíaca.

Según la causa que produce el ataque isquémico transitorio, se pueden clasificar en hemodinámicos y embólicos

Según el territorio afectado se distinguen:

Ataque isquémico transitorio (AIT) carotídeo (66-88% de los casos)
Ataque isquémico transitorio (AIT) basilar-vertebral.

Los ataques isquémicos transitorios suelen ser el preludio de un ictus (entre el 30 y 50%), la mayoría de ellos, ocurriendo el primer año.

Los infartos cerebrales son el resultado de la necrosis isquémica de una zona del parénquima cerebral.

- El infarto completo de la circulación anterior, constituye el 17% de los ictus isquémicos y suele ser debido a embolia. Se caracteriza por síntomas corticales (afasia o disfasia, discalculia, alteración visuoespacial), hemianopsia homónima y déficit sensitivo y motor de cara y extremidades. El pronóstico es malo.
- El infarto parcial de la circulación anterior es el que cumple dos de las tres características del infarto completo (por ejemplo, solo disfunción cerebral superior). Es el más frecuente (35% de los casos)
- Infarto lacunar: presentan un cuadro típico (déficit motor o sensitivo puro, hemiparesia-ataxia o disartria). Constituye el 25% de los casos, es debido a la lipohialinosis y su pronóstico es bueno)
- Infarto de la circulación posterior: en un déficit neuronal focal que incluye parálisis ipsilateral de los nervios craneales con déficit motor y/o sensitivo contralateral o bilateral, alteración de los movimientos conjugados de los ojos o alteración aislada del campo visual. Constituyen el 25% de los infartos y suele deberse a trombosis cerebral.
- Los infartos extensos córtico-subcorticales se producen por oclusión de las grandes arterias (carótidas o vertebrales, cerebrales anterior, media o posterior y

Cerebelosas superior, antero-inferior o póstero-inferior). Siguen el patrón anatómico del territorio de distribución de cada arteria

- Los infartos lacunares son debidos a la oclusión de las arterias perforantes dirigidas hacia los ganglios basales, cápsula interna o tronco cerebral
- Los infartos intracorticales se producen por oclusión de pequeños vasos. Son infartos diminutos situados en la corteza cerebral, a la que dan un aspecto irregular (atrofia granular)
- Los infartos laminares y por hipoperfusión no siguen territorios arteriales sino que se producen en las áreas del cerebro.

Hemorragias intracerebrales: son las ocasionadas por la rotura de un vaso intraparenquimatoso que produce un hematoma en el espesor de tejido cerebral. Se deben sobre todo a la hipertensión y se localizan en los ganglios basales, cerebelo y tronco encefálico.

- Hemorragias subaracnoideas: es la salida de sangre al espacio subaracnoideo, bien por rotura de una vena, arteria o lecho capilar. En la mayor parte de los casos, se deben a la rotura de un aneurisma en las arterias de la base del cerebro o del polígono de Willis.

- Hemorragias subdurales: son las que ocasionan un hematoma subdural.

Se suelen producir sobre todo como consecuencia de un traumatismo (por ejemplo en el caso del síndrome del niño zarandeado)

- Hemorragias epidurales: se producen por rotura de una arteria meníngea, generalmente como consecuencia de un trauma. No son muy frecuentes (29,30).

Cada año se diagnostican casi 120.000 nuevos casos de ictus en España. Un tercio de los pacientes fallece por esta causa y más de 400.000 personas sufren una discapacidad que les impide valerse por sí mismos. Estos datos, según indicó Álvarez-Sabín, van a aumentar en los próximos años, y se espera que "para 2025 más de 1.200.000 personas habrán sufrido un ictus, de los cuales más de 500.000 tendrán una discapacidad".

Además, se trata de una enfermedad que tiene una carga social y económica importante. Así, una persona que ha sufrido un ictus necesita como media una atención de unas 60 horas semanales, que en gran parte son absorbidas por la familia; mientras que económicamente, los costos directos se encuentran entre el 2% y el 4% del gasto sanitario. En el caso de los pacientes con mayor dependencia el coste medio es de 25.000 euros al año. En su opinión es necesario aumentar la información para que la prevención sea mayor. No obstante, recordó que el principal punto de atención es saber identificar la enfermedad.

Es decir, conocer los síntomas porque la atención en el primer momento por un neurólogo reduce la mortalidad tres veces, reduce el número de complicaciones dos veces y eleva al doble la posibilidad de que la persona, cuando se le da de alta del hospital, pueda estar en una situación independiente".

La falta de prevención se hace más patente en los pacientes que han sufrido un ictus, los cuales presentan un alto riesgo de sufrir otro episodio. Actualmente, el ictus recurrente representa una tercera parte de todos los ictus que se producen. El riesgo es más elevado en los primeros tres meses, pero a los diez años más de la mitad de los pacientes volverá a presentar otro ictus si no recibe el tratamiento adecuado y controla sus factores de riesgo vascular.

El problema es que menos de un cuarto de los enfermos que han padecido un ictus tienen los factores de riesgo controlados. Para evitarlo existen diferentes medidas "eficaces y poco costosas" como mantener la presión arterial en cifras por debajo de 130/80 mmHg, controlar la alteración de los lípidos y de la Diabetes Mellitus, dejar de fumar y disminuir el consumo de alcohol y del sobrepeso, entre otras. (31,32)

Las secuelas tras un accidente cerebrovascular son de lo más variadas, en función de la zona del cerebro que haya quedado inhabilitada. En consecuencia, los gastos que implica para el sistema sanitario oscilan mucho. Un reciente estudio realizado en Reino Unido ha determinado los factores que condicionan el 'precio' de un ictus.


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