Rotura de fibras del recto anterior. El mal del futbolista. Recuperacion funcional precoz
Autor: Lic. Pedro Gomez Piqueras | Publicado:  11/06/2007 | Traumatologia , Medicina del Deporte | |
Rotura de fibras del recto anterior. El mal del futbolista. Recuperacion funcional precoz 2.

El tendón reflejo es redondeado y postero-medial con respecto al directo en la porción proximal. En su recorrido a distal se aplana en forma de coma, rota lateralmente y se ubica en el centro del vientre muscular. En el tercio distal es chato ubicándose casi anterior.

El tendón distal casi todo su recorrido lo hace a lo largo del vientre muscular, lo cual origina que sea susceptible de lesión en todo su recorrido.

En el fútbol, este músculo se ve involucrado principalmente en los lanzamientos a puerta, en los choques de balón contra adversario, en los sprints tanto excéntrica como concéntricamente…. y siempre, de una manera explosiva que hace peligrar su integridad.

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4. ¿Qué son las roturas de fibras?

Son lesiones musculares que pueden producirse de una manera directa (contusión, típico “bocadillo”) o indirecta (elongación, movimiento balístico).

Debido a la rica inervación del músculo, cuando el deportista la sufre, nota un dolor muy agudo, concreto y que le impide continuar con la práctica deportiva.

Algunos la narran como una “pedrada”, sobre todo cuando es en la parte posterior y se comenta con cierta sorna que algunos jugadores incluso llegaron a darse la vuelta para ver el origen de dicha piedra.

El dolor que produce se calma con el reposo y reaparece inmediatamente con la realización del gesto que la provocó si la misma no está del todo curada.

“La rotura se puede producir en el vientre muscular, en la unión entre el vientre muscular y el tendón, sobre el propio tendón o puede ser un arrancamiento de la inserción muscular en el hueso.” Del Corral, 2005.

Estas lesiones conllevan una rotura de vasos que produce un hematoma en el que la extravasación de sangre puede ser intramuscular, cuando la fascia está intacta o intermuscular, cuando la fascia se rompe y la sangre se dispone en los espacios intersticiales sin aumentar la presión muscular.

La gravedad de esta lesión nos viene indicada por el número de fibras rotas por lo que a la hora de clasificarlas se dividen en parciales (cuando no afectan a todo el músculo) o totales (cuando sí lo hacen).

El abanico tan grande de porcentajes que podemos encontrar dentro de las roturas parciales provoca que existan tantas clasificaciones como autores tratan el tema.

Tradicionalmente se vienen dividiendo en tres grados:

- Grado 1: lesiones microscópicas que comprometen menos del 5% del espesor total del músculo. El paciente refiere dolor sin determinar un punto preciso y clínicamente son indistinguibles de un calambre muscular. El vacío que deja la zona de retracción fibrilar es ocupado por sustancias líquidas serohematicas.

Son las de mejor cura y su diagnostico ecográfico es difícil debido a su tamaño.

- Grado 2: son las típicas roturas parciales en la que su extensión es mayor, comprometiendo más del 5% del espesor. En algunos casos, cuando el músculo está más superficial, pueden llegar a producir equimosis.

- Grado 3: desgarro completo. Compromete el vientre completo del músculo, con una separación de los extremos por retracción de éstos e interposición.
Se puede apreciar un hundimiento en la zona afectada que se denomina “signo del hachazo”. El tratamiento de estas es quirúrgico.

J.M Sánchez (2004), especialista en recuperación deportiva, divide las mismas añadiendo el criterio de la afectación de la aponeurosis llevándole esto a distinguir 4 grados de lesión.

Sea cual sea el grado en el que uno u otro autor sitúe la lesión a tratar lo fundamental en estos casos es recibir un seguimiento meticuloso por parte de un especialista, en el que se determine exactamente la afectación muscular y en el que se ofrezca un tratamiento de recuperación adaptado a la persona y al músculo que produzca resultados satisfactorios en los que no aparezcan recidivas.

5. Incidencia y mecanismo de producción.

Aproximadamente un 30 % de las lesiones en deportistas afectan a los músculos.

En función del deporte practicado hay un mayor riesgo para uno u otro grupo muscular. En una encuesta entre jugadores de fútbol profesionales, se demostró que las lesiones musculares eran las que más se producían, 26,8%. (Leáis, 1989)

Volví, Melegati et al. en un estudio que duró 5 años (1995-2000) en una liga profesional de fútbol de Italia encontraron que el 30 % de las lesiones producidas fueron musculares.

“Las roturas de fibras musculares se producen con mayor frecuencia en los músculos biarticulares (cuadriceps, isquiotibiales, gemelos) ,como consecuencia de una descoordinación neuromuscular momentánea” (Renstrom,1985)

Marshall en el 2002 comprobó con jugadores profesionales de fútbol en australia que la lesión muscular del cuadriceps era la más común.

“En el fútbol los músculos que se lesionan con mayor frecuencia son el cuadriceps (20%) y los aductores (20%).” (Del Corral, 2005.)

Dentro del cuadriceps, el recto anterior es el músculo que en la mayoría de los casos es el afectado ya que es el que mayor actividad electromiográfica registra en el momento de la extensión de rodilla o el que más anteriormente colocado está anatómicamente en caso de sufrir una contusión.

“Las distensiones más frecuentes no son las roturas completas sino las roturas parciales del tejido muscular, localizándose principalmente en la unión miotendinosa” (Millar,1979).

Como vemos tras analizar la literatura especializada existente, la rotura de fibras parcial del recto anterior es una lesión muy común entre jugadores de fútbol profesionales y no profesionales por lo que debido a su incidencia y gravedad creemos necesario otorgarle la importancia que se merece.


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