Rotura de fibras del recto anterior. El mal del futbolista. Recuperacion funcional precoz
Autor: Lic. Pedro Gomez Piqueras | Publicado:  11/06/2007 | Traumatologia , Medicina del Deporte | |
Rotura de fibras del recto anterior. El mal del futbolista. Recuperacion funcional precoz 6.

Millar AP (1976) propone un tratamiento para roturas leves compuesto por varias repeticiones de una rutina de hielo y onda corta para el alivio del dolor, estiramientos pasivos, ultrasonidos y ejercicios primero de los antagonistas para pasar posteriormente al músculo lesionado. Ejercicios de cuadriceps y de marcha correcta fueron ejecutados para asegurar la aptitud del deportista después de la cura. El promedio del tratamiento fue de 6 días encontrando un 1% de recidivas

En relación a la conveniencia de utilizar antiinflamatorios no esteroideos en el proceso de cura:

Alonso, JM en 1997 señala: “ Uno de los usos terapéuticos de los AINES son las lesiones musculares en fase aguda. Suele emplearse por vía intramuscular, oral y dermatológica local. Cuando la lesión es suficientemente seria como para causar sangrado en tejidos blandos, deben transcurir un mínimo de 24 horas entre la lesión y el inicio de la terapia. El uso en menos tiempo puede incrementar considerablemente el sangrado de los tejidos blandos”.

Garret, WE Jr (1996) afirma tras su experiencia que el uso de AINES presente un riesgo para la lesión a largo plazo.

Almekinders, LC & Gilbert JA (1986) en un estudio durante 11 días con dos grupos de trabajo demostraron que los antiinflamatorios no esteroideos (piroxicam en este caso) pueden retrasar la regeneración del músculo lesionado.

“El tratamiento con AINEs lo han puesto en entredicho los autores que defienden que en las roturas musculares es necesaria la respuesta inflamatoria para evitar una fibrosis y para que puedan actuar las células satélite, responsables de la respuesta reparadora para transformarse en mioblastos” (Del Corral,2005)

Otro estudio basado en la administración de fármacos o similares sería el de Yi-Sheng Chan; Yong Li et al (2005) que confirma al suranim como reductor del proceso de formación de cicatriz muscular y potenciador de la fuerza muscular en pacientes con rotura de fibras. Desde otra perspectiva también se demuestra que este proceso de regeneración se ve acelerado en pacientes en los que se ha inyectado suero sanguíneo propio en la zona dañada, tal y como se deriva de la investigación de T. Wright-Carpenter; P. Klein et al en el 2004.

Distintas técnicas demostradas y más cercanas al espectro electroterápico utilizado comúnmente en estas lesiones (corrientes diadinámicas, ultrasonidos, iontoforesis, onda corta..) serían el laser y la onda electromagnética. En relación al primero, Gonzalez Iturri (1996) destaca sus efectos antiálgico en dolores superficiales así como su acción antiinflamatoria, trófica y descontracturante a través de su experiencia con 76 deportistas aplicándoles 10 sesiones a cada uno y obteniendo datos positivos.

En cuanto a la segunda técnica mencionada (onda electromagnética) Mondardini (1999) comprobó ecográficamente en 72 sujetos con rotura muscular 1 y 2 que los resultados obtenidos por la transferencia energética de esta onda eran buenos y que los mismos se derivaban de su efecto biológico producido en la micro y macrocirculación traducidos en un aumento de la velocidad de reparación muscular.

Finalmente, siguiendo la teoría que sostiene que el entrenamiento del miembro sano favorece al miembro lesionado encontramos varios estudios que han confirmado que el entrenamiento de fuerza de un grupo muscular produce mejoras en el grupo muscular contralateral (Hellebrandt y col.1947; Shaver 1970; Komí y col.1978; Moritani y de Vries 1979; Houston y col.1983; Yasuda y Miyamura 1983; Leáis y col 1984; Kannus y col. 1992; Ploutz y col.1994), los cuales se habrán de tener en cuenta a la hora de desarrollar un programa de ganancia de fuerza muscular en la musculatura afectada, pudiendo utilizar esta técnica en las primeras fases en las que todavía no está recomendado el movimiento del segmento afectado.

Mención especial debemos hacer en el estudio de Lewis y col (1984), que derivó en la conclusión de que buena parte de la mejora de la fuerza isométrica máxima del cuadriceps sometido a entrenamiento se transfiere a la pierna no entrenada.

Por otro lado y para acabar, López Calvet, JA (1997) con un protocolo de entrenamiento consistente en 120 contracciones isométricas máximas diarias de 5´´ con periodos de descanso de 10´´ durante dos semanas, comprobó que se producía un aumento de la fuerza isométrica máxima del 18% en la pierna entrenada y del 13 % en la no entrenada.

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Pienso sinceramente que con toda la información aquí mostrada, tanto fisioterapeutas, como rehabilitadotes ,como preparadores físicos gozan de un amplio cuerpo de conocimiento con el que a través del trabajo multidisciplinar logren desarrollar planes de recuperación en las roturas de fibras del recto anterior que aceleren la vuelta a los terrenos de una manera segura y sin cometer errores que tal vez en otra ocasión hubieran cometido.

Como se puede observar, son numerosas las conclusiones que se desprenden de los cuantiosos artículos revisados, y es ahora, cuando entra en juego la profesionalidad y el saber hacer de cada uno.

9 Vuelta a la práctica deportiva

Desde el momento exacto que se produce la lesión el jugador sólo piensa en reaparecer lo antes posible. A veces, la importancia de un jugador en el equipo o las ganas de este por jugar hacen que se acorten demasiado los periodos de inactividad provocando peligrosas recaidas.

El caso concreto de las lesiones musculares es muy complicado ya que el jugador cuando ha pasado un tiempo concreto deja de sentir dolor, corre sin problemas, salta e incluso chuta, lo cual le lleva a pensar que se encuentra al 100% y que ya puede incorporarse al equipo.

Son desgraciadamente numerosas las ocasiones en las que esta situación ha derivado en nuevas y mayores lesiones alejando aún más tiempo al jugador de los terrenos y añadiéndole a esta situación un componente psicológico de ansiedad muy grande para el futbolista.

En la actualidad, como señalan Orchard J; Best TM & Verral GM ( 2005) “no hay consenso directo o consenso acordado para asegurar la vuelta al deporte después de una rotura muscular eliminando completamente el riesgo de reincidencia con un rendimiento máximo”.

Del Corral (2005) señala una serie de premisas que han de cumplirse para asegurar una vuelta con ciertas garantías:

Que no existan restos de hematoma en la ecografía.
Que ecográficamente también se demuestre una cicatrización completa.
La masa muscular del lado lesionado ha de ser igual a la del lado sano.
La elasticidad del músculo sobre todo en la zona de cicatriz ha de estar recuperada.
No hay ningún dolor o molestia durante el entrenamiento constante y prolongado.
Las pruebas funcionales han de demostrar una actividad similar a la del lado sano.


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