Valor de la endoscopia en Atención Primaria de Salud. Municipio Habana Vieja, Cuba. 2003 – 2005.
MsC. Alina de la Cruz del Valle. Especialista 1er grado en MGI. Profesor Asistente.
Dra. Yanet Miranda Cona. Especialista 1er grado en MGI.
MsC. Alicia P. Carreras Fernández. Especialista de 1er grado en Pediatría y Neonatología
Resumen
Se realizó un estudio observacional, descriptivo, de carácter retrospectivo, para destacar las lesiones endoscópicas más frecuentes detectadas según edad y sexo. Se estimó la causa más frecuente de indicación médica según los criterios clínicos y se valoraron los aportes de la endoscopía digestiva alta en la atención primaria de salud en el Policlínico Docente "Antonio Guiteras", del Municipio Habana Vieja, en el período 2003 - 2005. Se creó una base de datos con los resultados de las endoscopías de 730 pacientes y se revisaron 200 remisiones médicas. Se efectuó una encuesta a 60 pacientes y se entrevistó a 40 profesionales de la salud del municipio involucrados en este proceso.
Los resultados arrojaron un predominio de la realización de los estudios endoscópicos en el sexo femenino principalmente en las edades de 45 a 54 años. La gastritis, duodenitis y gastroduodenitis fueron las lesiones más frecuentemente encontradas seguidas de la hernia hiatal y la úlcera péptica. La epigastralgia mantenida o rebelde a tratamiento fue el motivo de indicación más común. Se detectaron dificultades en registro de los resultados de los test de ureasa y de la toma de biopsias.
En la encuesta aplicada se determinó que las condiciones estructurales, higiénicas, la atención y preparación del personal de la salud fueron consideradas de buenas a excelentes. Los profesionales de la salud expresaron que el proceder representaba un beneficio para la Atención Primaria de Salud (APS), considerándolo como hecho social y científico que acerca la salud a la comunidad para el mejor confort de la población.
Introducción
Desde la etapa preclínica o prehipocrática de la historia de la medicina, los primeros síndromes que se conocieron, sin duda alguna, fueron los digestivos, en particular las afecciones gástricas y los trastornos intestinales.
El hombre primitivo comenzó a conocer las enfermedades de su aparato digestivo y se concebían, al igual que otras, que fuesen causadas por agentes extracorpóreos. En la etapa clínica Hipócrates señaló la existencia de procesos esofágicos puestos de manifiesto por exceso de saliva, al redactar las primeras historias clínicas se refería a úlceras gástricas y heridas de estómago. (1)
El intestino humano es largo y tortuoso, para el diagnóstico y la localización de sus trastornos se ha confiado durante muchas décadas en la radiología con contraste, que proporciona datos indirectos en blanco y negro. El ser humano es inquisitivo por naturaleza y la visión directa en color es instintivamente preferible a la antes citada y probablemente, más precisa. (2)
La historia de los estudios endoscópicos puede dividirse en tres períodos: El primero de 1868 a 1932, fue el de los gastroscopios rígidos; el de 1932 a 1957 el de los gastroscopios flexibles y el tercer período que comienza en 1957 corresponde a los fibroscopios, instrumentos más precisos ópticamente (1). Al aumentar el interés en el sondaje y en el diagnóstico objetivo de las enfermedades gastroesofágicas, los clínicos empezaron a estudiar el problema de la observación directa del interior del esófago y del estómago. Hacia 1868 Kussmaul empezó ensayos sin éxito, aunque razonó que la técnica podría ser posible, ya que presenció cómo los tragadores de sables se introducían los mismos a bastante distancia de los dientes incisivos, la suficiente para pasar al esófago. Schindler observa que Campbell, había tenido la misma idea hace 20 años, pero los tragadores de sables rehusaron intentar pasarse el fino tubo redondo. Igualmente, Kussmaul fracasó al intentar hallar un método para proporcionar suficiente iluminación al final del tubo.
Mikulicz en 1881 publicó un estudio más cuidadoso del problema, pero falló debido a la falta de luz. La electricidad ya existía pero no se había inventado la bombilla en miniatura y, diversas modificaciones no lograron producir un instrumento satisfactorio. Chevalier Jackson llegó a ser muy diestro en el paso del simple tubo abierto en el esófago y observó que con frecuencia podía entrar en el estómago con dificultades mínimas, pero la zona que se veía también era mínima.
Hacia 1911 se habían ideado sistemas ópticos y construido bombillas eléctricas en miniatura, por lo que Elsner pudo comunicar la utilización de un instrumento rígido que llevaba luz en el extremo distal y por medio de espejos, prismas y lentes, transmitía imágenes satisfactorias al ocular del instrumento.
En 1920 Schindler empezó a hacer sus propias modificaciones de los instrumentos, pero existían, en ocasiones, fallecidos. Las principales dificultades eran: lesión del seno piriforme, lesión del esófago cervical, necrosis, perforación y mediastinitis. Por tanto, en ese mismo año, Schindler se decidió a construir un instrumento flexible. En los siguientes 4 años la firma óptica G. Wolf y Dr. Schindler crearon el gastroscopio flexible, expuesto por primera vez en Mayo de 1932 (3).
El instrumento revolucionó la gastroscopia, a pesar de que era semiflexible y no contaba con los adelantos de hoy día. Los gastroscopios semiflexibles eran incómodos e incompletos y la obtención de biopsias era difícil.
La situación cambió espectacularmente desde los últimos años de la década de los 60 hasta nuestros días, debido a la introducción de endoscopios totalmente flexibles, manejables, que disminuyen los riesgos de accidentes endoscópicos, haciendo el proceder más cómodo y factible, lo cual permite acercarlo a la comunidad sin riesgos relevantes para los pacientes que reciban este servicio en la atención primaria de salud. La endoscopía digestiva alta es actualmente un procedimiento habitual, que ha superado a la radiología con contraste como elemento principal de diagnóstico. A través de ella es posible obtener muestras de todas las zonas bajo visión directa por medio de pinzas de biopsias, cepillos de citología y asas de diatermia. (2)
El endoscopio flexible es un aparato complejo, tienen habitualmente de 8 a 11 cm de diámetro. Consta esencialmente de una unidad de control con ocular, controles y una caña flexible cuyo extremo puede dirigirse. La unidad de control va conectada a una fuente de luz mediante un conector a través del cual transcurren distintos elementos que permiten el paso de aire, agua, aspiración, etc.
Los endoscopios flexibles permiten hoy en día extraer cuerpos extraños, realizar esfinterotomías para cálculos biliares, insertar tubos de drenaje, dilatar estenosis y actuar directamente sobre lesiones hemorrágicas y tumores, técnicas que aunque no son aplicables hoy en día en la atención primaria, resultan ser considerablemente beneficiosos en nuestra interrelación con la atención secundaria (2).