Yoduria. Excrecion urinaria de yodo en escolares de comunidades indigenas de la cuenca del rio Orinoco en Venezuela
Autor: Dr. Luis Caballero | Publicado:  8/03/2008 | Nefrologia , Pediatria y Neonatologia , Endocrinologia y Nutricion | |
Yoduria. Excrecion urinaria de yodo en escolares de comunidades indigenas de Venezuela.5

Boza y Baumgartner estudiaron comunidades indígenas Piaroas, Piapocos y Guahibos habitantes del alto Orinoco y de la subcuenca del Ventuari, hallaron que el casabe fue el alimento más frecuentemente consumido, seguido de pescado, yucuta (harina de yuca y agua), carne, diversas frutas y maíz (Zea mays). De las frutas consumidas, las provenientes de palmas fueron las más importantes en la dieta (20).

 

Por su aporte energético, la yuca representa la tercera fuente de calorías en los trópicos después del arroz (Oriza sativa) y el maíz. La yuca contiene un 34% de carbohidratos (principalmente almidón); escaso contenido de proteínas: 1,1% y grasa: 0,2% y con importante contenido de fibra: 2,3% (21). La yuca es deficiente en aminoácidos azufrados como metionina, cistina y cisteína. La yuca contiene cantidades variables de sustancias tóxicas como la linamarina, que actúan como defensas químicas de la planta ante predadores herbívoros. Cuando el hombre ingiere las raíces de yuca, la linamarina es hidrolizada en glucosa y ácido cianhídrico (HCN) también llamado ácido prúsico. El ácido cianhídrico es rápidamente absorbido y soluble en sangre. Envenenamiento agudo con ácido cianhídrico puede causar la muerte; el envenenamiento crónico puede producir parálisis y neuropatías. En el organismo el ácido cianhídrico entra a las células y se une irreversiblemente a metaloenzimas, principalmente citocromo oxidasa, forzando a la célula de una respiración aeróbica a una anaeróbica, una manera menos eficiente de producir ATP. La cadena de la fosforilización oxidativa es desacoplada, el ácido láctico aumenta y la célula eventualmente muere. Los órganos más afectados son el corazón y el cerebro.

 

El organismo es capaz de desintoxicarse metabolizando el ácido cianhídrico en tiocianato. Para esto se requiere de la adición de grupos azufrados proveniente de aminoácidos específicos. Así, mientras la yuca y otras muchas plantas son deficientes en aminoácidos, una dieta apropiada con suficientes proteínas, permite al organismo reducir o eliminar la toxicidad de bajos niveles de compuestos cianógenos. En las junglas del Amazonas brasileño, algunas tribus consumen hasta un kilogramo de yuca fresca cocida por día y más de tres litros de cerveza de yuca fermentada, sin reportarse bocio o neuropatía atáxica. Estas mismas tribus también consumen una considerable cantidad de proteínas de origen animal, incluyendo pescado, una buena fuente de aminoácidos azufrados (22).

 

Los habitantes de la cuenca del Amazonas, Orinoco, Congo y el sur de la India consumen gran cantidad de yuca pero también de pescado, por lo que se disminuyen las posibilidades de intoxicarse, sin embargo el tiocianato interfiere con la absorción de yodo por la glándula tiroides, sobre todo cuando la ingesta de yodo es baja. Poblaciones al norte de Zaire en África, con bajo yodo en la dieta y consumo de yuca procesada inadecuadamente sufrían de alta prevalencia de bocio y cretinismo; pero cuando se instauró la suplementación con yodo bajó la prevalencia de bocio a pesar de mantenerse el consumo de yuca mal procesada (23).

 

El pescado de agua dulce, consumido por la mayoría de las etnias señaladas en este estudio contiene relativamente menor contenido de yodo que los peces de agua salada,  pero un alto contenido proteico, que aminoraría el efecto bociógeno de la yuca. Complementariamente los pescadores Waraos aprovechan el fenómeno del “macareo” para capturar además especies marinas como el lebranche (Pinirampus spp.), la lisa (Mugil spp.), el cazón (Carcharhinus spp.). El fenómeno consiste en la entrada de aguas marinas a los caños del Delta del Orinoco durante la marea en fase de pleamar, cuando la corriente se dirige río arriba por poco tiempo. Un evento semejante se produce en el Delta del Amazonas, donde es conocido como “pororoca”.

 

Un estudio realizado por Roche en Maquiritares y Guaharibos, habitantes de la sabana de Kakuri, cerca de las fuentes del río Ventuari, un afluente del Orinoco en el Amazonas venezolano, señala que la alimentación de estos indígenas consistía principalmente de yuca, pescado y animales producto de la cacería. Halló un 70,8% de captación promedio de I131, valor similar al 74% obtenido por el mismo autor en Bailadores, una población andina de alta endemicidad para bocio y deficiencia de yodo. En 89 individuos evaluados en Kakuri, la glándula tiroides no fue palpable en 72, palpable pero normal en 14 y palpable con aumento anormal de volumen en 3. Roche concluye que si se asume una alta avidez tiroidea como signo de deficiencia de yodo, puede estar presente esta carencia sin que ocasione bocio endémico y que la deficiencia de yodo en estos indígenas no debe ser la suficiente para producir bocio (24). La prueba de captación tiroidea de yodo radioactivo ha venido perdiendo popularidad y aplicaciones en los últimos años, debido a dificultades para su interpretación, sobre todo por el amplio uso de medios de contraste yodados y el gran aumento del contenido de yodo de ciertos alimentos (25).

 

En 1960 Roche recolectó orina de 24 horas para determinación de yoduria en 18 indígenas de la etnia Maquiritare, 9 de los cuales habían resultado con alta captación de yodo radioactivo en el estudio previo del año anterior. Además recolectó muestras de agua de seis diferentes sitios del río Ventuari para conocer su contenido de yodo. La excreción urinaria resultó baja, con un promedio de 21,2 ug por día. Estos valores bajos de yoduria en el área del alto Ventuari son similares a áreas endémicas de bocio en la región andina como Bailadores y La Mesa de Esnujaque, estudiadas por Roche y De Venanzi respectivamente. El contenido de yodo en el agua del río Ventuari fue muy bajo, con valores que oscilaron entre 0,2 y 0,6 ug/l (26). De Venanzi y colaboradores, obtuvieron valores de 1,36; 1,50 y 4,22 ug por litro en tres muestras de agua tomadas en La Mesa de Esnujaque (27). Cabe destacar que para la fecha de estas investigaciones de Roche, De Venanzi y otros insignes estudiosos aún no se había decretado la yodación obligatoria de la sal en Venezuela, la cual se concretó en 1966 (28), por lo que se convierten en auténticos pioneros de esta importante medida de salud pública en Latinoamérica.

 

Aunque el estudio nacional de 1998 se ejecutó mayoritariamente en poblaciones urbanas, no indígenas, se midió la yoduria en escolares de la etnia Warao residentes en la comunidad de San Francisco de Guayos, en el Delta del Orinoco a pocos kilómetros de su desembocadura en el Atlántico; la mediana de yoduria resultante fue 135 ugI/l, sin embargo 25% de las muestras se ubicaron por debajo de 50 ugI/l. El consumo de sal yodada en hogares alcanzó en San Francisco de Guayos 63,6%, el valor más bajo de las 140 parroquias evaluadas en el estudio nacional. Se observó en esta comunidad el empleo generalizado de sal de grano grueso, no yodada para la conservación de pescado, la misma que era utilizada en muchos hogares para la preparación de las comidas. También se estudió durante 1998, a escolares en la comunidad de San Fernando de Atabapo, ubicada en la zona de confluencia de los ríos Atabapo y Orinoco, en el Amazonas venezolano, resultando una mediana de 147 ugI/l, con 10% de las muestras por debajo de 50 ugI/l; el porcentaje de hogares que consumía sal yodada alcanzó 91% en esta comunidad del estado de Amazonas.

 

La situación de deficiencia se detecta durante el año 2003, en la etnia Warao, en una comunidad del Municipio Antonio Díaz en el estado Delta Amacuro y en la etnia Eñepa en una comunidad del Municipio Cedeño del estado Bolívar. En la etnia Warao, la mediana obtenida fue de 72 ugI/l, calificada como deficiencia leve y un 36% de las muestras no alcanzaron la concentración de 50 ugI/l. En la etnia Eñepa, la mediana hallada fue de 48 ugI/l, una deficiencia moderada; un 55% de las muestras resultaron menores de 50 ugI/l.

 

La persistencia del empleo de sal con ausencia o bajo contenido de yodo, en la preparación del pescado y de otros alimentos, podría estar influyendo en una baja ingesta del mineral. Esta situación amerita un permanente control y vigilancia del proceso de yodación de la sal en las plantas industriales, por parte de las autoridades de salud, especialmente a las empresas salineras ubicadas en el oriente de Venezuela, las cuales procesan la materia prima proveniente de las Salinas de Araya, que luego es distribuida a los estados ubicados al sur del Orinoco, Delta Amacuro, estados llaneros como Apure y Anzoátegui, así como gran parte del resto del país. Afortunadamente el consumo regular de proteínas de origen animal, contentiva de aminoácidos azufrados, por los pueblos indígenas de la cuenca del Orinoco, permite que se mantenga el ancestral consumo de yuca y sus productos, sin que aparezcan envenenamientos y neuropatías por HCN, como suele suceder en algunos países africanos. Además, la glándula mamaria actúa como una barrera para reducir el paso de tiocianatos del suero materno a la leche, por lo que la lactancia materna ofrece un efecto protector a los niños lactantes frente a estos agentes antitiroideos (29).

 

Otras partes de este trabajo
Este trabajo consta de distintas partes. A continuación se listan todas:
  1. Excreción urinaria de yodo (yoduria) en escolares de la region andina de Venezuela durante el periodo 2003 2005
  2. Yoduria. Excrecion urinaria de yodo en escolares de comunidades indigenas de la cuenca del rio Orinoco en Venezuela

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