Traumatismo encefalocraneano. Manual de consulta. Primera parte
Autor: Dr. Alberto Ochoa Govin | Publicado:  11/09/2009 | Traumatismo encefalocraneano. Manual de consulta. , Neurologia , Neurocirugia | |
Traumatismo encefalocraneano. Manual de consulta. Primera parte.3

  • Operaciones en las complicaciones sépticas del traumatismo encefalocraneal (TEC)
  • Operaciones reconstructivas en las secuelas del traumatismo encefalocraneal (TEC). Plastias
  • Injerto óseo
  • Heridas craneoencefálicas por armas de fuego
  • Traumatismos penetrantes no asociados a proyectiles. Heridas por machete en el cráneo
  • El traumatismo encefalocraneal (TEC) en tiempo de guerra
  • Traumatismo encefalocraneal (TEC) pediátrico
  • Pronóstico, secuelas y rehabilitación de la lesión cerebral postraumática
  • Aspectos médicos legales del traumatismo encefalocraneal (TEC)
  • Anexo sobre secuencias de acciones ante un traumatismo encefalocraneal (TEC)
  • Bibliografía
  • Datos del autor

 

 

Traumatismo encefalocraneano.

 

Dr. Alberto Ochoa Govin.

 

Introducción.

 

Los traumatismos se encuentran actualmente entre las primeras causas de muerte en el mundo según lo reportan varios estudios realizados en poblaciones de los Estados Unidos, La Comunidad Europea, Japón, Brasil, Venezuela, Cuba y Colombia, entre las que tienen un gran peso las producidas por accidentes de tránsito y las agresiones con armas de fuego y objetos cortocontundentes, lo cual es de interés social y epidemiológico tanto en países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo. (3, 4, 20, 25,31).

 

El traumatismo encefalocraneano (TEC), título que le he dado al texto en vez de traumatismo craneoencefálico pues durante un impacto en la cabeza lo fundamental y más noble que se compromete es el encéfalo y no la parte ósea, se describe por primera vez en el siglo XVII a.C. en el papiro egipcio de Edwin Smith, el cual es el documento histórico conocido más antiguo en el que se tienen noticias sobre 27 observaciones de varias enfermedades y su tratamiento, incluidos cinco tipos de trauma de cráneo.

 

La trepanación del cráneo es la intervención quirúrgica más antigua de la que se tenga evidencia o referencia en el tratamiento del trauma encefalocraneano. Aparece en una época muy concreta de la evolución humana que coincide con el periodo neolítico, hace entre 4000 y 2400 años, aunque se han encontrado cráneos fósiles perforados que tienen una edad de 7000 años en casi todos los continentes, que demuestran que la trepanación ya se realizaba desde mucho antes (6) En América las primeras evidencias de trepanación fueron halladas en las costas del Perú y datan de 2000 años a.C.

 

En la antigüedad, las trepanaciones se llevaban a cabo en su mayoría con fines mágicos religiosos y en muy pocos casos para el tratamiento de enfermedades evidentes o circunstancias como heridas por piedras, fracturas de cráneo, infecciones, ataques convulsivos o demencia.

 

En las culturas más primitivas estas cirugías se hacían con piedras labradas y afiladas, y en otras, como las de Boyacá, Colombia, con un cuchillo metálico al que llamaban tumi. (7, 8, 22,25)

En el antiguo Egipto y en Sumer, los discos de hueso procedentes de las trepanaciones se tallaban y se utilizaban como amuletos religiosos.

 

Los incas realizaban perforaciones craneales, en un intento de obligar a salir a los espíritus malévolos, y fue considerada por estos una forma de curación de lesiones craneales, enajenación mental e incluso cefaleas. (9, 10, 25)

 

En aquella época las intervenciones neuroquirúrgicas se realizaban con el consiguiente peligro de una infección del sistema nervioso central o la aparición de focos hemorrágicos que en poco tiempo se convertían en importantes lesiones inflamatorias, las cuales en su gran mayoría de los casos llegaban a ser mortales.

 

Trepanación, es la escisión mediante cirugía de un fragmento de hueso del cráneo en forma de disco, como vía de acceso al interior de la cavidad craneal, o para resolver situaciones en las que aparece un aumento de la presión intracraneal.

 

La circunstancia más habitual que requiere la realización de una trepanación es la aparición de una hemorragia en los espacios situados entre el cerebro y el cráneo. Si no se procede a la evacuación de estos cúmulos de sangre, se puede producir una lesión cerebral irreversible por compresión, e incluso la muerte.

 

El trépano es el instrumento que se emplea para cortar el hueso craneal. Consiste en una sierra circular con un mecanismo que evita la penetración a las estructuras subyacentes. Habitualmente el fragmento óseo escindido se repone al finalizar la intervención, aunque en algunas circunstancias puede ser reemplazado por otros materiales, como metales, cementos especiales o hueso sintético.

Wilfred Trotter fue el que inicio los conceptos sobre la neuropatología en los traumas de cráneo, en sus investigaciones demostró que la paquimeningitis hemorrágica interna era sin dudas de origen traumático, asimismo describió detalladamente los signos físicos de la contusión y expreso que esta alteración obedecía a la anemia cerebral que tenía lugar después del breve periodo de compresión en el momento del impacto; señaló la contusión y la laceración cerebral, pero las consideró como entidades distintas. (16,32)

 

Harvey Cushing, importante neurocirujano dio los primeros pasos para separar la neurocirugía de la cirugía general al introducir estrictas medidas en los cuidados del paciente neuroquirúrgico y desarrollar técnicas operatorias, que al ser aplicadas en el traumatismo encefalocraneano, condujo a buenos resultados, lo que permitió que la máxima atención científica de su época se centrara en la neurocirugía. (17, 50,51)

 

A pesar de que las operaciones craneales fueron unas de las primeras cirugías que realizó el hombre, no fue hasta la tercera década del siglo XX que la neurocirugía comenzó su verdadero desarrollo en la misma medida en que se iban estableciendo los procedimientos antisépticos y el descubrimiento de nuevos métodos de diagnóstico. Esto, conjuntamente con el avance posteriormente de otras ramas afines de la medicina, como la anestesia, la neurorradiología, la terapia intensiva y la imagenología, específicamente el desarrollo de la tomografía axial computarizada (TAC) y la resonancia magnética nuclear (RMN), permiten actualmente un tratamiento adecuado en los pacientes con traumatismo encefalocraneano. (18, 19,23) Aunque hay que señalar, que en estos casos se requiere del conocimiento sobre métodos modernos como de aquellos más simples, como elementos de diagnóstico y tratamiento.

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