Comportamiento clinico-epidemiologico de las infecciones respiratorias agudas en niños
Autor: Dra. Nodalys Querol Betancourt | Publicado:  26/11/2010 | Medicina Preventiva y Salud Publica , Neumologia , Pediatria y Neonatologia | |
Comportamiento clinico-epidemiologico de las infecciones respiratorias agudas en niños .3

La función primordial del aparato respiratorio consiste en restituir a la sangre venosa el O2 cedido anteriormente a los tejidos, y a su vez depurarla del exceso de CO2. Para ello se realizan simultáneamente una serie de funciones que se detallan a continuación:

1º. Ventilación: Esta consiste en el transporte de aire desde el medio ambiente hasta los alveolos.

2º. Difusión: Proceso en el que tiene lugar el transporte de los gases a través de la membrana alveolo-capilar.

3º. Perfusión: La circulación sanguínea pulmonar discurre en contacto íntimo con la pared alveolar, a través de la cual se aporta el O2 a la hemoglobina, que será la encargada de transportarlo a los tejidos. (49) (Ver figura 2) 

infecciones_respiratorias_pediatria/alveolocapilar

Figura 2. Intercambio alveolo-capilar.

Desde el punto de vista clínico se considera como una infección respiratoria aguda a la evolución de alguno de estos signos y síntomas por menos de 15 días: Tos, rinorrea, otalgia u otorrea, odinofagia, exudado purulento en faringe, disfonía, polipnea o dificultad respiratoria. Estos pueden estar asociados o no a síndromes infecciosos, como: fiebre, anorexia y toma del estado general. (50)

La etiología de las infecciones respiratorias agudas (IRA) varía según localización anatómica, edad, estado nutricional, condiciones socioeconómicas, estilo de vida y muchos factores más. El 95% o más de los casos de rinofaringitis, laringitis, bronquitis y laringotraqueítis son virales, de los cuales la mayoría son benignas y sin complicaciones. Los agentes más frecuentes en menores de 5 años son; Rinovirus, virus sincitial respiratorio, adenovirus, virus parainfluenza e influenza A y B. Del 10 al 60% de las faringoamigdalitis, otitis media o neumonías son de etiología bacteriana, entre las que se destacan la infección por Streptococcus pneumoniae y Haemophylus influenzae, (oído, pulmón) y el Streptococcus beta hemolítico (faringe). (51)

Factores de riesgo de las infecciones respiratorias agudas (IRA).

El término factores de riesgo se define como un elemento o característica mensurable que tiene una relación causal con un aumento de frecuencia de una enfermedad y constituye factor predictivo independiente y significativo de riesgo de presentar la enfermedad de interés.(12) Es conocido que existen numerosos factores o condiciones que favorecen la incidencia de infecciones respiratorias agudas en el niño, unos relacionados con las características propias del paciente y otros con los factores del medio o ambiente que lo rodean.

Condiciones relacionadas al niño:

Edad: menores de un año, aunque la incidencia general de las infecciones respiratorias agudas (IRA) es razonablemente estable durante los primeros cinco años de vida, la mortalidad se concentra en los menores de un año. De hecho, cerca de la mitad de las muertes debido a enfermedades respiratorias entre los niños menores de 5 años ocurre en los primeros seis meses. Este dato tiene grandes implicaciones para las campañas preventivas ya que muestra la necesidad de centrar la atención en los infantes más pequeños. Entre los factores responsables de la concentración tan temprana de muertes se incluyen: inmadurez inmunológica, bajo peso al nacer, nacimiento prematuro y destete temprano. (52)

Lactancia materna insuficiente (menos de seis meses): la lactancia materna puede proteger contra las infecciones respiratorias agudas (IRA) mediante un cierto número de mecanismos, incluyendo sustancias antivirales y antibacterianas, las células inmunológicamente activas y los estimulantes del sistema inmune de los infantes. En los países en desarrollo, los bebés alimentados a pecho presentan también un mejor estado nutricional en los primeros meses de vida, lo cual puede contribuir a la reducción en la incidencia y gravedad de las enfermedades infecciosas. La leche materna es el alimento ideal de la especie y garantiza las necesidades nutricionales del lactante, contiene además anticuerpos, lactoferrina, células y productos celulares que impiden la colonización del tracto respiratorio superior por bacterias patógenas y protegen al niño pasivamente contra múltiples agentes infecciosos: virus sincitial respiratorio y virus de la influenza, estreptococo B, neumococo, haemófilus influenzae y otros. En diversos estudios que comparan niños pequeños de acuerdo a la alimentación recibida, se ha reportado doble incidencia de hospitalizaciones por infecciones respiratorias agudas (IRA), mayor frecuencia de otitis media aguda, bronquiolitis severas y neumonías graves, así como incremento de la mortalidad en lactantes que no recibieron leche materna. (51, 53)

Desnutrición: existe evidencia abrumadora de que los niños severamente desnutridos presentan una respuesta inmunológica deficiente, particularmente a nivel celular, y consecuentemente tienen infecciones más graves que los niños con un estado nutricional adecuado. Según la OMS constituye el segundo factor de riesgo más importante y no solo debe considerarse como factor de riesgo la desnutrición en términos cuantitativos, o sea la evaluación del peso y la talla para la edad, sino también la deficiencia de algunos micronutrientes esenciales como el hierro, el selenio, zinc, cobre y otros minerales que igualmente favorece las infecciones respiratorias agudas (IRA) graves. Se ha señalado la mayor mortalidad en niños con deficiencia severa de Vitamina A sin desnutrición asociada, por alteraciones en la inmunidad celular. (37, 54)

Bajo peso al nacer: en niños nacidos antes del término o con bajo peso para la edad gestacional hay mayor grado de inmadurez y menos capacidad defensiva del sistema respiratorio que sus congéneres que nacieron con un peso mayor de 2500 gr. Los niños pretérminos no recibieron las inmunoglobulinas que por vía transplacentaria les trasmite la madre durante el último trimestre del embarazo y que lo protegen pasivamente. Estos niños también tienen una función respiratoria más restringida, con tendencia a la apnea y los desequilibrios ácido-básicos. Son frecuentes además los problemas nutricionales, durante el primer año de vida, asociados a destete precoz e intolerancia digestiva. El bajo peso al nacer, sobre todo en los nacidos a término constituye uno de los dos factores de riesgo más importantes según la OMS incrementando más de siete veces el riesgo de muerte. El promedio de niños con bajo peso es superior en países subdesarrollados, donde puede encontrarse en más del 15% de los nacimientos. Aunque países como Cuba han disminuido la incidencia del bajo peso en los últimos años, este es un factor de riesgo que sigue apareciendo en los fallecidos por infecciones respiratorias agudas (IRA). (38, 39)

Esquema de vacunación incompleto: muchas enfermedades prevenibles por vacunas producen neumonías o complicaciones respiratorias que condicionan mortalidad. El esquema vacunal básico propuesto por la OMS previene la difteria, la tos ferina y el sarampión, y aunque se ha ampliado la cobertura vacunal a muchas regiones del mundo, todavía ocurren epidemias de estas enfermedades en países en vías de desarrollo así como resurgimiento de brotes en países que dejaron de vacunar. En el momento actual muchos países han incorporado al esquema la vacuna conjugada que previene la enfermedad invasiva por haemófilus influenzae, la cual es altamente efectiva en erradicar la enfermedad. La enfermedad neumocócica cuenta en estos momentos con una vacuna conjugada que cubre los 7 serotipos más frecuentes en el niño. Esta vacuna ha demostrado ser efectiva en menores de 2 años, pero aún no se ha generalizado su uso. La vacuna antigripal, que se prepara de acuerdo al pronóstico de la cepa que circulará, puede ser muy útil sobre todo en niños de alto riesgo. Se trabaja en vacunas contra el estreptococo B, Clamydias y micoplasmas, así como los principales virus respiratorios. Aunque el virus sincitial respiratorio es un patógeno muy importante en el primer año de la vida, aún no se ha logrado una vacuna que induzca una respuesta inmune adecuada y duradera. (55)

Inmunodeficiencias: la respuesta inmune puede encontrarse comprometida ya que se ha descrito disminución de la respuesta de hipersensibilidad retardada, de la producción de linfoquinas, de la formación de rosetas así como alteraciones en la proporción y función de varios subpoblaciones de células T.

Alergias: los procesos alérgicos que afectan al aparato respiratorio como la hiperreactividad bronquial alérgica, frecuente en los menores de 5 años y sobre todo en los lactantes, predisponen a las infecciones respiratorias agudas (IRA) al alterar o disminuir los mecanismos fisiológicos de defensa de este sistema.(56)

Características anatómicas que predisponen: crecimiento adenoideo (desarrollo del anillo de Waldeyer), desviación del tabique nasal, malformaciones cráneo-faciales (labio y paladar hendido).


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