Hola María José, yo también soy cardiópata y te entiendo perfectamente. Además tenemos en común a la misma Cardióloga, la Dra. Maite Subirana, y que esta se ha unido a Vall Hebrón a raiz de la creación de la UCCAA, Unidad de Cardiopatías Congénitas en Adolescentes y Adultos que surge de la unión de los hospitales de Sant Pau donde estaba la Dra. Subirana (y donde debía de visitarte) y la Vall Hebrón donde la Cardiología Congénita Pediátrica ya era todo un referente.

El momento de las revisiones siempre es complicado. A pesar de que más o menos nos encontremos bien dentro de lo que tenemos, parece que en la visita o control, por el simple hecho de hacerte un electro, o te osculten, te tengan que decir que algo a cambiado. Con lo que supone eso. Además en ocasiones (y lo digo porque me ha pasado), cuando más convencida y tranquila vas de que todo parece ir dentro de lo que se puede considerar normal en nosotras, patapam... hay algún cambio y ya te han fastiadio con el susto y con las consecuencias.

A mí últimamente me estaban dando los controles cada año, pero ahora han pasado de nuevo a seis porque he empeorado un poquito. Así que ahora que me han de visitar en Vall Hébrón y que me retrasan la visita, estoy algo más nerviosa de lo normal. Espero que tu revisión te salga todo bien. Sin embargo el comentario que haces del caso que han encontrado como el tuyo, me deja alguna duda y me plantea lo que me temia que sucederia con los casos similares entre niños y adultos.
Tú dices si eso supondrá inconveniente o una ventaja. Creo que siempre será una ventaja para el que viene detrás nuestro, porque de nosotros los adultos aprenden, adquieren experiencia y obtienen mayor documentación que aplicar posteriormente, y eso es bueno. Pero nosotros no tenemos esa referencia de otros casos porque muchos de nosotros somos primeros casos. De modo que con esta nueva unidad lo que cabe esperar es que los conocimientos, la tecnología, el equipo multidisciplinar que habrá ahora sí sea una ventaja para nosotros los jóvenes y adultos que ya lo hemos pasado muy mal en nuestros primeros años de cardiópatas.

Un abrazo y suerte.
Conchi.