Otra vez yo. Continúo con el relato que comencé ayer.
Hace como 14 años, cuando traté de dejar a mi esposo (hasta decir "esposo" me fastidia), me rogó tanto, me suplicó, lloró, se puso de rodillas, que, a pesar de todo lo que me había hecho, seguí con él, porque me dió pena.En esa oportunidad me llevó a diferentes consultas psicológicas y donde un psiquiatra, tratando que me convenzan de seguir con él, pero al escucharme ellos, le decían que definitivamente mejor era que nos separemos. Pero, estúpida yo, sentí pena, y seguí con él, a pesar de sentirme enamorada de otro, quien tuvo que irse del pais, en vista que yo seguí con mi esposo.
Aclaro que desde que me casé, tuve que alejarme de casi todas mis amistades, de algunos familiares, porque para él siempre había alguien que me enamoraba, ya sea un amigo, un primo, el esposo de una prima, un amigo de él, etc.... Ahí me doy cuenta que es cierto el dicho: "El ladrón cree que todos son de su condición". Este tipo me fue infiel siempre, desde antes de casarnos, con todas las que podía, las metía a la casa, y yo siempre trabajando, mientras él se "divertía". Del único lado de donde no me ha podido alejar es de mi trabajo, a pesar que también supone que debo tener algún amante anual, osea, ya serían como 28 amantes, puesto que trabajo hace 28 años. Pero, si me hubiera salido de mi trabajo, hubiera tenido que mantenernos, y eso es algo imposible.
Hasta ahora, se me aparece sin decir nada cuando voy a comprar al supermercado, o siempre me está llamando por teléfono para asegurarse donde estoy. Si voy a casa de alguna amiga de la escuela, no me llama a mi celular, si no al teléfono de la casa de mi amiga. Pero la vida de él ha sido maravillosa, siempre de juerga, tomando, reuniéndose con amigos, llegando borracho, yéndose a provincias, mientras que mi vida es de una angustia total. Si voy a comprar algo, siempre apurada, nerviosa si me demoro, porque se que me va a estar esperando con sus sospechas. Ay de veras que es horrible vivir así, pero no me atrevo a dejarlo. Yo ya no lo quiero para nada, me molesta su presencia, su voz, su forma de ser, que es terrible. Le encanta llamar la atención a donde va, trata mal a la gente, se cree superior a los demás, siendo que, en realidad, es una persona con muy poca educación, y, gracias a mi familia y a mi, ha aprendido muchas cosas. Cuando toma, es escandaloso, vulgar, se vuelve como loco. Y yo, no lo puedo dejar. Qué hago!!! Todo lo que estoy contando en estos dos días, son cosas muy resumidas, porque hay que pensar que son 27 años de lo mismo. Pero hace como un año que dejé un poquito de lado el miedo que le tengo, y lo ando enfrentando cada vez que se pone malo. Mis hijas no lo soportan, porque no ha sido buen padre, jamás se ha preocupado de pagarles los estudios, de comprarles ropa, de comprarles comida. Todos esos gastos los he asumido yo, SIEMPRE. Lo poco que el gana (a veces), lo guarda para darse sus gustos. El habla mal de sus hermanos, de sus sobrinos, es como si tuviera envidia de todo el mundo. A veces pienso que compara a sus hijos (los drogos), con sus sobrinos, y le da rabia ver la diferencia. Su familia me prefiere a mi que a él. Osea, como dicen mis hijas, es un ser negativo. Eso sí, sabe marketearse muy bien cuando le conviene. Mucha gente, cuando recién lo conoce, cree que es una buena persona, buen esposo, buen padre, y me da tanto fastidio cuando me dicen: "te sacaste la suerte, que lindo tu esposo, cuánto te quiere, siempre habla de ti.....", y yo por dentro pienso: si supieran.....
Hace como un año, luego de una borrachera que tuvo, y se puso agresivo conmigo, tuve que huir de la casa con las chicas, y comenzó a buscarme en mi trabajo, donde no me encontró porque tenía que esconderme. Me llamaba al celular a rogar y suplicar nuevamente, y a mi me hacía mucho daño sentirlo sufrir así. Llamaba cada hora para hablar conmigo y con sus hijas, para rogarnos que regresemos. Y yo, increiblemente, sufrí tanto al sentirlo así (igual que la vez anterior) que después de una semana regresé a la casa, y mis hijas, hasta ahora, reniegan por esa decisión que tomé. Hasta ahora no me entiendo, me doy cuenta que necesito tratamiento para dejarlo, alejarme de él, no sentir pena. Es como si me hubiera acostumbrado a vivir en esta ansiedad perenne, con esta angustia. No tengo un solo día de tranquilidad. Si suena el teléfono de mi oficina, y yo no puedo contestarlo porque estoy en el baño,o porque no estoy ahí, me entra una desesperación y miedo porque sé que él está pensando mal, y me lo hace notar en el tono de su voz. Cómo quisiera saber lo que es vivir en paz, ser libre.
Mañana seguiré. Voy a tratar de escribir algunas de las "anécdotas" que este tipo me ha hecho pasar para que puedan darse cuenta a lo que me refiero cuando lo describo como un ser negativo.
Ojalá no se aburran y alguien me sepa aconsejar.
DESESPERADA