Hola Bichi, bienvenida al foro.
En tu presentación nos cuentas algo de vital importancia para mí, como es el hecho de que te hayan realizado todas las pruebas necesarias para determinar que tu corazón está sano, un tanto loco, como suelo decir, pero sano. Así pues, tu problema principal parece ser, como ocurre con la mayoría de los miembros de este foro, la ansiedad, o mejor aún y usando palabras de toda la vida, el MIEDO que las extras nos provocan.
Partiendo de la base de que tienes un corazón sano, sobre la práctica de deporte habría que decirte lo que a cualquier persona normal: es bueno, recomendable, necesario... y todo lo que se nos pueda ocurrir. Si no tienes ningún otro padecimiento que te limite, mi consejo es que hagas todo el deporte que puedas, aunque como es obvio, dependiendo de tu estado de forma para la frecuencia e intensidad de los entrenamientos.
De cualquier manera, convendría aclarar lo que entiendes por deporte, pues la práctica esporádica de algún ejercicio físico no puede denominarse así. Es más, puede ser más contraproducente que beneficiosa. Yo creo que para decir que hacemos deporte debemos tener un régimen de ejercicio físico lo suficientemente regular, y desde el concepto que yo tengo de la práctica deportiva, añadiría incluso un incremento de esfuerzo gradual pero constante. Para que me entiendas, caminar con frecuencia es muy sano y recomendable, pero no es deporte. Subirse a una cinta de andar o a una bicicleta estática para coversar tranquilamente con la persona que está a tu lado, en mi opinión tiene poco de deporte, aunque sin duda será mejor que estar tumbado en el sillón de casa.
De todas formas, hay algo que me intriga en tu mensaje, pues dices que cuando inicias el ejercicio físico empiezan las extras. Normalmente, cuando aumenta la frecuencia cardiaca las extras disminuyen y lo hacen por una razón muy sencilla: al acortarse muchísimo los espacios de inactividad del corazón (lo que va entre latido y latido, vamos) hay mucho menos resquicio para que se cuelen. La constatación de ello deberías de tenerla en tu ergometría o prueba de esfuerzo. No sé cómo te la habrán hecho, pero en mi caso tal circunstancia no sólo resultó evidente durante la prueba por la monitorización a la que estaba sometido, sino que además pudo contrastarse después al imprimir el gráfico que se genera durante la misma y que todavía conservo.
Creo que deberías consultar este punto y de confirmar que tu corazón actúa así, alejar cualquier temor al ejercicio físico racionalmente realizado.
Bueno, no me enrollo más y sólo reitero mi bienvenida y mi deseo de que encuentres entre nosotros la tranquilidad necesaria para desterrar tus extras a un oscuro rincón, donde no puedan condicionarte la vida.

Un cordial saludo,

Carlos.