| 
        
           
        ANGIOFIBROMA
        NASOFARÍNGEO JUVENIL 
          
        
        Autor: Pablo Alberto
        Carrara. Estudiante de 4º de Medicina. 
         
          
        INTRODUCCIÓN 
         
         
        En 1.906 Chaveau
        introduzco el término "fibroma juvenil nasofaríngeo" y en
        1.940 Friedberg cambió el nombre a "angiofibroma". 
        Las investigaciones
        subyacentes basadas en la experiencia clínica e imágenes radiológicas
        demostraron la presencia de dos características constantes: 1) masa en
        la cavidad nasal posterior y fosa pterigopalatina y 2) erosión ósea
        detrás del agujero esfenopalatino con extensión hacia la parte medial
        y alta de la apófisis pterigoide. 
        El angiofibroma juvenil
        nasofaríngeo es una rara enfermedad que se diagnostica típicamente en
        la adolescencia en pacientes masculinos entre los 14 y 25 años de edad. 
        Es un tumor benigno, no
        encapsulado, con diseminación submucosa y que es localmente
        destructivo. 
        Por lo general se
        origina en el margen superoposterior del agujero esfenopalatino.
        Progresa con frecuencia en forma lenta, impredecible y es indetectable
        hasta que el tumor se ha extendido dentro de la fosa pterigopalatina o
        senos paranasales o por la aparición de síntomas atípicos. 
        En la mayoría de los
        casos, los pacientes presentan dolor, obstrucción unilateral nasal y
        epistaxis. Puede haber también hemorragias excesivas. 
        La invasión
        intracraneal aparece entre el 10% y 20% sobretodo en adolescentes entre
        los 13 y 15 años de edad. En la mayoría de estos casos, el tumor
        presenta una baja probabilidad de regresión espontánea 
        La cirugía es
        inevitable en pacientes con estadio avanzado de ANJ y en muchos casos es
        el tratamiento primario. La cirugía endoscópica transnasal es útil en
        la resección del ANJ limitado a la cavidad nasal, nasofaringe y senos
        paranasales. 
        Las pruebas de imagen
        son necesarias después de una buena exploración clínica. Dentro de
        ellas se destaca la TAC, RMI y la Arteriografía, siendo esta última
        indispensable para conocer el aporte vascular del tumor. 
         
         
          
        OBJETIVOS 
         
         
        Realizar una reseña de
        las actuales acciones en el diagnóstico-preoperativo, operativo, y
        métodos posoperativos del manejo del Angiofibroma Nasofaríngeo
        Juvenil. 
        
       |