Articulo de revision. Medicamentos y embarazo
Autor: Dr. Ramiro Eduardo Guzmán Guzmán | Publicado:  28/03/2008 | Ginecologia y Obstetricia , Farmacologia | |
Articulo de revision. Medicamentos y embarazo.3

GRUPO D

Fármacos que pueden causar o existe posibilidad de que causen un aumento de la incidencia de malformaciones o anomalías irreversibles.

 

GRUPO X

Fármacos que no deben utilizarse en el embarazo ni cuando existe una posibilidad de embarazo, debido a que existe un elevado riesgo de que se produzcan daños permanentes en el feto (teratogénicos).

 

Trastornos habituales tratados durante el embarazo.

 

En este apartado se incluyen las situaciones clínicas más frecuentes durante la gestación, que en muchos casos derivan de los cambios fisiológicos que conlleva el embarazo. Se aporta un breve comentario sobre medidas preventivas, y tratamiento con medicamentos, teniendo en cuenta las repercusiones para la madre y para el feto.

 

* Náuseas, vómitos e hiperemesis gravídica

 

Los trastornos gastrointestinales son los más frecuentes durante los embarazos normales, siendo las náuseas y vómitos los síntomas más comunes (50-90%). Suelen iniciarse a las 8 semanas de gestación o muy poco después de la primera semana, alcanzando su máxima gravedad durante el 3º mes y desapareciendo sobre el 4º mes que están relacionados con un el aumento de la gonadotropina coriónica.

Lo primero en el tratamiento son las medidas no farmacológicas como: modificaciones en la dieta y reposo pos prandial.

 

Entre los fármacos más seguros podemos citar:

 

La meclozina (o meclizina) y la ciclizina, ambos son antihistamínicos piperazínicos que han sido ampliamente utilizados durante la gestación y que aparentemente no han demostrado ser teratógenos en humanos, a pesar de que en un principio se le atribuyeron efectos teratógenos (labio y paladar hendidos).

El dimenhidrinato (derivado de la difenhidramina) parece una alternativa bastante segura, aunque no debe utilizarse al final de la gestación ya que puede producir un efecto oxitócico y originar hiperestimulación fetal (bradicardia) y posible ruptura uterina.

 

La doxilamina y dicicloverina se han utilizado en asociación triple junto a piridoxina durante mucho tiempo como antiemético en embarazadas. Algunos años más tarde se retiró, en algunos países, la dicicloverina (también llamada diciclomina) por no aumentar la eficacia de la combinación antiemética. Posteriormente, en 1983, esta asociación se retiró del mercado al atribuírsele malformaciones congénitas de extremidades y estenosis pilórica.

 

Los antihistamínicos con estructura fenotiazínica poseen categoría C, y usualmente constituyen la alternativa a los citados con anterioridad. Entre ellos, la prometazina es considerada la más segura, e incluso algunos autores la proponen como de primera elección, ya que las evidencias de que pueda inducir efectos teratógenos parecen mínimas. La proclorperazina, y también la tietilperazina, se suelen reservar para casos resistentes a la prometazina, ya que queda por dilucidar su posible asociación con alteraciones cardiovasculares.

 

La metoclopramida, aun siendo considerado un medicamento seguro para utilizar durante la gestación (categoría B), constituye la última alternativa de tratamiento, porque se ha empleado menos que los antieméticos antihistamínicos, y no existe evidencia de su seguridad basada en estudios controlados. Además, debido al riesgo de que provoque reacciones extrapiramidales en mujeres jóvenes, debería reservarse sólo para casos refractarios al tratamiento con los fármacos anteriormente mencionados.

 

La asociación antihistamínicos +/- piridoxina reducen las nauseas y los vómitos. Los antihistamínicos producen somnolencia y su uso en las dos últimas semanas del embarazo produce fibroplastia retrolenticular en niños prematuros.

 

La asociación doxilamina + piridoxina tiene débil asociación con anormalidades fetales.

 

* Pirosis y dispepsia

 

La mayoría de las embarazadas (66-70%) sufren de ardores epigástricos. Los síntomas suelen iniciarse entre el 1º y 2º trimestre de gestación, y se agudizan durante el 2º y 3º. Aunque son muchos los factores que pueden influir en su etiología, parece que como consecuencia de los cambios hormonales disminuye la presión del esfínter esofágico produciendo un reflujo gastroesofágico de ácido; aunque también puede ocurrir un reflujo de contenido alcalino duodenal (incluso bilis) durante la gestación.

 

La pirosis aumenta en el segundo y tercer trimestre de embarazo y es persistente en el tercer trimestre.

 

El tratamiento de la pirosis es sintomático. Como primera medida se recomienda excluir alimentos y hábitos que empeoren los síntomas (grasas, chocolate, alcohol, café, té, especias picantes, bebidas carbonatadas y cigarrillos), realizar comidas ligeras y frecuentes, elevar la cabeza unos 10 a 15 cm. al acostarse y no comer 4 horas antes de acostarse.

 

Los antiácidos y protectores de la mucosa gástrica, no se recomiendan durante el primer trimestre y su consumo crónico puede producir hipocalcemia, hiper e hipomagnesemia y aumento de reflejos tendinosos en los fetos y recién nacidos. El ácido algínico no se absorbe y el hidróxido de aluminio y el trisilicato de magnesio también pueden emplearse ya que se absorben muy poco. En pacientes con tendencia al estreñimiento se suele preferir la administración de preparados con magnesio. El sucralfato (categoría B) es igualmente seguro, ya que por su elevada solubilidad en ácidos fuertes, se absorbe escasamente en el tracto gastrointestinal. Aunque la toxicidad por aluminio está bien documentada, no existen evidencias de que el aluminio contenido en los medicamentos (p. ej., sucralfato) origine efectos teratógenos cuando se administran a dosis habituales; además, el aluminio no se absorbe activamente en el tracto gastrointestinal.

 

En general, los antiulcerosos se consideran menos seguros que los antiácidos y el sucralfato; y dentro de ellos el omeprazol (categoría C) parece menos seguro que los antihistamínicos H2 para su uso durante el embarazo. Los antihistamínicos H2 (anti H2)no han demostrado alteraciones fetales en humanos.

 

* Estreñimiento

 

El estreñimiento es muy común entre las embarazadas, especialmente al final de la gestación, como consecuencia de la reducida motilidad gastrointestinal y del retraso de vaciado intestinal que produce la presión del útero (aumento de niveles de progesterona). Se aconseja a estas pacientes que aumenten la ingesta de líquidos, fruta fresca, vegetales y alimentos ricos en fibra. También es de gran ayuda eliminar medicamentos que pueden causar estreñimiento (p. ej., antiácidos con aluminio).

 

Los laxantes se administrarán solamente si las medidas dietéticas son insuficientes, y su uso ha de ser consultado ya que algunos de estos fármacos están contraindicados durante el embarazo. Los formadores de bolo (psyllium o ispagula o Plantago ovata, salvado, esterculia y metilcelulosa) son los laxantes de primera elección durante la gestación, ya que prácticamente no se absorben. Durante su administración ha de ingerirse suficiente cantidad de líquido para evitar una posible obstrucción. Los senósidos pueden utilizarse en casos refractarios al tratamiento ya que su absorción gastrointestinal es mínima, y no se han observado efectos teratógenos ni en animales ni en humanos (a pesar de tener categoría C). No obstante han de utilizarse en períodos limitados y bajo supervisión médica, ya que su uso continuado puede causar desequilibrios electrolíticos. El bisacodilo y los supositorios de glicerina también se absorben en escasa proporción, y aunque no han demostrado ser teratógenos en animales los datos de su utilización en gestantes son limitados.


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