Alimentacion antes, durante y despues del embarazo
Autor: Dr. Ernesto E. Villalba Supka | Publicado:  21/07/2008 | Ginecologia y Obstetricia , Endocrinologia y Nutricion | |
Alimentacion antes, durante y despues del embarazo.1

Alimentación antes, durante y después del embarazo.

 

Dr. Ernesto E. Villalba Supka

 

Prólogo

 

Es para mí, motivo de satisfacción presentar la 2ª Edición corregida, actualizada y ampliada de la obra del Dr. Ernesto E. Villalba Supka, en la que vuelca su experiencia adquirida en mucho tiempo de práctica en Ginecología y Obstetricia primero y luego en la Nutrición. En ella podrá encontrar la embarazada una guía de normas y hábitos que serán beneficiosos para ella y para su hijo, tanto en la vida intraútero como en el desarrollo del niño post-parto. Escrito de una manera sencilla y clara, es su lectura amena, interesante y de fácil comprensión, lo que unido a la capacidad de síntesis de su autor, hacen de esta obra un elemento imprescindible para la gestante.

 

Dr. José Luis Fernández Bonas

 

Introducción

 

Durante los años en que atendí a embarazadas en consultorios de mi Hospital, en Clínicas y en otros centros, ocurría sistemáticamente lo mismo: hacíamos el control periódico correspondiente y cuando llegaba el momento de la balanza era un problema para todos: el control de peso y la alimentación correcta para la embarazada y para su bebé.

 

Hoy, casi en los umbrales del siglo XXI y cuando pasaron ya treinta y cinco años de esa experiencia, tuve una inquietud y recorrí hospitales, algunos consultorios privados, además de tomarme el atrevimiento de preguntar a las pacientes que estuvieron embarazadas si les confeccionaban menúes o les daban algún tipo de orientación nutricional. Descubrí con asombro que el problema continúa: ni los médicos obstetras tienen una guía de alimentación para las embarazadas y su bebé, ni las embarazadas tienen orientación para alimentarse correctamente ellas y su bebé.

 

Cuando una nueva vida se encuentra en gestación, es necesario tomar conciencia de que los cuidados que deben brindársele comienzan en el mismo momento en el que nos enteramos de ese maravilloso milagro de la naturaleza. No sólo la madre debe asegurarse, conjuntamente con el seguimiento de su médico, de estar haciendo lo adecuado para que ese pequeño brote de vida crezca sano y vigoroso, sino que deben tomarse en cuenta las situaciones previas al embarazo y debe existir un compromiso de la pareja como un vínculo unitario responsable de esa nueva vida. Pero no debe olvidarse que el momento de empezar la correcta alimentación de su hijo es varios años antes de que nazca ya que el embarazo y, en especial, el parto, constituyen dos instancias culminantes en la vida de una mujer.

 

Con la llegada de la medicina moderna se le ha prestado una especial atención a la alimentación de la mujer embarazada. En la actualidad es indudable el aumento del interés por parte del médico obstetra y de la embarazada en todo lo relacionado con la nutrición antes y durante los períodos de gestación y de lactancia. El objetivo: lograr que la futura madre aprenda qué nutrientes son indispensables para el desarrollo saludable de su bebé.

 

Aumentar de peso durante el embarazo es diferente a engordar. Aumentar significa comer con calidad, ciertos y determinados alimentos. Engordar es comer en cantidad cualquier alimento y depositar grasas en el cuerpo sin ningún valor alimenticio.

 

Es necesario que la pareja se relacione con el médico obstetra y una nutricionista de un modo directo y estableciendo lazos de confianza y de responsabilidad mutuas que garanticen una nutrición adecuada, tanto para la madre como para el bebé.

 

El cuerpo de la mujer se torna extraño para ella misma, se vuelve mucho más que un cuerpo: es el sitio en el que una nueva vida se está formando. Durante nueve meses el niño crece a una velocidad que no podrá igualar en el resto de su vida: a partir del segundo mes, crece 167,5 veces hasta el final de la gestación. Pensando de éste modo, ningún cuidado es excesivo y tanto el padre como el médico deben acompañar a la mujer en ese momento de cambios, con delicadeza y una orientación y compañía oportunas que le brinden a la futura madre un marco de seguridad en el que pueda sentirse entendida y contenida con todas sus dudas, temores, expectativas. Sin dejar de ningún modo que los cuidados –imprescindibles– empañen o entorpezcan el sentimiento que debe primar por sobre todo lo demás: la alegría y la maravilla de estar alimentando una nueva vida que tomará después rumbo propio, existencia propia.

 

En cuanto al aumento de peso, se estima un promedio de 9 a 11 kilogra­mos en los nueve meses de gestación, entendiéndose por promedio a que una mujer puede aumentar de 1 a 3 kilogramos más y otra de 1 a 2 kilogramos menos; dependiendo esto de su condición física, del peso antes del embarazo, de su estatura, etc. No existe una regla común a todas las mujeres en lo que concierne al aumento de peso durante el embarazo.

 

La importancia del período de vida interior dentro del vientre materno, es manifestada por numerosas creencias y prácticas desde la antigüedad. En China, por ejemplo, se la añaden nueve meses a la edad real; en la India, desde el primer día de embarazo, la mujer debe intentar mantener la mente serena y el cuerpo limpio, llevar ropa blanca y limpia, entretenerse en agradables pasatiempos y realizar ritos propiciatorios. Así, pasando por diferentes creencias, diferentes culturas y épocas.

 

Pero lo interesante es que estas antiguas prácticas han sido revalorizadas en el presente por los máximos expertos del mundo. Según esas opiniones, el estado anímico de la madre puede influir en la construcción celular del feto en formación. Particularmente una situación de estrés originada por emociones violentas o por malas costumbres, provoca la entrada en funcionamiento de ciertas sustancias nocivas, tanto para la madre como para su hijo. Estas sustancias repercuten en el sistema nervioso central y en el cerebro del embrión y le predisponen a tener ciertas disfunciones de comportamiento en los años siguientes.

 

La alimentación cobra un papel importante en la preparación de un cuerpo sano –más de cuarenta nutrientes están trabajando en la formación, el desarrollo y el crecimiento del bebé– pero además de esto, no pueden perderse de vista la existencia de situaciones peligrosas. Las enfermedades, más que prevenir, se pueden prever. La prevención consistirá en abstenerse de procrear si el riesgo fuera demasiado. El conocido dicho de que una mujer embarazada debe comer por dos, es una de esas verdades a medias que ha producido más mal que bien. La cantidad de alimentos que consume la mujer en el período de gestación debe ser la misma que acostumbraba comer cuando no estaba embarazada. Esto se ve convalidado por el consejo del Buró de Alimentos y Nutrición de la Academia Nacional de Ciencias, Consejo Nacional de Investigación, que recomienda un consumo de 2500 a 2750 calorías por día durante el embarazo; esto es, apenas unas 300 a 450 calorías más, en el caso de las mujeres embarazadas que realizan quehaceres do­més­ti­cos, (ver cuadro de gasto calórico, en el apartado 5) que las recomendadas para una mujer moderadamente activa no embarazada. Es de especial importancia el hecho de que este Buró aconseja un aumento sustancial de la cantidad de proteínas consumidas durante el embarazo, aproximadamente de 20 a 30 gramos adicionales por día, o un total de 80 gramos (variando estas cantidades en 100 gramos en el segundo trimestre hasta llegar a los 120 gramos en el tercero y en el período de lactancia).

 

Si la mujer está acostumbrada a una dieta variada, rica en alimentos naturales como leche, huevos, fruta, vegetales verdes y carne, requerirá pocas alteraciones, o ninguna durante el embarazo.

 

Aspectos socio–culturales del embarazo y la alimentación

 

“La mortalidad infantil es un síntoma del estado de una sociedad”, observa Joseph Dancis, médico y profesor de pediatría en Nueva York. Si se puede describir de algún modo, la atención médica que reciben los pobres tiene poca regularidad. Muchas mujeres que viven por debajo del nivel medio de subsistencia, nunca ven a un médico en todo el transcurso del embarazo; en especial en casos de ilegitimidad –más frecuentes entre los pobres– en los que, además, pueden intervenir el temor y la vergüenza.

 

En cambio, en Suecia, con una de las tasas de mortalidad infantil más baja del mundo, (y donde las madres solteras no son relegadas al ostracismo), toda mujer tiene derecho a tres consultas gratuitas durante el embarazo. Estas se realizan respectivamente: en los primeros meses del embarazo, a mitad de éste y un mes antes de la fecha prevista para el parto. También ve a su médico de seis a ocho semanas después del mismo. Todas las visitas, así como la atención hospitalaria, son gratuitas. Además –lo que probablemente sea un factor clave en la baja tasa sueca de mortalidad– todas las mujeres están bajo supervisión constante de una partera durante todo el embarazo.

 

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