Intervencion educativa en embarazadas anemicas
Autor: Lic. Elizabeth Carbonell Gómez | Publicado:  27/02/2009 | Ginecologia y Obstetricia , Enfermeria , Medicina Preventiva y Salud Publica , Medicina Familiar y Atencion Primaria | |
Intervencion educativa en embarazadas anemicas en el municipio Florida.1

Intervención educativa en embarazadas anémicas en el municipio Florida

 

Lic. Elizabeth Carbonell Gómez. Licenciada en Enfermería.

Dr. Jimmy Alonso Carballo. Especialista de primer grado en Medicina General Integral.

Dr. Reinaldo Álvarez Lamas. Especialista de primer grado en Medicina General Integral. Especialista de primer grado en Pediatría

 

Instituto Superior de Ciencias Médicas. Carlos. J. Finlay. Camagüey.

 

Dedicatoria: “A la mujer, un eslabón fundamental en la sociedad”

 

Pensamiento: “El médico será algo más que alguien que atiende a uno que se enferma y va al hospital, sino que tendrá un papel especial en la medicina preventiva”,…,”En fin un guardián de la salud”

 

Fidel A. Castro Ruz

 

 

Resumen

 

En la presente investigación se realiza una intervención educativa consistente en proponer una dieta saludable con apoyo de los suplementos dietético en gestantes que presentaron anemia en el primer trimestre del embarazo en el municipio Florida de Enero a Octubre del 2008. El universo estuvo constituido por 638 embarazadas y la población por 57 pacientes, que presentaron anemia. De este se extrajo una muestra de 24 gestantes que padecían de anemia en el primer trimestre del embarazo. Se desarrolló la intervención educativa, donde predominaron las gestantes multíparas y las normopeso en edad fértil entre 20 y 34 años con el bachiller terminado, logrando que 20 de estas gestantes llegaran al final del embarazo con una hemoglobina por encima de 110g/l. Las mujeres que no habían presentado historia de anemias anteriores fueron las que predominaron, así como las que no habían padecido de anemia en los embarazos anteriores. Los recién nacidos con pesos adecuados ocuparon el mayor número de casos. Más de la mitad de las embarazadas tomaban los suplementos dietéticos al inicio del estudio y al final del mismo logramos que todas los ingirieran y adquirieran conocimientos nutricionales.

 

 

Introducción

 

Estudios internacionales describen que la cuarta parte de la población mundial tiene anemia, la cual en la mitad de los casos es causada por ferropenia o carencia de hierro. En el grupo de las embarazadas la frecuencia de anemia a través del tiempo se ha mantenido constante, a pesar de la suplementación profiláctica y la atención priorizada que recibe este grupo en el país, por lo cual recientemente se adoptó la estrategia de extender las medidas preventivas a todas las mujeres en edad fértil. La deficiencia de hierro es la carencia específica de nutrientes más frecuente en la población cubana, siendo la anemia por esta causa un problema de salud en el país, por lo cual el Estado concibió un proyecto abarcador para hacia el 2010 disminuir significativamente la incidencia de este mal. De acuerdo con los reportes de la Organización Mundial de la salud el 30% de todas las mujeres embarazadas sufren deficiencia de hierro. (1,2)

 

Al inicio de la década de los 90 en nuestro país se registró un incremento en la proporción de embarazadas que presentaban anemia. Se estimó en 1994 la presencia de anemia entre el 25 y el 35% de las mujeres en edad fértil y en 1996 se reporta a nivel nacional el 25% de anémicas al inicio del embarazo. La anemia es la más frecuente de las enfermedades que pueden coincidir con el embarazo o ser producidas por este, ya que las necesidades para el desarrollo del feto y la placenta, aumentan el consumo de hierro elemental. La anemia del embarazo no es fácil de definir puesto que durante dicho estado se produce un aumento sustancial del volumen total de sangre y se incrementa la producción eritrocitaria. (3)

 

Para asegurar un aporte adecuado de oxigeno y nutrientes al feto, placenta, útero y tejido mamario, el estado de gravidez requiere de ajustes fisiológicos y bioquímicos que incluyen alteraciones significativas del volumen plasmático y de la masa eritrocitaria pero hay un aumento desproporcionado del volumen de plasma circulante que da como resultado hemodilución. El aumento del volumen plasmático llega a un promedio de 1000 mililitros, necesario para llenar la vascularización expandida de los tejidos maternos hipertrofiados y la circulación feto- placentaria. El Grado de aumento del volumen plasmático se correlaciona con el tamaño del feto. También hay un aumento de, masa eritrocitaria circulante, en un promedio de 300 a 400 mililitros, para el feto único. (4)

 

La hemodilución consecuente del aumento promedio de solo 300 mililitros del volumen eritrocitario en comparación con los 1000 mililitros del volumen plasmático, da como resultado una disminución promedio del hematocrito de 41 a 37,5% y de la hemoglobina de 140 a 110g/l de sangre y el hematocrito menor del 33% durante el 3er trimestre de la gestación. Por lo tanto, se considera como anemia durante el embarazo cuando la cifra de hemoglobina está por debajo de 110g/l de sangre y el hematocrito menor del 33% durante el tercer trimestre de la gestación. (5)

 

La calidad nutricional de la dieta afecta el curso y el resultado del embarazo. Es un hecho bien conocido el aumento de las necesidades energéticas, proteicas y de vitaminas y minerales durante la gestación para satisfacer las demandas tanto de la madre como del feto. La anemia es la más frecuente de las actividades que pueden coincidir con el embarazo o ser producidas por este y puede acarrear complicaciones, a veces graves, tanto para la madre como parar su hijo. (6)

 

La anemia es un problema mundial, constituye uno de los indicadores generales de pobre salud y está estrechamente vinculada con la desnutrición y la enfermedad. Como consecuencia de los cambios fisiológicos del embarazo y de las necesidades del feto en desarrollo, la anemia es más frecuente durante la gestación que la mujer no embarazada. La grávida anémica y su futuro hijo están frecuentemente expuestos a complicaciones, alguna de ellas graves, lo que la sitúa en la categoría de alto riesgo. La anemia empeorará el pronóstico de las mujeres que sangran durante el embarazo por lo contribuye a la morbimortalidad de las madres. También, aunque durante el embarazo hay una distribución preferencial del hierro hacia el feto, la anemia severa de la madre se encuentra sociedad con el bajo peso al nacer y parto pretérmino. (7)

 

El cuerpo humano en la mujer adulta contiene en total 4 gramos de hierro, de 70-80% de hierro corporal está contenido en la hemoglobina dentro de los eritrocitos circulantes. Alrededor de un gramo se encuentra depositado como reserva en el sistema retículo endotelial y el parénquima hepático, y una pequeña parte, aproximadamente 0,2 gramos se encuentra en la mioglobina y enzimas como catalasa, citocromo, xantinas-oxidasa y transferrinas, y en la feta-globulina que trasporta el hierro entre los diferentes depósitos. Los eritrocitos tienen una vida medias de 120 días por ende cada día debido a la senectud de los eritrocitos se liberan de 15 a 25 miligramos de hierro que deben reponerse diariamente para mantener la masa eritrocitaria. Gran parte del hierro liberado a partir de la hemoglobina degradada es reciclado para su reutilización por la médula ósea y en la síntesis de nueva hemoglobina. Normalmente se pierde un miligramo de hierro a través del tracto intestinal, la piel, el pelo, la orina y sudación. El embarazo crea un gran requerimiento de hierro de alrededor de un gramo (igual al hierro de reserva), de 500 a 550 mg participan en el aumento del volumen sanguíneo materno, 300 mg son requeridos por el feto y el resto constituye la pérdida diaria normal y la pequeña parte que requiere la placenta. Con el sangramiento del parto, del alumbramiento y del puerperio, hay una pérdida adicional de hierro. (4)

Los sistemas de vigilancia tienen como objetivo fundamental identificar a las gestantes que comienzan el embarazo con peso bajo, que ganan menos de 8 Kg en el curso de este y tienen menos de 110 g/l de hemoglobina en el tercer trimestre de la gestación, los cuales constituyen factores de riesgo nutricionales que se relacionan con el incremento de morbi-mortalidad de la madre o del producto y del bajo peso al nacer por lo que la atención especializada y la utilización de los recursos deben encaminarse a la modificación o erradicación de dichos factores de riesgo.(8,9)

 

La anemia suele ser más frecuente entre las mujeres que comienzan la gestación con bajo peso pararla talla, cuyas reservas suelen estar exhaustas, entre las que tienen poca ganancia de peso durante el embarazo y las adolescentes. La anemia por déficit de hierro es la más frecuente durante el embarazo y su prevalencia es mayor en grupos de bajo nivel socioeconómico, bajo nivel educacional, alta paridad y en países subdesarrollados donde existe poca disponibilidad de alimentos e inadecuados hábitos alimentarios. Aún cuando los cambios hematológicos propios e la gestación y el incremento de los requerimientos en el segunda mitad de la gestación favorecen la aparición de la anemia sobre todo en gestantes con reservas exhaustas, un régimen dietético adecuado y acorde con los requerimientos, conjuntamente con los suplementos aportados de vitaminas y minerales por vía oral (en este caso las tabletas prenatales), previenen la aparición de anemia en muchos casos. (10, 11,12)


La relación entre el peso parar la talla al inicio de la gestación y el riesgo de desarrollar anemia ha sido bien establecida por los autores. La gestante desnutrida arriba con pocas reservas al embarazo; de ahí la importancia de garantizar una alimentación adecuada complementada con suplementos vitamínicos y minerales, con vistas a lograr que alcancen un peso óptimo durante la gestación (13).


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