Alzheimer y cancer. Nuevas aportaciones
Autor: Dr. P. García Férriz | Publicado:  12/11/2009 | Oncologia , Neurologia | |
Alzheimer y cancer. Nuevas aportaciones.5

Así pues, vamos a describir una serie de eslabones (hechos clínicos y de laboratorio) que son coincidentes entre sí y relacionados con una misma causa: la patología eléctrica. Todos estos eslabones van a constituir una sólida cadena dependiente de un mismo sujeto (causa), que ya conocemos.

 

El primer eslabón (hecho clínico) que conocimos fue un acontecimiento circunstancial. Se trata del caso de un electricista que, arreglando el rótulo luminoso de nuestra propia consulta, sufrió un fuerte contacto eléctrico en la palma de su mano izquierda. Este contacto con la corriente eléctrica le produjo instantáneamente una extensa hiperqueratosis en la referida mano. La estructura y la composición química de esta queratina es similar a la que aparece en los procesos tumorales. En estos procesos, la queratina es producida por una excitabilidad neuronal causada por la corriente eléctrica.

 

El segundo caso clínico (segundo eslabón) que se nos presentó en la consulta, consiste en que las hiperqueratosis plantares desaparecían en poco espacio de tiempo al aparecer una hemiplejía. Es lógico que se produzca este fenómeno. Al faltar la electricidad, las células gliales dejan de producir queratina. Este es un hecho clínico de efectos distintos al caso anterior. En el primer caso, vemos cómo la intensidad eléctrica, por sí sola, produce la hiperqueratosis, y en el segundo caso es precisamente que al faltar la electricidad no se produce la excitación celular y, por lo tanto, no se puede secretar la queratina.

 

En tal sentido, hicimos una encuesta a nivel nacional con los compañeros de la misma especialidad. Todos aquellos que tuvieron la oportunidad de contemplar este curioso fenómeno, coincidieron en apreciar el mismo resultado. Pero, no conformes aún ,nos desplazamos junto al Profesor, Dr. Bartolomé Ribas Ozonas (Jefe emérito del Área de Toxicología del Instituto de Salud Carlos III, de Majadahonda, Madrid) al Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo (España). Nos recibieron y atendieron de forma exquisita la Directora del centro, la Doctora Valdizán Valledor, M.C. junto a sus colaboradoras, las Doctoras Contreras Porta, M.P. y Alcázar Rouslet, M.P. También nos facilitó la labor el Profesor, Dr. Rodríguez Rodríguez, L.P. al proporcionarnos los datos clínicos necesarios de los numerosos enfermos de dicho centro hospitalario.

 

Ni un solo caso clínico se nos presentó con hiperqueratosis (callosidades plantares)de los muchos enfermos (más de 200) que vimos durante una larga y detenida visita. Pasado este tiempo de consulta, nos reunimos todos los que acabamos de mencionar. Les manifestamos que es imposible la aparición de hiperqueratosis y, menos aún, de cualquier tipo de tumor en las extremidades de dichos enfermos, ya que sin electricidad es imposible la formación tumoral donde se requiere para su formación una prolongada patología electroquímica. Al escucharnos, una de las doctoras nos informó que en dicho hospital se habían dado casos de cáncer de estómago, páncreas y de colon. Nuestra respuesta convenció a todos, al manifestarles que es lógico que apareciera el cáncer en dichas partes orgánicas:  el sistema nervioso simpático y el parasimpático siguen portando corriente eléctrica al no afectarles para nada la supresión de la corriente electromotriz producida por una lesión en el sistema nervioso central (SNC). La verdad es que quedaron sorprendidos.

 

Paso a paso, iremos viendo la vital importancia que tiene nuestra electricidad en la formación tumoral.

 

La tercera observación clínica (tercer eslabón), consiste en comprobar que con electricidad subumbral puede producirse una neoplasia en los organismos desnutridos a pesar de que en los nervios disminuye el número de mitocondrias y, por lo tanto, también de ATP. El agente cancerígeno, sea endógeno o exógeno, unido a una débil electricidad, es capaz de producir una peligrosa excitabilidad celular. Pero, eso sí, el cáncer se produce con mayor lentitud, como así lo demostramos con la prueba efectuada a 30 ratas (15 nutridas y 15 desnutridas) en el Instituto de Salud Carlos III de Majadahonda (Madrid).

 

Si con ausencia eléctrica no es posible la formación tumoral, y en cambio, sí es posible con poca electricidad, lo lógico y normal es que con elevada intensidad eléctrica se facilite su producción. Y así sucede. Y de su formación intentaremos demostrar y convencer cómo y por qué se produce un cáncer.

 

El cuarto eslabón (potenciales eléctricos débiles) tiene unas interesantes características. Los potenciales eléctricos débiles son portadores esencialmente de cargas eléctricas de signo positivo.2 Así, por ejemplo, las sustancias ondulatorias de las ondas electromagnéticas de las dos aurículas cardíacas son portadoras únicamente de cargas positivas 3-4 y en el interior de las células del músculo cardíaco, las cargas eléctricas son también de signo positivo.3-4

 

En el corazón, diafragma, yeyuno e íleon (Fig. 1-a) acontecen fenómenos eléctricos muy parecidos. Los potenciales eléctricos de estas cuatro partes orgánicas son débiles “al predominar las cargas eléctricas de signo positivo”.2 Las fases de despolarización y repolarización en el yeyuno e íleon se hacen con mayor lentitud que en el tramo gastro-duonenal.5-6 El potencial eléctrico en dichas regiones es débil: sus ondas electromagnéticas proceden de las células intersticiales de Cajal, que son muy abundantes en el plexo mesentérico.5-6 Este plexo es parte del plexo entérico que está entre las capas musculares.5-6

 

Del mismo modo que el nodo sinoauricular es el marcapaso del corazón (Fig. 2-a), las células intersticiales de Cajal pueden considerarse como el marcapaso del músculo gastrointestinal.5 Dicho marcapaso establece la frecuencia de potenciales de acción y contracciones musculares. Estas células, como “las células auriculares y ventriculares sólo tienen cargas eléctricas positivas en su interior”.4

 

Como vemos, la causa por la que no aparece normalmente ningún tipo de cáncer en el corazón, diafragma, yeyuno e íleon es la misma: ausencia de elevados potenciales eléctricos. Hay que especificar y resaltar que en el yeyuno e íleon existe un ciclo de recambio celular muy rápido; 5-6 todo el epitelio se renueva en un plazo de 6 días, aproximadamente. Este ciclo de recambio es muy importante.

 

Estas son, en síntesis, las principales causas por las que apostamos sobre la escasez de cáncer en las regiones descritas. Hemos mencionado unos hechos clínicos (eslabones) en los que un proceso tumoral se presenta raramente. Todos estos eslabones (casos clínicos) están ligados íntimamente entre sí por una misma causa: la electricidad. Si no hay corriente electromotriz, ya hemos visto que no se produce ningún tipo de cáncer. En cambio, el cáncer se produce normalmente con la presencia eléctrica, bien por sí sola o provocada por la colaboración de múltiples agentes cancerígenos, que pueden ser de origen químico, físico, hormonal, traumatismo, alimentario, ambiental, etcétera; es decir, tanto endógenos como exógenos.

 

Consideramos que hemos trabajado con el suficiente conocimiento sobre esta investigación. Se ha dicho que “todo verdadero conocimiento es el conocimiento de la causa”. ¿Hemos demostrado la causa principal? Creemos que la respuesta es positiva, afirmativa. Hemos tratado de demostrar que todos los efectos corresponden a una misma causa, bien por su ausencia o presencia. Decía Ernst Cassirer que “todo saber consiste en conocer un determinado efecto partiendo de sus causas, y puesto que, además, las causas de todas las cosas concretas son un resultado de las causas de las cosas generales o simples”. Todos los efectos (eslabones) aquí descritos, hemos visto que parten siempre de la misma causa.

 

Nuestro estudio se ha basado siempre en defender y demostrar la causa. Según el filósofo Hobbes, “la Filosofía es el conocimiento de los efectos o fenómenos partiendo del concepto de sus causas y por medio de conclusiones racionales, o, a la inversa, como el conocimiento de las causas posibles, partiendo de los efectos”. Nuestra investigación ha partido y seguido rigurosamente esta línea de conducta. No podía ser de otra forma. Sabemos que los principios de la ciencia no son objeto de los sentidos ni de la imaginación, y que el entendimiento y la razón son los únicos guías seguros de la verdad.


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