Intervención Comunitaria para modificar el conocimiento y comportamiento sexual en adolescentes
Autor: Dra. Aimara Larduet Torres | Publicado:  6/05/2010 | Medicina Familiar y Atencion Primaria , Pediatria y Neonatologia , Medicina Preventiva y Salud Publica | |
Intervención Comunitaria para modificar el conocimiento y comportamiento sexual en adolescentes .2

Unos de los problemas más complejos que actualmente confrontan la reproducción humana se producen en este periodo: el embarazo en la adolescencia considerado como un problema biomédico con elevado riesgo de complicaciones durante el embarazo y el parto, que conlleva un incremento en la tasa de morbilidad y mortalidad materna, perinatal y neonatal, tiene además implicancias socioculturales y psicológicas con elevado costo personal, educacional, familiar y social. (14)

En América Latina el 84% de los recién nacidos son hijos de madre cuyas edades están comprendidas entre 15 y 19 años. A esta cifra se agrega los nacimientos en menores de 15 años que constituyen el 52.4%. (15)

En el año 1996 Cuba tuvo la tasa general de SIDA más baja del Caribe (9) por cada millón de habitantes); no obstante, se observa un ascenso de esta entidad, y al igual que en otros países del mundo, la población adolescente y joven representa los protagonistas principales de esta enfermedad. (16,17)

En las últimas décadas es patente un interés creciente en la salud reproductiva de los adolescentes y adultos jóvenes, particularmente en los primeros en aspectos de fecundidad, embarazos no deseados, problemas mentales y emocionales, infecciones de trasmisión sexual y adicciones. (18, 19, 20,21)


MARCO TEÓRICO

La adolescencia es uno de los períodos más importantes en la vida humana, que demanda ajustes del individuo para funcionar con respecto a sí mismo y con el medio. Es una época de rápidos cambios y difíciles pasos. Existen diferentes criterios para enmarcar este período; varios autores lo sitúan entre los 11 y 21 años, para otros comprende de 11 a 19, pero la mayoría coincide en ubicarla desde los 10-20 años. (22, 23,24).

La adolescencia es definida por la OMS como el período de la vida que transcurre entre los 10 y los 19 años, y se divide en 2 fases: la adolescencia temprana, que abarca desde los 10 a los 14 años, y la adolescencia tardía que comprende desde los 15 a los 19 años. Esta etapa y los primeros años de la juventud son cruciales, porque en ellas se producen profundos cambios físicos, psicológicos y sociales que impactan el resto de la vida de los seres humanos. (25,26)

En la adolescencia se consideran 3 etapas: temprana, media y tardía.

En la adolescencia temprana, enmarcada entre los 10 y los 14 años, ocurren cambios biológicos, como aquellos que interesan al aparato reproductor, apareciendo los caracteres sexuales secundarios. En ambos sexos se inicia la pubarquia. En la hembra comienza la telarquia, y el crecimiento y desarrollo de los órganos sexuales internos; y en el varón el aumento testicular, los cambios de color y arrugamientos escrotales, y el crecimiento del pene. Como consecuencia de las transformaciones en los órganos sexuales se produce también un influjo hormonal generador de necesidades novedosas. En este período surgen, además, la necesidad de independencia, la impulsividad, la labilidad emocional, las alteraciones del ánimo y la búsqueda de solidaridad y comprensión entre pares, lo que se mezcla con necesidad sentida de apoyo de los padres, por lo que se generan ambivalencias que hacen de la relación padres/adolescentes, un reto. (27,28)

El estirón puberal puede comenzar en esta etapa. En Cuba la menarquia suele aparecer en ella, también en el sexo masculino es posible que ya se suceda la eyacularquia. Estos fenómenos en otras ocasiones se postergan a la fase siguiente, que termina alrededor de los 16 años, en la que continúan los cambios biológicos, entre los que el crecimiento estatural es acelerado, y si no se había producido, ocurre entonces el “estirón” puberal en los 2 sexos, y tiene lugar el cambio de la voz, en el varón. Por estos tiempos, el adolescente dotado de la capacidad biológica de ejercer su sexualidad y de experimentar sus primeras vivencias psicosexuales, es inmaduro psicológica y socialmente. En la época a que hacemos alusión, la imagen corporal es muy importante, sintiendo los adolescentes sumo interés en resultar atractivos. (29)

Es frecuente también que la interacción con los padres sea fuente de conflictos, por la lucha entre el adolescente que quiere alcanzar su propia identidad, y los padres que le oponen resistencia. Importante adquisición es el desarrollo del pensamiento lógico abstracto. Las relaciones amorosas son inestables, el romanticismo e ímpetu del amor, extraordinarios, sin sustento en propiedades fundamentales. Son conductas propias de la edad la masturbación, los juegos sexuales y las relaciones íntimas, que en nuestro medio, ocurren por debajo de los 18 años, lo que ha sido avalado por algunas investigaciones realizadas con este propósito y por criterios de expertos. (29, 30,31)

En la adolescencia tardía, que es la fase final, se alcanzan características sexuales de la adultez, termina el crecimiento, hay aproximación a la familia, una mayor independencia, el grupo empieza a ser desplazado por la relación de pareja, los impulsos van siendo mejor controlados, los cambios emocionales menos marcados y la ambivalencia se va disipando. Se construye un sistema propio de valores y proyectos de vida. (29, 30,31)

Sobre la definición de sexualidad, resulta bastante difícil concretarla debido a la enorme complejidad del tema, es posible considerar tres ideas clave.

Primero, la sexualidad es una expresión humana amplia y circunscrita del ser humano. Sobre lo señalado existe un amplio consenso reflejado en definiciones que por un lado la vinculan con sentimientos, comunicaciones, relaciones y vivencias particulares de una persona, pero sobre todo con la capacidad expresiva, el afecto y el placer, y además la reproducción y por otro, aunque de modo similar, se la define como una dimensión humana basada en el sexo que involucra género, identidades de sexo y género, orientación sexual, erotismo, vinculación afectiva y amor, y reproducción.(32-36)

Segundo, en otra perspectiva, Katchadourian plantea que la sexualidad es “la cualidad de ser sexual, la posesión de capacidad sexual y la capacidad para los sentimientos sexuales”. Esta definición sugiere tres componentes básicos: identidad (cualidad de ser sexual), comportamiento (capacidad sexual) y afecto (sentimientos sexuales). El autor hace referencia de la sexualidad a los aspectos mentales circunscritos a los caracteres sexuales anatómicos, fisiológicos o psicológicos de tipo primario (reproductivos) y secundario (no reproductivos), implicando algo más que sexo, función genital o coito. (33-36)

Tercero, la sexualidad se construye en interacción con la sociedad. La sexualidad se ve influida fuertemente por agentes de socialización como la familia, la escuela, la iglesia, las leyes y los medios de comunicación, entre otros, mediados por el aprendizaje social que influye en el aprendizaje de comportamientos, sentimientos e ideas esperados de cada persona en razón de su sexo. (34-36)

Decir sexualidad es hablar de un hecho universal de la vida, que forma parte de lo más intimo de nuestra individualidad, pero al mismo tiempo puede verse aislado de las interrelaciones humanas, la comunicación y el encuentro enriquecedor entre las personas en todos los factores de la actividad social. (36)

Considero que la sexualidad es una manifestación de nuestra personalidad, se manifiesta en todas las esferas de la vida psíquica, está presente de manera peculiar en las diversas edades, y se distingue por ser peculiar en cada persona concreta.

En resumen, la sexualidad es una confluencia de factores (biológicos psicológicos, culturales, éticos, entre otros) que permite a las personas construir su identidad y establecer redes sociales y afectivas; es decir, tendría un componente intrapersonal, referido al individuo, y uno relacional o psicosocial, referido a las relaciones sociales. (37,38)

La sexualidad engloba tres dimensiones básicas del ser humano de forma decisiva en su desarrollo: biológica, psicológica y social. (37,38)

La dimensión biológica es crucial en distintos ámbitos de la vida sexual, como son: la procreación, el deseo sexual, la respuesta sexual, etc. Todos ellos están influenciados por la anatomía sexual. Así mismo la alteración física o fisiológica (del funcionamiento), puede acarrear distintos trastornos sexuales o enfermedades, que afecten a la vida sexual de la persona.

En este apartado incluimos factores como:


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