Parasitosis Intestinal Infantil
Autor: Dra. Ariany Ferrer | Publicado:  14/09/2010 | Microbiologia y Parasitologia , Pediatria y Neonatologia , Gastroenterologia | |
Parasitosis Intestinal Infantil .1

Parasitosis Intestinal Infantil en el Ambulatorio Popular “San Vicente”. Municipio Torres. Junio-Diciembre 2009.

Dra. Ariany Ferrer. Especialista de primer grado en Medicina General Integral. Ambulatorio Popular “San Vicente “. Municipio Torres. Estado Lara. Venezuela

Dr. Eugenio Mario de Zayas Alba. Especialista de segundo grado en Terapia Intensiva y Emergencias. Especialista de primer grado en Medicina Interna. Profesor asistente. CMDI Hermanos Quinteros. Municipio Iribarren. Barquisimeto. Estado Lara. Venezuela

Dra. Johanna Carolina Meza Aldazoro. Médico General. Hospital General “Rafael A. Gil.” Duaca. Municipio Crespo. Estado Lara. Venezuela.

Resumen.

Se realizó un estudio observacional, descriptivo, transversal, con una población de 107 niños menores de 14 años que acudieron al establecimiento de salud, de la Comunidad de “San Vicente”, Municipio Torres, en el período comprendido de Julio hasta Diciembre del año 2009, con el propósito de caracterizar el comportamiento de la Parasitosis Intestinal Infantil, valorando algunos aspectos y variables tanto epidemiológicos como psicosociales, que influyen en su aparición como lo son: edad, sexo, tipo de agente causal, medidas higiénicas (alimentos y personal). La muestra queda constituida por 81 pacientes menores de 14 años. El dato primario fue recogido en una encuesta que se aplicó a los tutores de estos niños de forma individual, con preguntas cerradas.

La información se procesó y se llevó a tablas de 1 y 2 entradas, llegando a los siguientes resultados: en relación a la incidencia de la Parasitosis Intestinal Infantil, la edad más afectada fue la del grupo etario comprendido desde 5 hasta 9 años, el parásito (Helminto) más frecuente fue Enterobius vermiculares con un 33%; en relación al consumo de agua, el análisis reveló que la población consume agua sin hervir. Con relación a la disposición de residuos sólidos, se encontró que un 83% de la población la recogen en tobos o bolsas plásticas sin taparlas. Se apreció que la higiene de los alimentos es de forma inadecuada con un 64% y que los residuos líquidos están dados por pozo séptico con un 64%, seguido de cloacas con un 25% de la población.

Palabras clave: Parasitosis, protozoarios, helmintos, examen de heces

Summary

A study was realized observacional, descriptively, transversely, by a population of 107 14-year-old minor children who came to the establishment of health, of the Community of "San Vicente", Municipality Toast, in the included period of July until December, 2009, with the intention of characterizing the behavior of the Infantile Parasitosis Intestinal, valuing some aspects and variables so much epidemiological as psicosociales, that influence his appearance as they it are: age, sex, type of causal agent, hygienic measures (food and personnel). The sample remains constituted by 81 14-year-old minor patients. The primary information was gathered in a survey that was applied to the tutors of these children of individual form, with closed questions. The information was processed and removed to tables of 1 and 2 income, coming to the following results: in relation to the incident of the Infantile Parasitosis Intestinal, the most affected age was that of the group etario understood from 5 up to 9 years, the parasite the most frequent (Helminto) was Enterobius vermiculares with 33%; in relation to the consumption of water, the analysis revealed that the population consumes water without boiling. With relation to the disposal of solid residues, one thought that 83% of the population gathers her in tobos or plastic bags without covering them. It appreciated that the hygiene of the food is of inadequate form with 64% and that the liquid residues are met by septic well by 64%, followed by sewage with 25% of the population.

Key words: Parasitosis, protozoans, helmintos, examination of dregs.

Introducción.

Desde tiempos inmemorables los parásitos fueron reconocidos como causantes de enfermedades humanas, diagnosticadas probablemente por el gran tamaño de algunos que permitían ser observados, al ser eliminados vía oral o fecal. Antiguas publicaciones conocidas como Pairos por Ebers 1600 años AC. Hacen referencia a gusanos dañinos al hombre. De igual manera religiones antiguas restringían las comidas con carne de animales, al asociarlos con la posible transmisión de parásitos.

La Parasitosis Intestinal es definida como el hecho mismo del parasitismo en el tracto intestinal sin tomar en cuenta las consecuencias o efectos que pudiera tener sobre el huésped, es decir, el hombre puede estar parasitado por una especie determinada sin presentar trastornos clínicos aparentes; en este caso se dice que hay una infección parasitaria. 1 De tal manera que la Parasitosis Intestinal ha causado incalculables sufrimientos y muerte a los seres humanos a través de los tiempos y su impacto global sobre la salud humana sigue siendo enorme, considerándose como un importante problema de salud por sus altas tasas de prevalencia y amplía distribución mundial, sobre todo en las regiones tropicales y subtropicales: Asia, África, América Central y América del Sur 2,3, por lo que, constituye un problema médico social que afecta no solamente a los países del llamado tercer mundo, sino también a los de más alto desarrollo, variando notablemente la frecuencia de parasitosis de un lugar a otro, y dentro de éstos de una región a otra. 4

De tal modo, que dada a su elevada prevalencia, su distribución cosmopolita y sus efectos deletéreos sobre el estado nutricional y la inmunidad, constituye en la época actual un problema médico social, no pudiéndose medir la trascendencia y magnitud de su repercusión a través de los indicadores epidemiológicos de mayor uso como son las tasas de morbilidad y mortalidad, debido a que la mayoría de ellos no producen muerte en el individuo como causa básica, ni tampoco resulta fácil su morbilidad ya que la parasitosis severa está asociada con lesiones patológicas del tracto gastrointestinal y otros órganos, estando condicionadas por algunos factores como el estado nutricional y las condiciones socioeconómicas desfavorables. 5

Por otra parte, la Parasitosis Intestinal está causada por agentes parasitarios como: protozoarios y helmintos, los cuales pueden producir síntomas gastrointestinales, articulares, lesiones en piel, entre otros. Así mismo, algunos autores opinan en términos generales que existe hoy en día en la población mundial mil ciento diez millones (1110 millones) de personas infectadas por cestodos, doscientos cuarenta millones (240 millones) por trematodos y tres mil doscientos millones (3120 millones) por nematodos. 2, 3, 4, 6

Mientras, otros autores incluyen la Parasitosis Intestinal como una enfermedad transmisible o infecciosa, definida como una afección causada por la transmisión de un agente infeccioso o sus productos tóxicos desde una persona o animal infectado a un huésped susceptible de forma directa o indirecta. 6,1

De la misma manera, las enfermedades infecciosas debidas a protozoarios y helmintos son una causa importante de morbilidad y mortalidad en los lactantes y los niños de muchas partes del mundo; es decir, que la infancia es el grupo etario más afectado por la parasitosis, ya que existe mayor oportunidad de contacto y por ende de infección, además del bajo nivel inmunológico y de tolerancia a ellos, influyendo en el desarrollo físico y mental de los niños 7. La relación huésped parásito en las infecciones protozoarias y helmínticas tienen rasgos singulares. Debe distinguirse claramente la infección y la enfermedad debido a estos agentes. Cuando un parásito invade a un huésped, puede morir inmediatamente o sobrevivir sin causar daño al huésped (infección); alternativamente puede sobrevivir, producir morbilidad (enfermedad), y posiblemente matar al huésped (Mortalidad).

Además, estos organismos han desarrollado factores invasivos contra las respuestas inmunitarias del huésped pueden causar enfermedad por su presencia física o compitiendo con el huésped con nutrientes específicos. La enfermedad puede ser consecuencia también de los intentos del huésped de destruir a los invasores por ejemplo la reacción en inmunopatología de dicho huésped. 4


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