El papel del Medico General Integral en el proceso enseñanza-aprendizaje del Programa Nacional de Formacion de Medicina Integral Comunitaria (PNFMIC)
Autor: Lic. Michel Caballero Pernas | Publicado:  28/10/2010 | Formacion en Ciencias de la Salud , Medicina Familiar y Atencion Primaria | |
Medico General enseñanza-aprendizaje Programa Formación Medicina Integral Comunitaria PNFMIC .1

El papel del Médico General Integral en el proceso enseñanza-aprendizaje del Programa Nacional de Formación de Medicina Integral Comunitaria (PNFMIC). Misión Médica Cubana. Universidad Barrio Adentro. Julio. 2010.

Lic. Michel Caballero Pernas.

Resumen.

En el presente trabajo pretendemos mostrar en el desarrollo del PDE en la Formación del Programa Nacional de Formación de Medicina Integral Comunitaria (PNFMIC), como consecuencia de la calidad de la preparación del Médico General Integral en el diplomado de EDUMED para la actividad práctica como una de las formas organizativas del proceso de enseñanza aprendizaje de las asignaturas que según año académico esté cursando el estudiante en el Programa Nacional de Medicina Integral Comunitaria, vinculando la teoría a la práctica como integración de los contenidos en el Consultorio Popular ,atendiendo al nexo inviolable entre objetivos, contenidos, métodos y medios; entre los componentes personales del proceso y en la forma en que se orientan y se consolidan e integran los contenidos y las habilidades, en el espacio concebido para la realización de dicha actividad, a través de situaciones reales o modeladas, para la obtención de los conocimientos, habilidades, hábitos y valores que han de caracterizar su profesionalismo futuro.

En conocimiento de esta situación nos propusimos, como Objetivo General, Destacar el papel del médico general integral en el proceso enseñanza-aprendizaje del Programa Nacional de Formación de Medicina Integral Comunitaria (PNFMIC) en la Misión Médica Cubana en la Universidad de Barrio Adentro. Realizar una buena preparación metodológica como forma de trabajo metodológico para la inducción de la práctica docente en los escenarios asistenciales, con las exigencias del contexto en que se desarrolla el proceso docente educativo de la carrera en el desarrollo de habilidades por disciplinas rectoras y nos facilita la preparación metodológica profesoral, estableciendo una estrecha vinculación entre los contenidos impartidos en la actividad orientadora en el núcleo docente y la práctica en los escenarios docentes directamente con el individuo, la familia y la comunidad, donde estos componentes se utilizan como medios o recursos para el aprendizaje de los educandos; permitiendo esto una estrecha interrelación del educando con el escenario de su futuro accionar como profesional de la salud.

INTRODUCCIÓN

La educación superior y sus condiciones de desarrollo en los países de América Latina, son un producto histórico, social, cultural político, organizacional y económico único. Cada institución, cada sistema tiene referencias particulares y específicas. Durante décadas las universidades y otras instituciones de educación superior han sido consideradas como instituciones sociales altamente conservadoras, por la orientación y el peso de sus estructuras internas y de sus operadores: de su burocracia, de sus sindicatos, de sus profesores; por su autonomía; por la libertad de cátedra e investigación, que combinadas conforman una suerte de insularismo. En otros casos, el insularismo se muestra en una práctica contestataria, igualmente aislacionista.

En las condiciones en las que se vive el paso hacia una sociedad dominada por las tecnologías y los conocimientos, dentro de un periodo caracterizado por una transición forzada, aunque a menudo truncada, hacia la democratización y las crisis económicas recurrentes con periodos cortos de estabilización, lo que ocurrirá en un horizonte de futuro de dos o tres décadas dependerá de la manera como puedan reorganizarse y transformarse las bases de sustentación económicas y políticas de los países, pero también de sus instituciones educativas y culturales, siempre y cuando de ellas dependerá, fundamentalmente, la creación de una capacidad orgánica en producción y transferencia de conocimientos y tecnologías. A medida que se articulan las economías nacionales a los procesos de integración y globalización basados en un patrón “tecno-bio-informático”, los requerimientos hacia las instituciones universitarias tradicionales están cambiando rápidamente, sobre todo en relación a sus perfiles de ingreso y egreso, en el tipo de carreras y orientaciones curriculares, en la formación de investigadores, en su organización y gobierno y en la manera como se vinculan las instituciones a demandas específicas de la nueva sociedad que emerge y se organiza, así como a amplios sectores de la producción, los servicios y el empleo.

La tendencia hacia el cambio global, la direccionalidad del cambio ocurre dentro del espacio temporal del largo plazo, en el que las dinámicas específicas se expresan como maduras o indeterminadas para realizarlo, ocurren asimetrías y disfuncionalidades, y se presenta el momento en el que el proceso pasa de ser una formulación abstracta, a convertirse en un esfuerzo consciente, planificado y determinado. Su alcance y su profundidad dependen de un conjunto de factores, entre los cuales destaca el consenso alcanzado por el requerimiento de la acción y la claridad de las estrategias que asumen. De acuerdo con Nordvarll (Cfr. Bikas, Sanyal. Inovations in University Management. UNESCO-IIEP, París, 1995. Pág. 63) algún tipo de inestabilidad es necesario como estímulo para que el cambio tenga compatibilidad y sustentabilidad. Otro autor Rutherford, (ídem) señala que la predisposición al cambio se crea cuando las operaciones enfrentan una serie de distorsiones, derivadas de algún tipo de cambio externo, presiones o cuando un tipo de incentivo, sobre todo gubernamental, es promovido. Para Burton Clark (creating Entrepreneurial Universities. Pergamon Press, London, 1998), las universidades han entrado a una fase de cambios profundos que no tiene punto de retorno, ni perspectivas cercanas a una nueva fase de equilibrio.

Los elementos que comprenden los caminos por los que transita el cambio de contenido emprendedor en las universidades, son cinco: fortalecimiento del núcleo directivo, expansión de la periferia de desarrollo, diversificación de la base financiera, estímulo al corazón académico, y la integración de una cultura emprendedora. Para Clark, el cambio en la educación superior, por lo tanto, se concentra en una respuesta emprendedora, dentro de un modelo que él califica como “the Focused University”. Proyectar una respuesta emprendedora a los frecuentes desequilibrios y múltiples demandas, posibilita a la institución de educación superior o a la universidad tener un mayor control sobre su propio destino, fortaleciendo su autonomía. La base emprendedora de la universidad, permite la construcción de una gran coherencia, pero también una mayor individualización de la misma, como una postura apropiada para enfrentar la competitividad y la complejidad de su entorno. DOS ESCENARIOS DE CAMBIO: uno que profundiza en el tiempo la competitividad individualizada de las instituciones, de los académicos y de los estudiantes, y el otro que apunta a una mayor cooperación horizontal entre instituciones y sectores, que se estructura en redes y en espacio comunitarios y trabaja en colaboración, sin perder su institucionalidad.

El primer escenario tiene como motivos de cambio, la presión por la reducción del presupuesto gubernamental y la pretensión de diversificar sus recursos de ingreso bajo un efecto sustitutivo acumulativo, se adapta a la regulación económica y busca vincularse al mercado bajo un modelo organizacional de institución orientada a servicios. Un segundo escenario se sostiene en la trasformación de las estructuras en redes y en la cooperación horizontal que prioriza proyectos conjuntos, una más amplia movilidad ocupacionalidad del personal académico y de los estudiantes, la homologación de cursos y títulos, la coparticipación de recursos limitados y una orientación social y solidaria. Los valores educativos se comparten y se concentran más en el cambio de contenidos del conocimiento y las disciplinas, en la creación de nuevas habilidades y capacidades sociales, que buscan relacionar prioridades nacionales o regionales con el trabajo en nuevas áreas del conocimiento, en la innovación que busca compensar el riesgo.

Este escenario se sostiene en la intensificación de la participación de las comunidades y en flexibilización en la obtención de recursos. Sus dificultades se resienten sobre todo frente a las tendencias que buscan hacer predominar el escenario dominante de la individualización y la competitividad. Por ello, el escenario de cooperación y flexibilización del cambio se presenta como un escenario alternativo, porque pone el acento en la atención a las nuevas demandas y requerimientos de las instituciones de educación superior, que deben empezar desde ahora a planear las nuevas estructuras organizativas que favorezcan el acceso a un conocimiento de valor social, y sus procesos formativos en la creación de la nueva fuerza de trabajo regional y global.


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