Conocimiento sobre la prevencion de consumo de drogas en los adolescentes
Autor: Lic. Osorio Ever | Publicado:  16/12/2011 | Medicina Preventiva y Salud Publica , Medicina Familiar y Atencion Primaria , Articulos | |
Conocimiento sobre la prevencion de consumo de drogas en los adolescentes .5

Algunas personas no sienten nada cuando prueban la marihuana por primera vez. Otras se pueden sentir intoxicadas y/o eufóricas (alegres). Es común que las personas que usan marihuana sientan gran interés por estímulos visuales, auditivos o de sabor que de otra manera serían ordinarios. Los eventos triviales les pueden parecer sumamente interesantes o graciosos. El tiempo parece pasar muy lentamente y, a veces, la droga hace que la persona sienta mucha sed o hambre. (19).

Efectos en el corazón

Poco después de fumar marihuana, la frecuencia cardiaca aumenta entre un 20 y un 100 por ciento. Este efecto puede durar hasta 3 horas. En un estudio, se calculó que el riesgo de tener un ataque al corazón es de 4.8 veces mayor durante la primera hora después de haber fumado la droga. (p. 92). (20). Esto puede deberse al aumento en la frecuencia cardiaca así como al efecto que tiene la marihuana sobre el ritmo cardiaco, ya que causa palpitaciones y arritmias. Este riesgo puede ser mayor en las personas de más edad o en aquellas con vulnerabilidades cardiacas

Efectos en los pulmones

Los efectos en los pulmones se han podido comprobar a través de numerosos estudios han demostrado que el humo de la marihuana contiene carcinógenos y que irrita a los pulmones. De hecho, el humo de la marihuana contiene entre un 50 y 70 por ciento más hidrocarburos carcinogénicos que el humo de tabaco. Los fumadores de marihuana generalmente inhalan más profundamente y sostienen su respiración por más tiempo que los fumadores de tabaco, lo que aumenta aún más la exposición pulmonar al humo carcinógeno. Los fumadores de marihuana muestran un crecimiento irregular de las células epiteliales en el tejido pulmonar, lo que podría degenerar en cáncer. (p.1829). (21).

Sin embargo, un estudio reciente de casos controlados no encontró ninguna correlación positiva entre el consumo de marihuana y el cáncer de los pulmones, el de las vías respiratorias y el del aparato digestivo superior. Por esto, el vínculo entre el fumar marihuana y estos tipos de cáncer queda por el momento sin comprobarse.

No obstante, una persona que fuma marihuana puede tener muchos de los problemas respiratorios que presenta un fumador de tabaco, tales como tos y producción crónica de flema, mayor frecuencia de enfermedades agudas de pecho, y un riesgo más alto de infecciones pulmonares. En un estudio de 450 personas encontró que quienes fuman marihuana con frecuencia pero que no fuman tabaco, tienen más problemas de salud y pierden más días de trabajo que los no fumadores”. (p.596) (22). Muchos de estos días adicionales de enfermedad entre los fumadores de marihuana fueron debidos a enfermedades respiratorias.

Efectos en la vida cotidiana

Las investigaciones demuestran claramente que el consumo de marihuana tiene el potencial para causar problemas en la vida diaria o para empeorar los problemas que ya tiene el usuario. Existen resultados de un estudio publicado en el 2003 que mostraron que: Las personas que consumían marihuana en grandes cantidades reportaron que la droga impactaba varias áreas de sus vidas, incluyendo la salud física y mental, las habilidades cognitivas, la vida social y el estatus profesional (p.1415). En cuanto al área laboral, existen varios estudios que asocian el hábito de fumar marihuana con un aumento en las ausencias, retrasos, accidentes y reclamos al seguro de compensación obrera así como en cambios de trabajo.

El consumo a largo plazo de la marihuana puede llevar a la adicción, es decir, a la búsqueda y uso compulsivo de la droga a pesar de conocerse sus efectos dañinos sobre el funcionamiento social en el contexto familiar, escolar, laboral y recreativo. Las personas que han consumido marihuana por largo tiempo reportan irritabilidad, dificultad para dormir, disminución en el apetito, ansiedad y deseos por la droga, todo lo cual dificulta el dejar de usar la misma. Estos síntomas del síndrome de abstinencia comienzan aproximadamente al día siguiente de empezar la abstinencia, llegan a su punto máximo a los dos o tres días, y se atenúan una o dos semanas después de haber consumido la droga por última vez.

Efectos en el aprendizaje y la conducta social.

Un estudio en estudiantes universitarios mostró que ciertas habilidades críticas relacionadas con la atención, la memoria y el aprendizaje están alteradas en aquellas personas que usan marihuana con mucha frecuencia, aún después de suspender su uso por 24 horas. Los investigadores compararon 65 "usuarios frecuentes" que habían fumado marihuana con una frecuencia media de 29 en los últimos 30 días, y 64 "usuarios menos frecuentes" quienes habían fumado con una frecuencia media de 1 en los últimos 30 días. (p. 1416),(23).

Después de una abstinencia de 24 horas, estrictamente controlada, a la marihuana y otras drogas ilícitas y al alcohol, los estudiantes recibieron pruebas estandarizadas para medir aspectos de la atención, memoria y aprendizaje. Comparados con los usuarios poco frecuentes, los usuarios frecuentes de marihuana cometieron más errores y tuvieron mayor dificultad para mantener la atención, cambiar la atención en respuesta a las demandas del ambiente, y registrar, procesar y utilizar información. Los resultados sugieren que el mayor impedimento por parte de los usuarios frecuentes está probablemente asociado con una alteración de la actividad cerebral producida por la marihuana.

Estudios longitudinales sobre el consumo de marihuana por parte de jóvenes por debajo de la edad universitaria indican que los usuarios tienen menor rendimiento que los no usuarios, mayor aceptación de comportamientos anormales, mayor comportamiento delincuente y agresión, mayor rebeldía, relaciones más dificultosas con sus padres y mayores asociaciones con amigos delincuentes y que consumen drogas. Las investigaciones también muestran mayor propensión al enojo y comportamiento regresivo (chuparse el dedo y episodios de "rabietas") en los infantes cuyos padres consumen marihuana que entre los infantes de padres no usuarios.

Acciones Educativas de Prevención.

La prevención es indispensable para evitar que el consumo de drogas se convierta en un problema social de gran magnitud. La prevención de drogodependencias “es un proceso activo de implementación de iniciativas tendentes a modificar y mejorar la formación integral y la calidad de vida de los individuos, fomentando el autocontrol individual y la resistencia colectiva ante la oferta de drogas” (p. 55). (24).

La prevención es un campo joven que todavía tiene que resolver numerosas cuestiones. Quizás la más importante, es que cuando se habla de prevención de drogas, la mayoría de esta pensando en las drogas ilegales tales como heroína, cocaína, drogas de síntesis, etc. Pero nada más lejos de la realidad. La mayoría de los programas preventivos del abuso de drogas se orientan a la prevención de drogas legales (tabaco y alcohol), en algún caso a prevenir el consumo de marihuana, y prácticamente ninguno a drogas ilegales (25). Ello se debe fundamentalmente a que en la adolescencia las drogas ilegales afectan a pocas personas y también para evitar en muchos casos el fenómeno de la contra prevención (26).

Es conveniente indicar. Que se entiende por droga la definición clásica de la OMS: “toda sustancia que introducida en el organismo vivo, puede modificar una o más funciones de éste” (27) y por droga de abuso “cualquier sustancia, tomada a través de cualquier vía de administración, que altera el humor, el nivel de percepción o el funcionamiento cerebral” (28). Por ello consideramos según esta definición de drogas, tanto las que son de uso legal, el tabaco y el alcohol, como las de uso ilegal, como hachís, heroína, cocaína, drogas de síntesis, etc. Además, como veremos, los programas preventivos en nuestro medio se centran fundamentalmente en prevenir las drogas legales, junto a la marihuana o hachís, fundamentalmente, y en otros casos las drogas de diseño o síntesis. Con esa prevención lo que se pretende es que las personas no lleguen a probar y luego consumir regularmente esas sustancias o a retrasar la edad de inicio de la prueba y posterior consumo regular, abuso y dependencia.

Subyacente a todo ello está la idea de que si prevenimos, impidiendo el consumo o retrasando el inicio del mismo, de las drogas por así decir de iniciación, evitaremos no sólo los graves problemas físicos, psicológicos y sociales que las drogas legales producen, sino que también impediremos que las personas pasen al consumo de sustancias consideradas más peligrosas, las drogas ilegales, como es por excelencia la heroína. Respecto a los consumos de drogas, éstos van a depender de la edad que estemos considerando. Mientras que la población asocia frecuentemente el consumo de drogas con la heroína, principalmente, la realidad es que en la adolescencia el consumo predominante es el de las drogas legales, especialmente alcohol y tabaco, seguido a cierta distancia del hachís.

El término prevención a veces es utilizado de modo muy genérico. Un ejemplo es cuando se habla de prevención primaria, secundaria y terciaria. También puede aplicarse a reducir el uso de drogas entre personas que aún no las han probado y entre las que ya las han probado, reducción de la demanda a través de arrestos y controles sobre la venta de drogas, etc. También las actividades de reducción de daños puede ser vista como una actividad preventiva. Pero también es prevención incidir en el nivel de política social, como es reducir la pobreza, o impedir el surgimiento de conductas desviadas.


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